FIESTA por todo lo alto. La afición albiazul se lo pasó ayer en grande en Anduva. Es más, de hecho, los cerca de 2.000 seguidores babazorros que se desplazaron hasta Miranda fueron en algunas ocasiones los principales protagonistas de un intenso derbi.

El pequeño fortín del Mirandés fue ayer más albiazul que nunca. De hecho, en ocasiones parecía que el Alavés jugaba en casa ante el incansable aliento que llegaba desde uno de los fondos y desde una esquina de la grada. Buena prueba de ello es que a lo largo de buena parte de los 90 minutos las únicas voces que se oían en el feudo del cuadro burgalés eran las de los fieles del conjunto gasteiztarra. Sus gritos y cánticos de ánimo taparon las 4.000 gargantas de los fieles locales.

Dueños y señores de la grada. La parroquia albiazul echó ayer el resto y sacó a relucir su extenso y variado repertorio de canciones. Clásicos como Al equipo albiazul, no hay quien le gane, porque tiene unos huevos así de grandes o Oé, Oé, Oé Glorioso, lo, lo, lo pasando también por el Alavés, te quiero y recuperando incluso hits como el ¡¡¡Qué bote, que bote, que bote general!!! se pudieron escuchar ayer por la tarde en el choque entre Mirandés y Alavés.

Sin embargo, el número uno de la lista fue sin lugar a dudas el no menos clásico Este año sube el Alavés, sube el Alavés eh, sube el Alavés. A ritmo del famoso Yellow submarine de los Beatles los 2.000 seguidores albiazules formaron un perfecto coro dejando claro la confianza que tienen en lograr el ascenso. La afición gasteiztarra no tiene dudas. Alberto Pinki, el Pingui, Boldi y Corti, una cuadrilla de amigos, no tienen ninguna duda sobre las posibilidades reales de ascenso del equipo. "Por supuesto que subimos".

Hay fe. Todos la tienen. Equipo y afición. Comunión perfecta. Como la que se vivió ayer en Anduva desde el primer minuto. El Alavés jugaba en casa. Sí, en Miranda, pero con el calor que le llegaba desde la grada, aquello era un pequeño Mendizorroza. Aliento incansable para llevar en volandas al equipo a por el triunfo. Fe hasta el final.

No tienen dudas. Este año sube el Alavés, sube el Alavés cantaba una y otra vez la grada. Los cánticos fueron a más a medida que pasaban los minutos. La explosión de júbilo con el primer gol de Diego Segura dejaba claro quién mandaba en la grada. Anduva era albiazul. Todos piensan en el ascenso. Confianza ciega en el equipo. Sin dudas.

Ni cuando llegó el gol local. Un pequeño jarro de agua fría, que en otras ocasiones habría minado la moral del equipo y quizá le hubiese dejado sin el premio de la victoria, pero ayer no. Ayer por detrás estaba una fiel afición que rápidamente se encargo de levantar el ánimo de los suyos. Jo ta ke, irabazi arte empezó a sonar desde el fondo sur. Dicho y hecho. El equipo toco a rebato y se fue a por el triunfo. Juntos de la mano. Jo ta ke, irabazi arte gritaba la grada a lo que respondía el equipo empujando desde el césped. La respuesta no pudo ser mejor. Geni llevó el delirio a la grada con un gol en el descuento. Locura colectiva. Extásis. Fue un momento indescriptible, que ya vaticinó para el descanso el ex ciclista Luis Mari Díaz de Otazu. "Están madurando el partido. Lo van a madurar para llevárselo de nuevo al final".

Dicho y hecho. Tocaba poner de nuevo el número uno de la lista del cancionero albiazul. Este año sube el Alavés, sube el Alavés. Era el colofón perfecto a una fiesta. Por todo lo alto además. De hecho, ayer el Alavés adelantó por unos meses La Blanca y por Anduva se pudo escuchar el Celedón ha hecho una casa nueva, Celedón con ventana y balcón. De hecho, el propio Iñaki Landa, que en su día encarnó el popular personaje de Zalduendo, fue uno de los muchos seguidores que ayer se acercaron hasta Miranda. Landa también confiaba antes del inicio del partido en un triunfo del Alavés. "Con ganar vale". Dicho y hecho.

Además, pudo disfrutar de un impresionante ambiente. "Esto es increíble", se felicitaba Felipe Saéz de Urturi, que tuvo la suerte de hacerse con las últimas entradas que quedaban en taquilla. El peñista de babazorros disfrutó del encuentro apiñado en el fondo sur. Al menos, tuvo algo más de espacio que los seguidores que estaban en la grada. "Están como sardinas en lata", comentó. De hecho, los propios seguidores allí ubicados así lo reflejaron con sus cánticos. Esto no es un campo, es un futbolín.

La cosa no fue a mayores. De hecho, salvo cánticos esporádicos de Puto Mirandés por el lado albiazul o Patatero por parte local, la buena sintonía fue la nota predominante de un día más que festivo. Boldi y Corti pudieron dar fe de ello con las copas que se tomaron en la comida. La alegría de Pingui era menor. Le tocaba conducir. Pese a todo, el fiel albiazul reconoció que ya se tomó su copita de patxaran. Había que celebrarlo. Este año sube el Alavés cantaban todos ellos mientras abandonaban Anduva.