Vitoria. Geni es la cara de la moneda de un Deportivo Alavés que parece empeñado en vivir siempre del lado de la cruz. El capitán albiazul supone una de las pocas chispas de alegría dentro del desolador panorama protagonizado por un equipo que no acierta a enderezar su rumbo. El asturiano, que comenzó la temporada relegado al banquillo, se ha erigido en protagonista en las últimas jornadas con sus goles. Tantos como seis en los últimos seis compromisos ligueros ha firmado el punta albiazul. Pero, más allá del acierto, Geni representa la actitud, la garra y la entrega que se le solicita a un equipo que se encuentra huérfano de juego y al que también le falta ese carácter que su capitán imprime a cada una de sus acciones sobre el terreno de juego.
El arranque de curso que tuvo el capitán no fue para nada esperanzador para sus intereses. Por primera vez en mucho tiempo, el banquillo se convertía en el hábitat más natural para el asturiano, poco habituado en los últimos años a empezar los partidos fuera del césped. Así, en los seis primeros compromisos ligueros solo disfrutó de la titularidad un día, el de la visita del Eibar a Vitoria. En los otros cinco, Luis de la Fuente lo tuvo siempre a su lado de principio para darle minutos en las segundas partes.
Tanto Azkorra como Jito habían adelantado a Geni en los planes del preparador de Haro, que apostaba siempre de partida por situar en el once a uno solo de sus tres delanteros centro, pero la historia cambió definitivamente en la sexta jornada, coincidiendo con la visita al Guijuelo. La entrada del capitán en el arranque de la segunda parte supuso el revulsivo que necesitaba un equipo que se había mostrado timorato ante el conjunto charro y fue el propio Geni el encargado de poner el empate en el marcador con un cabezazo de esos que parece tener patentados.
Con ese gol y las arrobas de trabajo que derrocha en cada una de sus apariciones, el asturiano logró convencer a De la Fuente para, aprovechando la baja por lesión de Azkorra, adelantar a Jito en esa particular pelea por ser el nueve titular. Así ha pasado de tener un hueco prácticamente asignado de antemano en el banquillo a ser la pieza más importante de este errático Alavés, que tiene en la figura de su capitán el ejemplo que todos los compañeros deberían seguir.
En su mejor año Titular en los cinco últimos compromisos -José Carlos Granero le ha dado continuidad y su apuesta por los dos delanteros es clara-, el punta gijonés se encuentra en un momento dulce, seguramente el mejor a título personal desde que en el verano de 2009 cambiara la camiseta del Jaén por la del Alavés.
Sus seis goles en los seis últimos partidos -le marcó uno al Guijuelo, dos al Zamora, otro par al Palencia y el último el pasado sábado al Sestao- le han convertido en el máximo goleador del equipo junto a Sendoa, al que ha relevado como jugador más desequilibrante del conjunto vitoriano.
Con su último gol, Geni ya ha conseguido superar el registro de cinco tantos que firmó en su primera temporada como albiazul y se acerca ya mucho a las ocho dianas que consiguió a lo largo de la pasada temporada, en la que además jugó menos partidos por culpa de una lesión de rodilla de la que se recuperó en un tiempo récord demostrando una implicación y una fuerza de voluntad dignos de mención.
Son esas ganas y ese carácter lo que convierten al capitán en un ejemplo a seguir para todos sus compañeros. Cuando el acierto no acompaña, el asturiano puede poner encima de la mesa todo su trabajo, sus kilómetros recorridos, su pelea con los centrales y sus carreras por intentar llegar a todos los balones, aunque sepa que en ocasiones es imposible alcanzarlos.
Es ese carácter el que se ha echado de menos en el Alavés en muchas de sus comparecencias esta temporada. Cual equipo desalmado, que ni siente ni padece, el conjunto vitoriano ha deambulado por los terrenos de juego durante muchos minutos, viéndose claramente superado por oponentes de un calibre infinitamente menor. En esos momentos, el clavo ardiendo al que se ha agarrado el equipo ha sido Geni, aunque su esfuerzo y sus goles no han sido suficientes para que El Glorioso enderece el rumbo.