Vitoria. A la espera de que el Registro de lo Mercantil dictamine cómo se resuelve la ampliación de capital que llevó a cabo el Deportivo Alavés a comienzos de año, desde la Diputación Foral de Álava se siguen mandando mensajes a los dirigentes del cuadro albiazul para que comiencen con la mayor celeridad posible el proceso que conduzca al club hasta la capitalización marcada en su plan de viabilidad de 3,2 millones de euros.
Desde el Palacio de la Provincia se considera que una nueva ampliación de capital es la mejor solución para conseguir esa inyección económica que aún precisa el club para conseguir el dinero que necesita para hacer frente a sus obligaciones de pago, sobre todo las que conciernen a la deuda concursal. La novedad, en este caso, es que los rectores forales instan a los dirigentes alavesistas a que dicho proceso sea abierto para que cualquier posible inversor no se encuentre con obstáculos a la hora de realizar su aportación económica.
La definición de esta postura viene a hacer frente a la actitud declarada la semana pasada por el presidente albiazul, Alfredo Ruiz de Gauna, quien expresó que si el Registro de lo Mercantil no daba validez a las acciones que fueron desembolsadas una vez finalizado el plazo de la anterior ampliación, ese dinero -alrededor de 450.000 euros- se suscribiría de manera preferencial por su parte con la apertura del nuevo proceso, aunque de momento tampoco está claro que ésta sea la vía elegida para conseguir el dinero que falta para alcanzar los 3,2 millones de euros exigidos.
Desde la Diputación se pretende que la segunda ampliación, al contrario de lo que ocurrió en la primera, se lleve a cabo de una manera libre para que cualquier inversor tenga la opción de ingresar el dinero que crea conveniente y poder de esta manera hacerse con el control de un paquete mayoritario de acciones.
Esta situación iría en perjuicio de los actuales accionistas mayoritarios, quienes pretenden velar por su inversión imponiendo ciertas restricciones al igual que en su momento hiciese Fernando Ortiz de Zárate para evitar la llegada de algún empresario que se hiciese con el control de la entidad sin pasar por el filtro presidencial.
Las pretensiones del ente foral de que aparezca algún inversor que se haga con el control del 51% de las acciones, sin necesidad de llegar a acuerdo alguno con los actuales rectores alavesistas, vuelve a chocar de manera frontal con el propietario del Grupo Bidasoa, quien en todo momento ha defendido su derecho a velar por sus intereses y su importante desembolso económico.
En todo caso, los próximos días serán decisivos para discernir cuál va a ser la solución del futuro para que los problemas económicos no acaben con el Alavés.