Vitoria. Las cosas están bastante claras en un vestuario del Deportivo Alavés en el que el pasado lunes hubo terapia de grupo para intentar corregir los errores cometidos en los últimos compromisos y que han deparado la salida del cuadro albiazul de los puestos de play off. "La reunión ha venido bien para decir las cosas claras y a partir de ahora tenemos que tener fuerza para reaccionar. Ahora es el momento de ser prácticos y eficaces. Hemos perdido cuatro de los últimos seis partidos y ésos no son números para estar arriba en la clasificación", señaló Óscar Rico a la conclusión de la sesión de trabajo matinal de ayer.

En esta tesitura, el extremo izquierdo ilicitano tiene claro que el compromiso del domingo contra la Ponferradina es "una final en la que nos jugamos mucho porque llevamos muchos partidos sin hacerlo bien y los números mandan, aunque estamos concienciados para sacar esta situación adelante".

Rico quiso echar un capote a su entrenador, Javier Pereira, y le quitó de encima responsabilidades cargando las mismas sobre los hombros de los propios futbolistas: "El entrenador se juega mucho, pero también nosotros, que, al final, somos los que tenemos que hacer el trabajo. Él realiza el suyo a lo largo de la semana y nosotros lo tenemos que hacer en los partidos".

Además, el extremo zurdo albiazul considera que conseguir una victoria contra la Ponferradina podría servir de bálsamo para recuperar unas buenas sensaciones que han quedado relegadas al baúl de los recuerdos. "No estamos sacando todos los puntos que deseábamos, pero, aún así, si les ganamos nos pondremos a un solo punto de ellos en la clasificación. Tenemos mucho margen de mejora y el primer paso tiene que ser ganar a la Ponferradina", concluyó Rico.