En el Real Unión ha arrancado una nueva experiencia profesional para usted después de haber militado la campaña pasada en el Alavés, ¿cómo le van las cosas?

Nos está costando. La clasificación dice que tenemos cero puntos y al final es eso lo que te marca la línea del año. Es evidente que no haber sumado ningún punto en dos partidos no es un buen resultado. Es muy malo y a eso hay que añadirle la eliminación en la Copa del Rey. Pese a ello, el equipo ha demostrado que no se ha merecido estas dos derrotas. Por mi experiencia del año pasado, y vistos los equipos contra los que hemos jugado, creo que somos un equipo fuerte dentro del grupo y vamos a demostrarlo empezando por ganar al Alavés.

En lo personal, a pesar de haber encontrado un nuevo acomodo con relativa celeridad, tampoco ha debido ser para usted un verano demasiado sencillo.

No ha sido fácil, la verdad. Estar esperando a que te llamen y que te digan si alguien te quiere o no, no resulta sencillo. Tú ya has hecho tu trabajo a la hora de una temporada y te pasas los días esperando a ver si algún equipo se fija en ti. Para mí suponía mi primer verano sin contrato y se hace complicado. Somos futbolistas y somos privilegiados, pero tampoco es fácil estar sin saber qué va a pasar con tu futuro. Yo venía de un buen final de temporada con un gran club y me ha costado, así que no me quiero ni imaginar lo que ha pasado otra gente que no tenga tantas reseñas en su currículum. No es fácil, pero este mundo es así y hay que saber adaptarse a ello para que la situación no te acabe superando.

Antes de irse de vacaciones, su idea pasaba por continuar un año más ligado al Alavés, ¿qué pasó para que al final no se produjese esa renovación que esperaba?

Es la primera vez que me ha tocado vivir una situación así y la verdad es que te pasan muchas ideas por la cabeza. Por una parte, la opción de quedarme. Por otra, la de irme. Y, por otro lado, también te queda la incertidumbre de qué podría haber pasado de haber tomado otra decisión. Igual ahora podría estar en el Alavés, pero también podría haberme quedado sin equipo. Al principio me transmitieron desde el Alavés el deseo de que me quedase. Entonces ya tenía una oferta del Real Unión. Hablé con el nuevo presidente y me aseguró que contaban conmigo, pero los días pasaban y la oferta no llegaba. Así, al final decidí fichar por el Real Unión.

Tampoco es el cuadro irundarra una mala opción dentro de la categoría: un equipo con historial, potente, con aspiraciones de ascenso y, además, muy cerca de su casa.

Para mí las dos opciones eran muy buenas y tanto en un sitio como en otro yo iba a ser feliz. Del Alavés no puedo decir nada que no se sepa ya. El Alavés es muy grande. Fichar por el Real Unión supone estar en casa y también es un club muy importante en Segunda B. Las dos eran opciones muy buenas, pero yo lo que quería era jugar. Tenía una oferta de un equipo como el Real Unión que me quería y, por el otro lado, una oferta que no era ni oferta, simplemente decirme que me querían, sin consultar con el director deportivo ni con el entrenador.

Ha tenido tiempo para reflexionar, ¿cómo valora la temporada que pasó en el Alavés y en la que tuvo tantos fuertes altibajos emocionales por culpa de las lesiones con momentos muy buenos y otros muy malos?

Para mí, en la experiencia en el Alavés todo ha sido muy bueno, tanto el inicio cuando llegué tarde a la pretemporada, como en la racha en la que fue titular, como cuando estuve lesionado y como cuando disputamos el play off. Me quedo con todo porque me ha servido para aprender y puedo decir que solo tengo buenos recuerdos del Alavés.

Quizá ese 'play off' que mencionaba fue su momento cumbre de la temporada, demostrando que podía volver a jugar a un alto nivel después de sobreponerse a las lesiones en la rodilla.

Esas lesiones me generaron muchas dudas y llegó un momento en el que pensé que ya iba a tirar el año a la basura. En esos momentos tan duros, el entrenador me ayudó mucho y eso tengo que destacarlo. Sin Miguel Ángel -Álvarez Tomé-, si hubiese estado otro entrenador, igual no habría vuelto a jugar, sin embargo él me dio siempre una confianza por la que le estoy muy agradecido. Me ayudó a recuperarme para volver a jugar y gracias a eso ahora puedo seguir en el fútbol.

¿Le sigue dando vueltas a esa eliminatoria contra el Lugo?

Siempre que no ganas te comes la cabeza y te pones a pensar qué se hizo mal. Cuando algo se acaba es cuando realmente te das cuenta dónde estabas metido. Cuando pierdes algo es cuando valoras lo que tenías y yo al salir le he dado muchas vueltas a esos partidos del play off en los que nos faltó tan poco. Hay que intentar saber qué es ese poco para que si la situación vuelve a repetirse algún día, el resultado sea diferente.

Y, después de ese análisis, ¿ha encontrado el punto crítico?

No es fácil porque trabajamos duro durante todos los días del año para conseguir el ascenso y después nos quedó ese mal sabor, aunque lo cierto es que lo dimos todo.

El Alavés es parte de su pasado y el presente es el Real Unión, donde parece que va a ser un jugador importante para Roberto Olabe.

Olabe me dijo desde el principio que iba a contar conmigo, pero está claro que en un equipo como este no juegas así como así. Estamos muchos en el centro del campo y no creo que vaya a tener un sitio tan fácil como se ve desde fuera, aunque eso también es mejor para mí porque tengo que currármelo en los entrenamientos. No fui a Noja a jugar la Copa y por algo será. Puede ser que me estén reservando para el Alavés, pero también puede ser que no cuenten conmigo.

Lo que parece evidente es que el arranque del curso no ha sido el esperado para su equipo.

Está claro que son cero puntos, pero tenemos mucha confianza en el equipo. Los resultados son esos, pero las sensaciones son positivas. Ojalá no me equivoque porque creo que tenemos gente buena en todas las líneas. En estos dos primeros compromisos, no lo hemos hecho mal a pesar de haber perdido y hemos tenido opciones de ganar. Ahora hay que intentar darle la vuelta a la tortilla cuanto antes.

El problema de este mal arranque puede venir derivado del nerviosismo que se pueda generar si no remontan de manera inmediata.

Ahora no tenemos mucha presión, pero si llegamos a perder contra el Alavés creo que pueden cambiar las cosas. Ahí se podrían abrir diferencias, aunque creo que en este grupo nadie se va a pasear. Ningún equipo se va a poner en cabeza y le va a meter diez puntos al segundo porque aquí se van a producir muchos pinchazos. Solo hay que ver el Amorebieta: nadie contaba con ellos pero tienen seis puntos, es un equipo con mucha experiencia, muy buenos fichajes y al que va a ser difícil ganar en su campo. Nuestra situación actual no es preocupante por eso. Si estuviésemos en otra competición y con otros equipos, a lo mejor sí. Este año va a ser muy complicado porque hay muchos equipos de nivel.

Nos ha hablado de su actual club, pero ¿como ve a su exequipo?

Suelo hablar con ellos y me cuentan que las cosas están muy bien y que están muy contentos. Por fichajes y por nombres, las cosas pintan muy bien. Ojalá el Alavés suba este año y se deje ya de pasar penurias, pero en este partido espero marcarles un par de goles y que ganemos.