Vitoria. El grado de enfado sube por momentos en el seno de la directiva del Deportivo Alavés según se va acercando la fecha de un partido contra el Mirandés que está generando más problemas de los deseados. Los dirigentes albiazules están muy molestos con la actitud de los representantes del club burgalés, sobe todo en lo que se refiere al protocolo de seguridad que la Ertzaintza obliga a cumplir en los partidos que se disputan en Mendizorroza y que son iguales en todas las categorías.

Desde Miranda se ha acusado al club vitoriano de haber informado de diversos aspectos (horario del partido y ubicación de las entradas) demasiado tarde, pero el club vitoriano comenzó sus gestiones el pasado día 6 de noviembre y desde el 9 los dirigentes burgaleses ya conocían el horario del partido (17.00 horas) y la obligación de que sus seguidores se ubicasen en el fondo de seguridad.

En un principio, los dirigentes el Mirandés se mostraron conformes con estos dos puntos, pero ahora no hacen más que aparecer voces críticas, sobre todo con el hecho de que la afición rojilla tenga que estar separada de la albiazul y ubicada en el fondo de seguridad y la zona de la tribuna preferente que se encuentra al lado de la misma.

En este sentido, desde Miranda se ha asegurado que serán muchos los seguidores del club que se desplacen a Vitoria por su cuenta -finalmente sólo se fletará un tren desde la localidad vecina- para adquirir las entradas que les permitan sentarse en cualquier zona del estadio en las propias taquillas de Mendizorroza, una actitud que desde el Alavés se considera como irresponsable ya que puede generar problemas de seguridad. En este sentido, la propia Ertzaintza puede obligar a esos grupos a ubicarse en el fondo de seguridad para cumplir con el protocolo que obliga a que exista una separación entre ambas aficiones para evitar que se produzcan enfrentamientos.

El último acto que ha causado irritación en el Alavés ha sido la petición por parte de la directiva del Mirandés de cerca de treinta invitaciones para este partido después de que el propio cuadro burgalés advirtiera el pasado mes de agosto que en Anduva no habrá invitaciones para los jugadores (al igual que ocurre con muchos clubes de Segunda B) y sólo dará cuatro entradas a la directiva.