Vitoria. El nombre del Deportivo Alavés sigue teniendo mucho tirón. Más todavía cuando el cuadro albiazul es uno de los mejores equipos de Segunda División B y ha presentado ya su candidatura al ascenso a la categoría de plata. La puesta en marcha del mercado invernal supone la apertura de nuevas puertas para futbolistas que hasta la fecha no han tenido las oportunidades que esperaban esta temporada y no han sido pocos los que han sido ofrecidos a un conjunto vitoriano que tiene un excelente cartel por su potencial futbolístico y por el hecho de ser capaz de abonar sus salarios a los jugadores, cosa que no pueden decir muchos otros clubes, sobre todo en Segunda B.

En la dirección deportiva albiazul se maneja ya una selección muy minuciosa para, más allá del refuerzo en la portería, intentar potenciar la plantilla de cara al tramo decisivo de la competición. Mientras que el guardameta noruego Lasse Staw apura sus últimas sesiones de trabajo a la espera de conocer la decisión de la secretaría técnica, el director deportivo contempla la parcela defensiva -ya sea la propia zaga o un pivote- como la única en la que se necesita un refuerzo.

Puede que ese segundo fichaje -el primero será el de Staw o el de otro portero si el noruego no convence- no se acabe por concretar, pero entre las opciones que se han sondeado figura un nombre subrayado en rojo, el de Pablo Gallardo. El central sevillano no ha entrado en los planes del Recreativo de Huelva, su club durante las dos últimas temporadas, a lo largo de todo el curso y contempla la salida como cedido como su mejor opción de futuro. Tras un año y medio sin apenas minutos en el conjunto onubense, el central formado en la cantera del Sevilla, y con experiencia en Segunda División con el filial del conjunto nervionense, quiere abandonar Huelva en busca de una oportunidad que le permita seguir creciendo después de pasar demasiados meses estancado.

En esta tesitura, el interés mostrado por el Alavés es un auténtico halago para un futbolista que está deseando hacer la maleta para viajar a Vitoria lo antes posible.

"Han hablado con mi representante para preguntar por mi situación y estamos a la espera de ver si ese interés se concreta en una oferta. Si salgo del Recreativo, la opción del Alavés para mí es genial porque es un gran club, está haciendo una campaña magnífica y me gustaría ir a aportar mi trabajo para conseguir el objetivo del ascenso", aseguró ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA un Pablo Gallardo que contempla su fichaje por El Glorioso como una gran opción de futuro, aunque otros clubes de Segunda B como el Pontevedra, el Melilla, el Cádiz o el San Roque también se han puesto en contacto con su representante para valorar su posible incorporación.

Desde el entorno del futbolista sevillano (24 años y 1,84) también se espera recibir en los próximos días una llamada procedente de la dirección deportiva alavesista, ya que después de esa primera toma de contacto para conocer la situación del jugador no se han producido nuevos avances a pesar de que Gallardo es uno de los pocos jugadores que se encuentran en la lista definitiva de posibles fichajes.

Si finalmente quiere concretar esta operación, los movimientos de los responsables deportivos albiazules han de ser rápidos porque no se quiere esperar al día 31 de enero, último hábil en el mercado invernal, para acabar de cerrar la plantilla. Así, la próxima semana será decisiva para todas las posibles incorporaciones -también la más que evidente de un guardameta-, por lo que de querer hacerse con los servicios de Gallardo el Alavés tendría que llegar a un acuerdo con el futbolista y también con un Recreativo que, en principio, no debería poner demasiadas trabas a la salida de un futbolista que no entra para nada en los planes del preparador del cuadro onubense.

sobran fichas Un posible fichaje, ya sea el de Gallardo o el de otro jugador que complete el entramado defensivo, provocaría un desequilibrio en la actual composición de la plantilla albiazul. El Alavés cuenta en estos momentos con dieciséis fichas senior, el máximo que permite la Federación Española de Fútbol en Segunda División B, y la llegada de cualquier futbolista mayor de veintitrés años obligaría a dejar sin ficha a uno de los actuales integrantes del equipo alavesista. En este sentido, las dudas parecen mínimas y si llega el momento será Iker Guereñu el gran perjudicado por la incorporación de un nuevo futbolista. El vitoriano sigue incomprensiblemente relegado al ostracismo y todo hace indicar que su situación no va a cambiar ahora.