Cementerios e iglesias están de retirada en las celebraciones del 1 de noviembre. Lo que antaño era una jornada de respeto hacia los difuntos y de oración y recogimiento católicos ineludibles, hoy se ha sustituido por una mezcla de hechos culturales importados del otro lado del Atlántico.
Entre calabazas y calamares coloreadas, el culto a la muerte se ha transformado en una fiesta para la facturación de mil y un negocios. Es una fecha especial para el ocio en un calendario repleto de insustancialidades llegadas desde otros lares.
Aún así, en Vitoria y en Álava aún hay quienes respetan las tradiciones aprendidas e interiorizadas durante siglos. Por eso, las ofrendas florales y las visitas a los camposantos para mostrar el respeto debido hacia quienes ya no están entre los vivos seguirán vigentes.
Sin ir más lejos, junto al cementerio de Santa Isabel, el más señero del territorio histórico, por su antigüedad y por su riqueza patrimonial e histórica, este jueves hubo un goteo constante de clientes que accedían a los tenderetes montados para la venta de ramos con las flores más exquisitas.
Es cierto que el negocio de estos floristas se ha visto reducido durante los últimos años. También este, quizás, también debido a una meteorología un tanto dispar y amenazante.
Necrópolis preparadas
En cualquier caso, las dos necrópolis de Gasteiz estarán este viernes preparadas para hacer frente a las necesidades de quienes lleguen para visitar a sus familiares y amigos.
Rigor y recogimiento mediante, ambas infraestructuras municipales servirán, como de costumbre, a una jornada en la que crecerá el consumo de dulces tradicionales y el uso del transporte público para llegar hasta El Salvador, que es la instalación que ha cogido el relevo al monumental cementerio ubicado entre Zaramaga, El Pilar y la zona industrial que da paso a Arriaga y a Lakua.
Para ellos, el Ayuntamiento ha hecho lo que ha podido, sobre todo, con El Salvador, muy afectado por el paso del tiempo. Sobre el particular, la alcaldesa de Vitoria-Gasteiz, Maider Etxebarria, señaló ayer que el Consistorio “atiende primero las necesidades más urgentes” del cementerio de El Salvador de la capital alavesa.
Cuestionada por los periodistas sobre el “mal estado” de la capilla del camposanto, la alcaldesa destacó la inversión de 2 millones de euros realizada en los últimos tres años.
“Se han invertido 2 millones de euros en la reparación de nichos y la reforma de la red de saneamiento para evitar las inundaciones. El Ayuntamiento atiende primero a las necesidades más urgentes”.
La capilla del cementerio, de titularidad municipal, tiene importantes daños que han obligado a suspender, por tercer año consecutivo, los cuatro oficios con motivo de la festividad este viernes de Todos los Santos.