El Taller Museo Santxotena de Artziniega sigue reinventándose para hacer más atractivo este singular espacio cultural para las cientos de personas que, cada año, se acercan a conocer de primera mano la obra escultórica de Xabier Santxotena, desde el boceto hasta el resultado final.

De hecho, a su ya famosa exposición de belenes del mundo, que centra su oferta invernal y que este año ha cumplido su XXV edición con más de 2.000 nacimientos de los cinco continentes, le seguirá -desde este sábado y hasta el próximo 14 de julio- la tercera entrega de su exitosa muestra de muñecas del mundo con la que comenzó a sorprender en 2021, bajo el sugerente título de Despertar de una nostalgia.

No en vano, el objetivo sigue siendo el mismo: “devolver a la gente a su niñez, a través de muñecas de los cinco continentes y de finales del siglo XIX a nuestros días”, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, la directora del museo, Teresa Lafragua que, tal y como prometió el pasado septiembre, al cierre de la segunda edición, ha redoblado esfuerzos para ampliarla y adelantar su apertura, “de cara a mantenerla por más tiempo, porque es lo que nos demanda la gente”, asegura.

“Queremos devolver a la gente a su niñez, a través de muñecas de los cinco continentes"

Teresa Lafragua - Directora del museo

Y es que si en la primera edición de esta exposición hubo mas de 600 muñecas, en esta tercera son más de 1.200, con 200 novedades que no solo afectan a cantidad, contenido y diversidad de materiales o procedencia, sino también a su puesta en escena y amplitud de espacio. “¿Quién no ha jugado con muñecas?”, se pregunta Lafragua, que espera volver a sorprender al público porque “sobre todo, invita a soñar”.

Novedades

Para lograrlo, ha cambiado el planteamiento expositivo situando, nada más entrar, una selección de muñecas por décadas “para que visitantes de cualquier edad se sientan identificados” y también de las distintas secciones que engloban la colección “para que entiendan mejor las explicaciones que daremos al principio en torno a la evolución de los materiales que ha experimentado la fabricación de muñecas en los últimos tres siglos”, explica.

Entre las novedades hay muñecas italianas y francesas, una nueva sección de muñecas en sus cajas originales, así como piezas de marcas o fábricas desaparecidas del famoso valle del juguete de Ibi y Onil en Alicante, muñecas mamá de Jesmar de los años 70, o cuatro curiosas muñecas militares de los años 50.

“Llevan bandas en plan Miss, en las que se lee con cariño a mis padres, novia… o similar, y es que era el obsequio que traían a sus allegados los chicos cuando venían de la mili”, apunta Lafragua, como curiosidad de una tradición casi olvidada, dada la desaparición del servicio militar obligatorio.

Otro ejemplo de costumbres pasadas y bastante desconocida en nuestros días se encuentra en un bebé de cerámica de unos cinco centímetros, con faldón de bautizo, capa en puntilla y una bolsita de tela en la que metían almendras, “pues era el obsequio que regalaban las familias ricas a sus invitados a un bautizo, allá por los años 30”.

Añade la comisaria de esta muestra que, sobre todo, incide en que con esta colección “lo que pretendo es mostrar la evolución social que ha traído el paso del tiempo en materias tales como el cine, la moda o la igualdad”, remarca.

El juguete más antiguo

Y es que las muñecas, aunque son consideradas el juguete más antiguo de nuestra historia, con primeros registros en Egipto hace 2.100 años, al principio, no solo eran juguetes, sino también objetos divinos y religiosos que se daban a los niños para introducirse al mundo espiritual.

Estos evolucionaron con el tiempo hacia una especie de guía para ayudar a las niñas a aprender oficios y responsabilidades orientadas hacia la maternidad.

Algo que ha prevalecido hasta hace bien poco, que ha dado inicio un cambio de pensamiento, en el que los niños también pueden jugar con muñecas y, de hecho, es aconsejable que lo hagan por sus importantes valores pedagógicos, en materia de imaginación, sociabilización o afectividad.

“Cuando comencé a coleccionar muñecas, a través de muchos viajes por el mundo y otras que me han traído, me di cuenta de que en muchos países su creación se empleaba para enseñar oficios a los niños y niñas, de cara a que les sirviera como aprendizaje vital".

Lafragua aún recuerda a “aquel niño de Marruecos que accedió a venderme el muñeco que estaba elaborando con telitas en la calle”, o a otras niñas, por tierras de Sudamérica, “a las que sus madres les estaban enseñando, también a elaborar muñecas, con mazorcas de maíz”.

Atrezzos cuidados

Que la artífice de esta muestra es pintora también es algo palpable en cada uno de los montajes y atrezzos que engloba esta exposición, con muñecas de muy diferentes épocas en interacción con juegos de todos los tiempos.

Así, por ejemplo, destaca la recreación de un antiguo cuarto de juguetes, una muñeca tocando un enorme piano u otras acompañadas de cajas registradoras, máquinas de coser, botiquines, cocinitas que funcionan por luz a 125 vatios, cochecitos, triciclos, sillitas (hasta de gemelos), balancines, tronas o pupitres de diversa antigüedad, otra muñeca de los años 70 conduciendo un coche de batería o una gigantesca Rosaura.

"Planchando y haciendo de hermana mayor de otros muñecos, en un guiño a las familias numerosas de antaño”, explica Lafragua, también orgullosa de su colección de muñecas de color, pues “son muy difíciles de encontrar”, subraya.

En la muestra también hay sección de payasos y arlequines; de Barriguitas ataviadas con pamelas y ropas de ganchillo, tomando el té en torno a una mesa con más de 80 años de antigüedad.

Junto a estas se suman muñecas de porcelana de 12 centímetros, que representan oficios como el de bailarina, maestra, modista o lechero.

Por otra parte, la vida cotidiana con niños se reflejaba en columpios, patinetes o trineos.

En Alemania, empezaron a producir muñecas de porcelana en el siglo XIX, en una industria que llega hasta nuestros días.

España, y su legendaria Mariquita Pérez y Miguelin, y el inicio de la elaboración de muñecas de plástico en el siglo XX. “Antes se hacían de baquelita, con ojitos de cristal que se mueven de arriba abajo, y de esa época tenemos un muñeco con faldón azul de más de un siglo; así como un molde para la elaboración de cabezas de cartón piedra”, aporta Lafragua.

Evolución social

Ésta también destaca los ropajes y complementos elegantes que llevan todas la muñecas de porcelana de finales del siglo XIX, a las que les pintaban los ojos y se hacían con la boca abierta. “Nada que ver con las de ahora, la evolución de las muñecas es un fiel reflejo de los cambios sociales y de la propia moda.

En cada década se ve, porque las vestimentas son copia de los modelos de alta costura de cada época, desde el estilo hippie de los 60 o los trajes chaqueta para ejecutivas de los 80, o los estampados de lo que se denominó Barroco chic, por poner un ejemplo”, matiza, quien cree que donde mejor se aprecian estos cambios es en la sección de Nancys y la de muñecas de comunión, en la que se encuentra la suya propia, “que es articulada y ha pasado décadas encima de la cama de mi madre”, recuerda con cariño.

Una muestra en riesgo de extinción por falta de respaldo institucional

La presentación de la tercera edición de la exposición de muñecas del Taller Museo Santxotena de Artziniega contó con la presencia del alcalde del municipio, Joseba Vivanco, que fue invitado a la misma pese a que, este año, el Ayuntamiento no les ha otorgado patrocinio. De hecho, la muestra ha salido adelante con el único apoyo institucional llegado desde el Departamento de Turismo de la Diputación Foral de Álava, sumado al ímprobo esfuerzo que realizan, mes a mes, Xabier Santxotena y Teresa Lafragua por mantener abierto este espacio museístico desde su inauguración en 2010.


“Le hemos invitado porque sabemos que está buscando fórmulas, en las que no quede ni el mínimo resquicio legal a la hora de aprobar un patrocinio y que luego no se paralice en intervención el abono de la factura, que venimos sufriendo desde 2021”, denuncia Lafragua que, como autónoma, sí lleva tres años “abonando a Hacienda la parte que marca la ley de un dinero que no he cobrado, pese a los decretos hechos desde Alcaldía para que se nos paguen las facturas, y que nos ha dado la razón el Ararteko hasta en dos ocasiones”, resume, ya indignada por una situación que le ha hecho replantearse muy seriamente la continuidad de esta exposición, en años venideros, y por lo que a Artziniega respecta, ya que “tenemos propuestas muy interesantes para llevarla a otras zonas como Galicia, donde nos ponen hasta alfombra roja y no tantos palos en las ruedas”.


Y es que se da la circunstancia de que otras entidades del pueblo “tienen el mismo patrocinio que nosotros y les paga la interventora religiosamente, y no hay problema de contrato, y tampoco desde la oposición les ponen pega alguna, cosa que al Taller Museo Santxotena, no han dado su voto a favor de nuestro patrocinio en los últimos tres años. Una quiere mucho a su pueblo y hace lo que sea por ponerle en el mapa, como creo hemos demostrado a lo largo de nuestra trayectoria, y por eso nunca hemos denunciado de forma pública la situación que estamos padeciendo, pero ya es hora de contarlo”, apostilla con pesar.

Tampoco falta en la muestra la zona dedicada a comunidades del Estado, con claro guiño a su etnografía y costumbres. Muñecas de Euskadi, por supuesto, pero también de Castilla León y La Mancha, de Murcia, La Rioja, Navarra, Galicia, Asturias, Aragón, Madrid, Andalucía, Valencia o Extremadura, ataviadas con trajes regionales.

Las mismas se exponen en vitrinas y columpios pintados de rosa por la propia Teresa, junto a una larga sucesión de caras muy conocidas por todas y todos.

Estas son las muñecas en forma de Barbies y Kens, Barriguitas y Baby Mocosetes, las modernas Jageet´s y las ochenteras Nancys, Repollos, Nenucos o Chochonas, Gestitos, Rosauras y Mariquitas Pérez, sin olvidar a los Madelmans y Geypermans, o la ya difícil de adquirir Linda Pirula “La Bombón” de allá por los años 50... en una muestra para toda la familia que, como reza el título de la exposición, despiertan la nostalgia.

Horarios de visita

Quien quiera experimentarla tiene tiempo hasta el 14 de julio. El horario de apertura del museo es los sábados, de 11.00 a 14.00 horas y de 16.30 a 19.30 horas; y los domingos, solo en horario matinal. Las personas interesadas en hacer reserva fuera de esos horarios pueden llamar al número de teléfono 605 717 857 ó 945 396 664.

En el espacio, con más de mil metros cuadrados, no hay ningún tipo de barreras arquitectónicas y cuenta con letreros explicativos en alfabeto braille. De hecho, la Diputación Foral de Álava les puso de ejemplo de turismo inclusivo en Fitur, y en la entrega de los certificados del Código Etico a las empresas de Turismo de Euskadi de 2023, el Gobierno Vasco destacó su labor en materia de igualdad.

No en vano, este museo creó en 2021 una curiosa muestra de piezas de alfarería y trapo, para dar a conocer la historia de la mujer en la minería, y en sus instalaciones destaca sobremanera la colección de esculturas de Santxotena en reconocimiento a las promujeres del país.