Trabajar en Álava por Navidad
Leire, Ana, Inge y Ana Isabel, profesionales de diferentes ámbitos, comparten lo que supone trabajar durante estas fechas tan señaladas mientras la mayoría de la población se divierte
Se cuentan por decenas, si no por centenares o incluso miles, las personas que durante estas fechas tan señaladas deberán trabajar mientras la mayoría de la población alavesa se divierte.
Currar ya no solo en jornadas laborables poco usuales como la de ayer o las de este próximo jueves o viernes, sino también en noches como las de hoy y dentro de justo una semana o en jornadas festivas como las de mañana y Año Nuevo, o en una víspera de Reyes que esta vez caerá además en domingo.
Eslabones imprescindibles
Son, de hecho, eslabones imprescindibles en la cadena que hace posible que todo discurra con normalidad a lo largo de estos próximos días desde ámbitos tan distintos como las emergencias, la hostelería, el comercio, el transporte público, la limpieza o la cultura, solo por citar unos pocos sectores habituados a estar muy activos, más incluso que en épocas convencionales, durante las Navidades.
Cuatro alavesas que deberán acudir a su puestos de trabajo estos días, Leire Andrés, Inge Egaña, Ana Herrero y Ana Isabel Bravo, se han animado a compartir sus rutinas y sensaciones con NOTICIAS DE ÁLAVA.
Son, respectivamente, celadora de Urgencias en el HUA-Txagorritxu, comerciante y responsable de la tienda Artesanía de Turquía, taxista en Gasteiz y técnica de la Banda Municipal de Música.
Leire Andrés
Andrés es celadora de Urgencias en el HUA-Txagorritxu desde la apertura en 2022 del nuevo edificio de servicios generales, donde se ubica su puesto. No obstante, inició su carrera en esta vital categoría profesional algo antes, allá por 2017, por lo que ya está “hecha a la idea” de que cualquier día puede ser laborable para ella.
“Cuando trabajas en Urgencias sabes que te puede tocar cualquier día del año, mañana, tarde o noche”, asume.
Este 2024 trabajará por primera vez en Nochebuena, desde hoy a las 22.00 horas hasta mañana a las 8.00, mientras la mayoría de la gente disfruta de una prolongada sobremesa en casa o tomando unas copas en la calle.
Pero Andrés, a quien su trabajo le gusta “mucho”, confiesa que lo llevará “bien”. “Hombre... te da pena que estén todos por ahí y tú trabajando, pero bueno... Aunque cuesta venir, una vez que estás aquí, ya te olvidas”, asegura. Según le han contado en el servicio, esta noche “la hora de la cena suele ser más tranquila, pero cuando la gente sale por ahí es cuando empieza más el jaleíllo”.
“Como mucho, puedes cambiar el sandwich por un poquito de jamón”
No obstante, Andrés asume que “si a alguien le va a dar un infarto o se pone malo, da igual qué hora sea”. Esta profesional espera pasar la noche “lo mejor posible”, aunque “tampoco se puede hacer nada especial aquí”, porque la puerta de Urgencias está abierta “continuamente”. “Como mucho, puedes cambiar el sandwich de todos los días por un poquito de jamón”, apunta entre risas.
Ella y sus compañeros traerán “algo de picoteo, cada una alguna cosa”, aunque tampoco podrán sentarse por mucho tiempo dado el constante trajín que caracteriza a este servicio.
“Mi trabajo se trata de atender a las ambulancias que llegan, a la gente que viene por sus propios medios, de llevar a los pacientes a hacer pruebas o a ingresar, traslados, ir a farmacia a por medicación... lo que nos vayan pidiendo”, enumera. Cuando Andrés salga mañana de trabajar, “Olentzero ya habrá llegado a casa”, así que tocará “abrir los regalos con los niños, desayunar y dormir un poquito para luego ir a comer con la familia”. Mañana ya sí podrá descansar.
Inge Egaña
Artesanía de Turquía, un rincón imprescindible en Dendaraba, es la última aventura comercial de Egaña, aunque al margen de en esta tienda física y también la online esta gasteiztarra tiene en las ferias puntuales su otra gran fuente de trabajo desde hace más de tres lustros.
Estos días, de hecho, Egaña está vendiendo su género en uno de los 35 stands que componen el Mercado de Navidad ubicado entre la Plaza de los Celedones de Oro y la calle Independencia, un zoco que abre sus puertas a diario y en horario partido –de 10.30 a 14.30 y de 17.00 a 21.00 horas– desde el 13 de este diciembre y que únicamente cerrará por la mañana el próximo día de Año Nuevo. Una realidad que es sinónimo de trabajo intenso durante todas estas semanas, incluidos los días de Nochebuena, Navidad... pero que Egaña acoge de buen grado.
“Tener que irte cuando te reúnes con la familia es un ‘poquillo’ duro”
“La campaña de Navidad te da un empujoncito, así que estamos siempre deseando que llegue. Trabajar estos días es agradable, porque son ya muchos años. La gente te conoce, te viene a saludar y a comprar... y eso siempre hace ilusión”, reconoce esta comerciante. Con todo, como a cualquier persona que acostumbra a juntarse estos días con su familia y amistades, el momento de levantarse de una mesa suele ser el más difícil.
“Eso sí que es lo que más perecilla da. Tener que irte cuando te reúnes con la familia para ir a abrir el puesto es un poquillo duro. Pero bueno, es lo que hay. Ya sabemos que nos toca trabajar en Navidad, no podemos hacer otra cosa”, apunta Egaña con una sonrisa. La tienda fija de Dendaraba se queda durante estos días a cargo de su compañera.
En el lado positivo, la comerciante alude a las buenas migas y la piña que siempre hace con sus compañeros de mercado. “Eso es lo mejor de ferias como esta. Por ejemplo, el día de Olentzero nos traemos unas copitas de cava. Y como cada año nos toca con distintos vecinos, al final haces un montón de colegas”, apunta la responsable de Artesanía de Turquía.
Ana Herrero
Herrero suma siete años como taxista en Gasteiz y conoce de sobra lo que supone trabajar cuando el común de los mortales se lo está pasando bien. Y estas Navidades no van a ser una excepción a la regla. Esta próxima madrugada, tras la cena de Nochebuena y la tertulia de rigor, tomará el volante durante unas horas mientras el resto de su familia sigue reunida.
“Es un día más familiar y supongo que saldré sobre la 1.00 o la 1.30. Se sale menos que en Nochevieja, pero de unos años a aquí hay más gente por la calle. Cuesta bastante, sí, porque hay veces que la familia se queda jugando a las cartas, por ejemplo”, describe.
¿Pero cómo se lleva, en líneas generales, esto de trabajar en estas fechas tan señaladas? “Es un poco también cómo te lo plantees. Tienes que darte cuenta de que eres parte de un servicio público y de que hay que estar ahí. La clave es organizarte el tiempo para poder compaginar el trabajo con el ocio”, apunta en primera instancia la conductora.
“Esto es una ‘rueda’. Si esto no funciona, igual el otro empieza a cojear”
Bravo afronta las jornadas “más o menos como todos los que trabajarán estos días”, tratando de compatibilizar de la mejor manera posible las obligaciones con la diversión.
“El secreto es tener buen humor, entendiendo que la gente está de fiesta pero esperando también que la gente entienda que nosotros estamos trabajando. Hay que ponerse un poco en el lado del otro para que todo funcione. Porque esto es una rueda. Si esto no funciona, igual el otro empieza a cojear”, remarca la taxista.
Las jornadas laborales en este gremio “no son de ocho horas, sino de bastantes más, aunque mucha gente piense que no”, y los horarios se flexibilizan “un poco en función del día”. “Yo madrugo mucho, pero trabajo hasta las 16.00 horas. Y es lo que haré todos los días de Navidad. El domingo suelo guardar fiesta, pero durante las navidades haré más o menos de 14.00 a 19.00 horas porque son días de más movimiento”, puntualiza. Se refiere, en concreto, a este próximo día 29 y a la víspera de Reyes, jornadas de mucha actividad.
Ana Isabel Bravo
Ese día 5 será, precisamente, la jornada de mayor trabajo de estas fiestas para Bravo, saxofonista de formación y técnica de la Banda Municipal de Música de Vitoria desde hace ya dos años y medio. Un trabajo “apasionante” en sus palabras que va desde la gestión de las compras o los recursos humanos a las contrataciones de la agrupación hasta hacer que la Cabalgata de los Reyes Magos, donde la Banda tiene un papel protagonista, salga a la perfección. El colectivo, de hecho, abre el desfile que parte a las 19.00 horas desde la plaza Bilbao y que recorre después algunas de las calles más importantes del centro de la ciudad entre la admiración de txikis y no tan txikis.
Bravo, quien maneja estos días una suerte de “teléfono rojo”, debe estar pendiente de la llegada de los camiones con el material necesario al inicio del recorrido y también de las necesidades de las 45 personas que actuarán con la Banda, una plantilla reforzada respecto a lo habitual.
“Gente que tiene sus vidas, que necesita el material en perfectas condiciones o que puede sufrir bajas”, ejemplifica Bravo. Así, durante la alrededor de hora y media que dura la Cabalgata.
“Lo que más me cuesta el día 5 es no poder acompañar a mis hijos”
“Como madre, lo que más me ha costado siempre el día 5, primero como músico y ahora como técnico, es no poder acompañar a mis hijos. El día de Reyes siempre es bonito, porque a lo largo del recorrido vas viendo a muchas familias disfrutando”, reconoce la técnica de la Banda.
Al margen de la gestión del grupo, Bravo tiene que estar pendiente de cualquier intangible que pueda suceder durante el día, pues ese teléfono rojo “nunca se apaga y hay que atenderlo”. “Yo, por ejemplo, el día 5 no puedo comer con la familia. Tengo que estar muy al loro”, resume.
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