Todas las personas experimentaremos síntomas de ansiedad a lo largo de nuestras vidas. Aprender a reconocer los síntomas, saber cómo gestionarlos y, sobre todo, cuándo pedir ayuda son claves para evitar que este trastorno nos incapacite. Mariola Fernández de Romarategui, Psicóloga General Sanitaria de PsicoLan, explica las claves de la ansiedad y podamos gestionarla de manera adecuada.
¿Qué es la ansiedad y cómo se diferencia del estrés que experimentamos en el trabajo?
La ansiedad es una respuesta normal a una amenaza interna o externa. Se producen cambios fisiológicos, incremento del flujo sanguíneo en los músculos y en el corazón. La ansiedad se considera un trastorno cuando ocurre en momentos inapropiados, con frecuencia y cuando es de tal intensidad y duración que interfiere en la actividad diaria de la persona.
¿En qué se diferencia del estrés en el trabajo?
En que el estrés es un estado de activación para pensar, reaccionar y actuar cuando el afrontamiento de una situación exige un rendimiento muy superior al normal y percibimos que carecemos de recursos para afrontarla. Ese estado de activación nos ayuda en situaciones puntuales (eustrés, estrés positivo) con alta energía y emociones agradables. Por el contrario, produce malestar y agotamiento, sintomatología de ansiedad y desánimo, si se mantiene en el tiempo (distrés, estrés negativo). Puede englobar ansiedad, pero también otros síntomas como insomnio, problemas digestivos, dermatológicos, entre otros.
¿Cuáles son los síntomas más comunes que deberían alertarnos de que necesitamos ayuda?
Son varios: cambios en comportamiento y rendimiento, dificultades de concentración y fatiga, irritabilidad o cambios de humor, evitación social, signos de estrés, ansiedad o depresión, taquicardias, dificultad para respirar, sensaciones físicas anómalas (frío o calor, hormigueos, dolencias musculoesqueléticas, agotamiento,…), y también problemas para dormir o comer.
¿Cuáles son los motivos más frecuentes de la ansiedad en el trabajo?
Podríamos destacar una carga excesiva de trabajo, poca autonomía, mala relación con los superiores y/o compañeros, expectativas bajas de la propia capacidad, anticipación negativa y miedo al fracaso, auto exigencia de un perfeccionismo excesivo y obsesión por el control, problemas personales, de salud o familia, poca flexibilidad horaria o jornadas estrictas, y estancamiento de la carrera profesional.
¿Cómo influyen factores como la cultural laboral, las expectativas de rendimiento y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal?
Son factores que influyen mucho en el bienestar emocional de la persona trabajadora. Por un lado, la cultural laboral que tenga la empresa puede ser uno de los focos principales de estrés y, por lo tanto, uno de los mayores retos de los gestores de Recursos Humanos es ayudar a la plantilla a estar bien en el trabajo y fomentar el bienestar en el entorno laboral.Cuando la empresa tiene una cultura centrada en el poder, control directivo, estructura piramidal, con poca comunicación entre las diferentes líneas de la empresa, estar en el trabajo suele ser mucho más estresante que en una empresa orientada a las personas, en la que se tienen en cuenta los valores y beneficios de las personas, las cargas de trabajo, la participación de la plantilla y la comunicación en la organización. Por otro lado, las expectativas de rendimiento, cuando son claras, son beneficiosas tanto para las personas trabajadoras como para las empresas. Hay menos lugar para malentendidos o faltas de comunicación, cuando saben lo que se espera de ellos, conduce a mayores niveles de productividad y rendimiento. Cuando las personas trabajadoras comprenden cómo su trabajo contribuye al éxito de la organización, están más motivadas. Y, por último, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal genera efectos positivos en la salud física, mental y a nivel profesional. El poder dedicar tiempo al ocio o familia, hace que se disminuyan los niveles de estrés.
En términos de terapias disponibles, ¿qué opciones de tratamientos se ofrecen comúnmente para la ansiedad laboral?
Los principales tratamientos que se ofrecen para la ansiedad, suelen ser:
- La respiración y relajación: tienen el objetivo de enseñar a los individuos a relajarse, a aprender a respirar correctamente y a disminuir la activación fisiológica.
- Técnicas de exposición: muchas veces ante una situación ansiosa se tiende a evitarlo, con estas técnicas se pretende progresivamente exponerse al estímulo ansioso.
- Reestructuración cognitiva: ayudar a las personas a identificar y desafiar los patrones de pensamiento y las creencias que provocan ansiedad.
- Técnicas y estrategias centradas en soluciones, en hacer más lo que funciona para manejar las situaciones de ansiedad y parar de hacer lo que no funciona, lo que mantiene el problema.
- Técnicas de tercera generación como el mindfulness: Se basa en la idea de que no son los eventos los que provocan ansiedad, sino cómo los interpretamos y cómo los afrontamos. Se trata de aceptar la situación.
- Técnicas farmacológicas: En algunos casos es conveniente complementar el tratamiento psicológico con un tratamiento farmacológico, especialmente en aquellas situaciones en las que es necesario reducir los síntomas rápidamente.
Un proceso a recorrer con el apoyo necesario
¿Cómo es el proceso de trabajo con los pacientes que sufren de ansiedad laboral?
Empezamos identificando el problema y las circunstancias. Eso permite ajustar una rutina de hábitos saludables, con ejercicio regular, alimentación adecuada y buen descanso. Introducimos la práctica de técnicas de relajación y se trabaja el establecimiento de límites entre la vida laboral y personal. También hay que mejorar la organización, hacer una buena planificación, utilizando agendas, calendarios... Siempre es recomendable buscar apoyo, tanto de personas cercanas como de profesionales de la psicología.
¿Qué papel juega la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la Terapia Breve centrada en soluciones en el tratamiento de la ansiedad laboral y cómo ayuda a los pacientes a gestionar sus síntomas?
Lo primero es hacer una labor de Psicoeducación, conocer las formas de reaccionar que tiene el organismo para que la persona entienda la reacción de su cuerpo y ajuste las expectativas.Después, se dan a conocer las principales técnicas de respiración y relajación, para poder aplicarlas en cualquier lugar antes de que comience la ansiedad o cuando se noten las primeras señales. Es importante no evitar las situaciones que provocan ansiedad. Aprender a afrontar la situación estresante con técnicas centradas en lo que resuelve el problema y probar estrategias diferentes a las que ya ha intentado ineficazmente. Y por último, la reestructuración cognitiva para modificar las cogniciones negativas asociadas a la situación.
Finalmente, ¿qué consejos prácticos puede ofrecer a aquellos que están lidiando con la ansiedad relacionada con el trabajo, especialmente aquellos que pueden estar reticentes a buscar ayuda profesional?
Empezaría recomendando que aprenda a reconocer los síntomas de ansiedad excesiva, que no los reprima. Una técnica que ayuda a rebajar esa ansiedad es priorizar las tareas y organizar el trabajo. Hay que ponerse plazos y objetivos realistas. Es importante comunicar las inquietudes a los superiores de manera efectiva. El siguiente paso sería establecer y respetar los límites razonables entre el trabajo y la vida personal y familiar. Así se puede sacar tiempo para el descanso, ya sea diario, semanal, y anual (vacaciones). Y ese tiempo libre se aprovecha haciendo cosas y estando con personas que hagan disfrutar. Si, aun así, la situación sigue superando los recursos personales, entonces es el momento de acudir a un profesional para que le pueda ayudar a encontrar las fortalezas y mejorar el bienestar emocional.
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