vitoria. Una vacuna contra el desaliento. O quedar contagiado con el virus de la derrota, un germen que nunca arrastra consecuencias halagüeñas. Por eso, el Deportivo Alavés se aferra en su visita al estadio de La Balastera (16.30 horas) a recibir esa inyección que le ayude a recobrar el ánimo, volver a la senda de los resultados positivos y, sobre todo, mantenerse en los puestos de ascenso del Grupo I.
El Palencia, su verdugo en la Copa del Rey en este mismo curso, se coloca en el punto de mira de un bloque obligado a dejar atrás errores recientes, aunque llega con una plantilla mermada de efectivos. Porque hasta siete jugadores se quedan al margen de las órdenes que imparta Javier Pereira en la pizarra del terreno de juego castellano leonés después del caótico encuentro ante el Mirandés. Cuatro ausencias las facilita la lista de inquilinos de la enfermería (Castells, Segura, Bouzas y Gereñu). Los otros tres (Rico, Vicente y Carrión) han sufrido de diversas maneras y a lo largo de la semana la guadaña sancionadora de los respectivos comités federativos.
De hecho, el técnico albiazul afronta un duelo ante un directo rival -el Palencia se encuentra en la tercera posición con los mismos puntos que el Alavés- con apenas posibilidades de componer un once inicial. Dispone de 14 jugadores del primer equipo aptos para la cita (un equipo titular y los tres cambios de rigor, si fuera necesario) y se ha debido recurrir al filial para completar la lista de componentes que integran la expedición albiazul.
La principal línea tocada se encuentra en la medular. En un equipo construido para que el esférico ruede y se distribuya con criterio desde el centro del campo, la visita al Palencia se realiza sin apenas efectivos en esa parcela. Romerito, en facetas de destrucción de juego, y Fran Moreno, en labores de creación, se perfilan como el doble pivote con mejores garantías. En las bandas, Ruano -quizá por el carril contrario al que acostumbra- e Igor Martínez se postulan como los remedios ante la sangría en esa zona del terreno.
En la retaguardia protegiendo a Montero -Mikel Pagola disputó todos los minutos en la Copa Federación, teórica competición que serviría para dar minutos a los suplentes- las dudas casi son inexistentes. Ante la plaga de bajas, Pereira sólo dispone de cuatro jugadores del primer equipo para completar los puestos de la zaga. El portugués Mesquita -casi inédito en el campeonato liguero- deberá asumir la responsabilidad en el lateral derecho. En la izquierda se mantendrá Raúl Llorente. Y los dos únicos centrales de la plantilla, Neru e Igor Cuesta, serán los encargados de componer el eje de esa línea. Sólo en punta, con cuatro piezas de corte atacante (Igor Martínez, Reguero, Óscar Martínez y Geni) queda un margen más amplio para la especulación. El nueve albiazul, a buen seguro, tendrá un puesto desde el inicio. El resto, o ejercerá su papel de revulsivo, o quedará con el rol de mediapunta.
seis goles encajados El examen para los delanteros va a ser de nivel. No en vano, el Palencia, que firma cuatro victorias y tres empates en su feudo en este curso, apenas recibe tantos en contra. Sólido en su casa, el conjunto palentino sólo ha cedido seis puntos en su estadio en lo que va de Liga. Lugo, Barakaldo (estos dos al inicio de la competición) y Celta B han sido los únicos que han logrado arañar un resultado positivo ante un adversario que siempre marca ante su afición. Porque este Palencia no sabe aún lo que es no celebrar un gol a favor ante su público. En sus dos últimas citas, sin ir más lejos (Izarra y Celta B) han hecho siete dianas, con Paulino como artillero enchufado. Pero este Alavés necesita reivindicarse cuanto antes.