Te cuesta dormir porque la cabeza no para de dar vueltas, repasas cada interacción en el trabajo, o esa discusión que te ha descolocado… Tu mente va a mil y tu cuerpo sufre las consecuencias: dolores de cabeza, contracturas, insomnio… ¿Te suena? La gestión de tus emociones en el trabajo es algo que puedes aprender y que mejora de manera notable cómo te sientes. Desde PsicoLan te recomendamos 8 formas de gestionar tus emociones para mejorar tu salud mental en el trabajo.

Reconocer el valor de tu salud mental

Cuidar la mente no es un lujo, es una necesidad. Y no hay que esperar a tener un trastorno grave para empezar a cuidarse. 

El bienestar emocional también implica sentirte capaz de gestionar la presión, mantener buenas relaciones laborales y disfrutar de tu día a día. Como primer paso, date permiso para considerarlo prioritario: no es egoísmo, es prevención.

Detectar señales de alarma antes de que te desborden

¿Te cuesta dormir, te irritas con facilidad o te cuesta concentrarte? ¿Te aíslas o sientes que lo que haces ha perdido sentido? Estas señales no son debilidad, son mensajes que tu cuerpo y tu mente te envían para que pares y te cuides. No esperes a “tocar fondo”. Actuar a tiempo puede evitar consecuencias mayores.

Practicar la autocompasión

La autocrítica constante es una fuente silenciosa de malestar. En cambio, tratarte con amabilidad —como lo harías con una amistad que atraviesa un mal momento— puede ayudarte a afrontar el día con menos presión. La autocompasión no te vuelve conformista, te hace más resiliente y te permite aprender de los errores sin hundirte en ellos.

Dar sentido a lo que haces

Olvida ese mito de que tu trabajo te tiene que apasionar. Pero sí es importante dar sentido a lo que haces, incluso en tareas rutinarias. Puedes relacionarlo con tus valores personales. 

Tal vez no elegiste tu puesto actual, pero puedes preguntarte: ¿cómo ayuda esto a los demás? ¿Qué estoy aprendiendo? ¿Qué objetivos más amplios me permite alcanzar? Redefinir el propósito disminuye la carga emocional negativa.

Gestionar el estrés con micro hábitos diarios

En muchas ocasiones no puedes elegir ni cambiar el ambiente que te rodea. Pero sí puedes elegir cómo lo afrontas. Empieza por pequeñas acciones: respirar profundamente tres veces antes de responder un email tenso, estirarte al levantarte cada hora, organizar tus tareas por prioridad al comenzar el día. Son gestos mínimos que generan un cambio acumulativo.

MÁS INFORMACIÓN

La Fundación San Prudencio - PsicoLan

Programa "Tu salud - Zure Osasuna"

C/ Dato, 43

01005 Vitoria-Gasteiz

Tel: 945 222 900

Web: www.lafundacion.com


Fomentar relaciones laborales positivas

Tener, al menos, una buena relación en el trabajo mejora de forma significativa tu estado de ánimo. ¿Cómo se logra? Escuchando con atención, pidiendo ayuda sin miedo, compartiendo un café sin hablar solo de trabajo. Y, sobre todo, cuida la comunicación: piensa antes de escribir, evita responder en caliente y muestra disposición al diálogo.

Sé proactivo ante los cambios

A nadie se le da bien gestionar la incertidumbre laboral. Provoca ansiedad, pero quedarse en la queja constante solo agrava el malestar. Adoptar una actitud proactiva —anticiparse, hacer propuestas, buscar soluciones— permite recuperar el control y reducir la sensación de amenaza. No se trata de “ver todo bonito” ni pensar que “si quieres, puedes”, sino de actuar desde lo que sí puedes cambiar.

Celebra tus logros

Reconocer los avances diarios —una tarea finalizada, una reunión que salió bien, un límite que supiste poner— refuerza tu motivación y te ayudará a combatir el desánimo. Y si, a pesar de todo, notas que tu malestar continua, no lo enfrentes en soledad: acudir a un profesional de la psicología no es una derrota, es un acto de cuidado personal. Y ahí es donde PsicoLan puede ayudarte.