vitoria. Con un irreprimible suspiro de alivio. Así recibió en la mañana de ayer Jules Pardo el diagnóstico que le proporcionó el doctor Manu Goienetxea tras ser sometido a una resonancia magnética en su rodilla izquierda. Y es que el dictamen final tras las pruebas complementarias practicadas ayer confirmó lo ya sabido pero no aumentó, como se temía, la gravedad de la lesión. Fue, por lo tanto, el menor de los males. Y es que el centrocampista albiazul sufre la rotura del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda pero mantiene intactos los cruzados.
Traducido a cifras, esto quiere decir que el periodo de convalecencia estará entre las ocho y diez semanas mientras que en el caso de que la resonancia hubiera ratificado también la existencia de la otra rotura, el periodo de baja se habría disparado hasta los seis meses poniendo un triste punto final a la temporada de Pardo.
Sin embargo finalmente la lesión, aunque grave, no supondrá la pérdida del fornido futbolista vascofrancés para lo que resta de ejercicio ya que, si la recuperación marcha según lo previsto, podría estar de vuelta en los terrenos de juego el próximo mes de febrero y convertirse en un inesperado refuerzo para Miguel Ángel Álvarez Tomé de cara al decisivo tramo final de la temporada.
Como se recordará, Jules Pardo se produjo esta lesión -que ha tenido en vilo al alavesismo durante un par de días- en una acción fortuita del entrenamiento del pasado domingo. Después de que los titulares ante el Lemona se hubiesen retirado ya al gimnasio, el resto de la plantilla disputaba un partido cuando un choque entre tres jugadores en la búsqueda del balón terminó con Asier Salcedo cayendo sobre la pierna apoyada del galo. Desde el primer momento resultó evidente que se había producido un daño físico de importancia pero las primeras pruebas que se le practicaron no resultaron concluyentes para determinar si tenía afectados los ligamentos cruzados o no.
Fisura ósea En consecuencia debido a la festividad del lunes y a la notable inflamación que presentaba la rodilla hubo que esperar hasta ayer para conocer el alcance exacto de la dolencia. De esta manera, la resonancia confirmó la rotura del ligamento lateral interno y descubrió también una fisura ósea condino femoral que, no obstante, no debería suponer un incremento del tiempo estimado de recuperación. Por lo tanto, Pardo deberá centrarse a partir de ahora en lograr la puesta a punto lo antes posible -circunstancia en la que ya tiene experiencia puesto que hace años, durante su estancia en la Real Sociedad, se lesionó de gravedad la rodilla derecha- y apoyó a sus compañeros desde la grada.
Quien se encuentra con un nuevo quebradero de cabeza es Miguel Ángel Álvarez Tomé, que pierde durante varios meses a una de las piezas a las que ha recurrido con asiduidad durante lo que se lleva disputado de competición. Además, los problemas físicos que arrastran Alaña y Josete provocan que la posición de pivote defensivo sea en estos momentos una de las más conflictivas para el preparador alavesista.