Inmerso de nuevo en una peligrosa crisis institucional tras la reciente dimisión de su consejo de administración y con el máximo accionista, el jeque Ali Syed, investigado por la Interpol, el Racing de Santander podría acabar en manos del empresario ucraniano en caso de que Syed, que cuenta con el 99% de las acciones, no se presente a la próxima junta de accionistas, lo que dejaría a Piterman -segundo máximo accionista del club- una puerta abierta a retomar el control de la entidad.