Vitoria. El Deportivo Alavés es consciente de que debe firmar un final de Liga inmaculado si desea tener opciones de desbancar al Amorebieta del cuarto puesto de la clasificación y conseguir el pasaporte para disputar la fase de ascenso. Sin embargo, los precedentes recientes del combinado albiazul no invitan demasiado al optimismo. El motivo resulta más que evidente si se repasan los resultados conseguidos por la escuadra del Paseo de Cervantes en las cinco últimas jornadas de las dos campañas anteriores, ambas en Segunda B.

En la primera de ellas, la 2009-10, únicamente fue capaz de añadir cinco puntos a su casillero. Doce meses después mejoró mínimamente el expediente para dejar el balance en seis. Unas cifras que, a buen seguro, serán del todo insuficientes para lograr el objetivo en las actuales circunstancias.

En la temporada que suponía el reencuentro del cuadro vitoriano con la categoría de bronce del fútbol español, el equipo que en esa fase de la temporada -tras relevar a Javier Pereira- adiestraba Iñaki Ocenda empató con el Palencia (1-1), cayó en Ponferrada (2-1), firmó tablas con el Montañeros (2-2), se impuso en Vigo (0-1) y, en el duelo clave, perdió en Mendizorroza con el Pontevedra (0-1) para acabar relegado a la quinta plaza.

El pasado ejercicio, perdió en casa con el Eibar (0-4), ganó el Guijuelo (2-0) y firmó tablas con Lemona (1-1), Cultural Leonesa (2-2) y Zamora (1-1). Así, acabó tercero y disputó, sin éxito, el play off de ascenso.