vitoria. Hace ahora doce meses, el Deportivo Alavés vivía unas de sus horas más tristes tras consumarse el fatídico descenso a la Segunda División B después de dos ejercicios de peligrosísimos equilibrios sobre el alambre. Ante semejante situación, la reacción de los responsables de la entidad del Paseo de Cervantes fue romper con todo y recurrir a las excavadoras para llevar a cabo un exhaustivo trabajo de derribo antes de comenzar a pensar en el siguiente proyecto.

El resultado de esta decisión fue una absoluta renovación del club en su parcela deportiva y una limpia del vestuario que provocó que los aficionados prácticamente no se encontraran con ninguna cara conocida al regreso de sus vacaciones. Únicamente tres honrosas excepciones se salvaron de la quema. Se trataba de Igor Martínez, elegido como emblema del nuevo alavesismo, la joven promesa Jonathan Reguero y Raúl Llorente, recuperado a última hora tras haberle mostrado la puerta de salida en reiteradas oportunidades. Curiosamente, por unas u otras razones, ninguno de esos hombres continuarán en El Glorioso el año que viene. Igor ha sido traspasado al Athletic como consecuencia de sus buenas actuaciones, Reguero militará en el filial rojiblanco tras no convencer en Mendizorroza y el lateral zurdo madrileño no aceptó la oferta de renovación que se le planteó en su momento y, a día de hoy, parece complicado que pueda llegarse a un acuerdo para que sus caminos se reencuentren.

El resultado de esa política se ha visto a lo largo y ancho de la recién concluida temporada y, como dicen que rectificar es de sabios, los actuales responsables del club han optado por tratar de evitar cometer en la medida de los posible los mismos errores que sus predecesores. Por este motivo, la política adoptada durante este verano para diseñar el nuevo proyecto albiazul dista bastante de la empleada un año antes y apuesta por construir el edificio sobre los cimientos que han demostrado su solidez y utilidad bajo la disciplina alavesista.

Así las cosas y pese a que aún restan más de dos meses para que dé comienzo la competición oficial, el esqueleto del equipo que dirigirá Miguel Ángel Álvarez Tomé desde el banquillo está más que diseñado y únicamente restan por incorporar retoques puntuales para que pueda verse de manera definitiva la nueva cara de este Deportivo Alavés. De entre lo que ya se sabe, la mayoría son rostros conocidos como consecuencia de haber defendido la elástica albiazul durante el último ejercicio liguero.

Además, las nuevas incorporaciones ya confirmadas tampoco cumplen con el perfil que parecía exigirse hace un año. Si entonces el tándem técnico que formaban José María Cidoncha como secretario técnico y Javier Pereira en el papel de entrenador optó por dotar a la plantilla vitoriana de futbolistas procedentes de los puntos más lejanos de la península y con un conocimiento muy escaso o nulo del fútbol que se practica habitualmente en el grupo norte de la Segunda División B, en esta oportunidad se ha elegido todo lo contrario.

De esta manera, todos los nombres que ya se han unido de forma oficial al próximo proyecto albiazul -a los que con toda probabilidad hoy se sumará el del vitoriano Asier Salcedo tras concluir el pasado sábado la temporada en Segunda División con el descenso del que ha sido su club hasta ahora, el Real Unión- tienen un vínculo muy próximo con el entorno y un notable conocimiento de las particularidades del juego en el que van a tener que desenvolverse a partir del último in de semana de agosto.

Javi Casas y Jon Moya proceden de la cantera del Athletic, Fernando Esparza ya militó en el pasado -entre otros- en el filial albiazul y el Aurrera de Vitoria y Jito, que a priori es el que menos cumple con el perfil establecido, acumula una amplísima experiencia a sus espaldas y disputó la pasada temporada en la Cultural Leonesa siendo el máximo goleador del grupo. Por no hablar del propio Salcedo, que fue, hace casi una década ya, una de las primeras perlas de la nueva cantera del Deportivo Alavés y que tras unos cuantos ejercicios de peregrinaje por diferentes equipos por fin regresa a casa.

Completar el puzle A partir de ahora, por lo tanto, y con tiempo por delante, a la secretaría técnica que encabeza Gorka Etxeberria le resta completar el puzle de este nuevo Glorioso que volverá a partir con la obligación de conseguir el ansiado ascenso. Estos retoques que faltan deben comenzar por la portería, donde hace falta un compañero para Alberto Montero. Por lo que respecta a la zaga, ambos laterales buscan inquilino, lo mismo que sucede con el interior diestro. Por último, el centro del campo es donde aparece el hueco más importante que deberá ser rellenado por el buscado cerebro. Gran parte de estas llegadas, además, tendrán que cumplir con el requisito de ser sub"23 para cumplir con la normativa vigente.