Datos y cifras para contextualizar el mercado de trabajo alavés. Una edad, una formación y unos intereses propios. Porque detrás de cada contrato, hay una persona concreta que responde a un perfil muy específico.
Este se corresponde con el de una mujer menor de 25 años, con estudios primarios o no acreditados a través de certificación oficial y que ejerce su actividad profesional en el sector servicios, con un contrato temporal por circunstancias de producción y a jornada completa.
Al cabo del año, cada una de estas personas firma de media un total de 2,5 contratos. Esa es la radiografía que hace el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) sobre quién soporta cada una de las nuevas contrataciones que se firman en el territorio histórico.
Mercado de trabajo en Álava
Sobre el particular, el Informe del Mercado de Trabajo de la provincia de Álava facilitado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ahonda en una realidad muy concreta, sintetizada en los últimos datos de un año completo, que se corresponde con el pasado.
Esta dice que los trabajadores más jóvenes, con edades comprendidas entre los 16 y 24 años, son los más contratados, con una representación total del 26,82%. Estos son seguidos de cerca por trabajadores de edad comprendida entre los 25 y 34 años, con el 26,76%. Es decir, los menores de 35 años copan más de la mitad de las nuevas contrataciones en el mercado laboral local.
A partir de ahí, la edad es un factor determinante a la hora de entender el comportamiento de los contratadores. De hecho, según las estadísticas facilitadas a este rotativo, los trabajadores con edades entre 35 y 44 años sí que mantienen cierto protagonismo entre los aspirantes a un empleo, ya que suponen el 21,43% de las nuevas afiliaciones.
Tras ellos, el 17,67% de los contratos de la provincia fueron destinados a trabajadores con edades entre los 45 y 54 años, y a más distancia, el 7,31% a los mayores de 55 años.
Comportamiento dispar
En épocas con un mercado laboral más tensionado por las circunstancias de la economía global, con menor volumen de empleo, o directamente con destrucción del mismo, las contrataciones en Álava ahondan en su querencia por perfiles humanos más jóvenes y con menor grado de formación.
Son los empleos que requieren menor coste. Así lo apuntalan las conclusiones facilitadas por el citado organismo estatal de empleo, que aduce que en la reducción del volumen de contratación registrada en 2023 volvió a repercutir principalmente en el retroceso del número de contratos formalizados por trabajadores con edades comprendidas entre los 35 y 44 años.
Se hizo en favor de los jóvenes menores de 25 años, con un leve descenso interanual del 0,14%, y de los mayores de 55 años, con un decremento del 10,32%.
Sobre el particular, el SEPE apunta que “esta evolución generó un incremento de 2,87 puntos porcentuales en la representación de la contratación a los menores de 25 años, como el leve aumento de la correspondiente a los mayores de 55 años, en detrimento de la contratación de los trabajadores con edades comprendidas entre los 25 y 54 años”.
Sea como fuere, lo cierto es que en 2023, el volumen de contratación en Gasteiz y en las cuadrillas sufrió una reducción interanual del 10,83%, lo que significó la pérdida de 17.721 contratos.
Este retroceso fue similar al registrado en el País Vasco y ligeramente inferior al del conjunto del país, donde la caída de la contratación alcanzó el 15%.
2,5 contratos por trabajador
En el mismo sentido, el número de personas contratadas en la provincia disminuyó un 9%, lo que supuso, en términos absolutos, 5.710 trabajadores menos.
Como consecuencia de la reducción del número de contratos y la disminución del número de trabajadores, el índice de rotación se situó en 2,52 contratos por trabajador contratado, el más bajo de los últimos diez años.
Un apunte
Estabilidad.
Los últimos diez años se han caracterizado por una mayor estabilidad de la contratación femenina, excepto en 2017, año en el que la tasa de estabilidad de los hombres fue ligeramente superior al de las mujeres.
Desde 2014, la tasa de temporalidad se ha ido reduciendo para ambos sexos, lo que generó que a partir del 2018 la tasa de estabilidad femenina superara a la masculina. Hasta el año 2023, en el que la tendencia se volvió a invertir, superando la estabilidad masculina a la femenina en 1,09 puntos porcentuales.
Tasa de estabilidad.
La tasa de estabilidad se situó en el 24,37%, logrando un máximo histórico, con un incremento de 2,56 puntos porcentuales con respecto al año anterior, y de 17,58 puntos en comparación con el año 2019, previo a la pandemia.
No obstante, el porcentaje alavés se quedó ligeramente por debajo de la tasa de estabilidad conseguida en el conjunto del País Vasco, y más de 18 puntos porcentuales por debajo del conjunto del país.
Tasa de estabilidad.
La representación masculina se incrementó en contratación indefinida a jornada parcial, mientras que las mujeres aumentaron su representatividad en los contratos temporales a jornada completa.