CENICERO San Martín, Sánchez, Jorge, Garza (Erce, m.66), Armando, Carlos, Roncal (Sergi, m.60), Carras, Kike, Abou, Vitoria.

OYONESA Cristian, Jimenez, Claudio, Nano, Jabo, Toño, López, Javi Sanz, Flores (Gustavo, m. 60), Sergio Domínguez (Escribano, m.64), Ureta (Fran, m.69).

Goles 0-1, m.5: Flores. 1-1, m.91: Abou.

Árbitro Javi Alsasua. Amonestó a Sánchez y Abou, del Cenicero, y a Claudio y Nano, de la Oyonesa.

cenicero. La falta de precisión ofensiva condenó a la Oyonesa al empate final en un encuentro en el que el juego del combinado riojanoalavés decreció respecto al que había desplegado en anteriores partidos. No se mostró preciso el conjunto albiazul en el último tercio del terreno, donde de verdad se ganan los encuentros, en el momento de suministrar el pase decisivo.

De haber estado más certero en esta faceta, el conjunto dirigido por Sergio Ochoa se habría apuntado con comodidad la cuarta victoria consecutiva y se habría vuelto a acercer al líder, la Unión Deportiva Logroñés, del que ahora le separan tres puntos. El tropiezo, pese a todo, de ayer no impide que el conjunto albiazul prosiga dentro de los cuatro primeros clasificados, lo que da derecho a jugar la fase de ascenso al igual que ya hizo en la memorable temporada pasada.

El cuadro oyonés tuvo un impetuoso comienzo al adueñarse por completo del balón ante un cuadro local rebasado por completo. No se hizo esperar el primer tanto del partido cuando un perfecto pase de Jiménez dejó al delantero Dani Flores solo ante el meta local, al que batió con maestría. Pese a que el marcador le obligaba, el cuadro anfitrión seguía con la misma actitud conformista del principio y apenas apretaba a la Oyonesa.

Es más, el juego se desarrollaba en la parcela del Cenicero constantemente, pero muchos ataques de la Oyonesa morían en el borde del área. Los continuos errores a la hora de realizar el último pase lastraban gran parte de los ataques locales. En cualquier caso, el cuadro oyonés pudo ensanchar su ventaja por medio de Sergio Domínguez y Dani Flores, pero sus dos vaselinas se perdieron desviadas.

Tras el descanso, el control del balón seguía siendo de los visitantes. Pero paulatinamente el Cenicero comenzó a merodear el área visitante aunque sin excesivo peligro. La propia falta de peligro que transmitía el rival fue instalando un poso de conformismo y relajación en los jugadores visitantes que terminaron lamentando. En la única ocasión del Cenicero en todo el encuentro, el balón llegó a Abou. El atacante diseñó una vistosa jugada personal y, tras driblar a Toño, soltó un potente chut desde fuera del área que se alojo en la meta defendida por Cristian. Al final, decepción por los puntos perdidos.