El pasado domingo 21 de enero, en torno a las 17.00 horas de la tarde, un vertido de origen desconocido contaminó el cauce del río Egileor a lo largo de 1,5 kilómetros, hasta su desembocadura en el Zadorra, en Agurain, provocando la muerte de peces de cuatro especies diferentes –iscardos, bermejuelas, lochas de río y gobios–.
Esta sería la cuarta vez, en lo que llevamos de siglo, que se produce un vertido de estas características desde la Academia de Emergencias, habiendo ocurrido en los años 2002, 2007, 2018 y ahora en 2024.
También en Arkaute
Además, a este caso se suma el producido el pasado 2 de enero en el río Errekabarri de Vitoria; en el que vertió gasoil desde el depósito de la Academia de la Ertzaintza en Arkaute al río, según informó la plataforma Zadorra Bizirik.
Sin embargo, estos no han sido los únicos episodios de incidencias en las aguas de Álava, ya que a lo largo del 2023, también se han dado casos similares; algunos de ellos dando lugar a la muerte de especies.
Informe de incidencias
De esta forma lo ha podido conocer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, que ha tenido acceso a los datos recogidos en el informe de incidencias de contaminación puntual de las aguas elaborado por la Agencia Vasca del Agua, URA.
Precisamente, en el municipio de Bernedo, en la cuenca del Ega, se hallaron muertos grupos de cangrejos y piscardos; aguas arriba de la localidad alavesa. Algo parecido sucedió en el mes de julio en Iruña de Oca, donde se registró un aviso por mortandad de peces en el río Zadorra a su paso por el concejo de Villodas.
Río Arakil
Similar al de agosto del 2023 en el municipio de Asparrena, donde se encontró sin vida un grupo de truchas en el río Arakil, a su paso por Egino.
En Valdegovía, por su parte, concretamente en el río Omecillo, se hallaron grupos de peces atrapados en una poza debido a un incorrecto estado de la presa y su canal; por incumplimiento de preservación de caudal ecológico.
Otras incidencias
No obstante, además de los casos contaminantes, que derivaron en graves consecuencias para las distintas especies de río, también se dieron algunas de menor calado, sin restarle gravedad al asunto.
Problemas de tráfico
Al margen de las muertes en especies, cabe señalar que los accidentes de tráfico también pueden ser un factor influyente en el estado puntual de los ríos alaveses. Claro ejemplo de ello fue el incidente registrado en enero de 2022 en Ubide, en la N-240, donde un vertido de gasoil llegó a la cuenca de Santa Engracia como consecuencia de un accidente de camión.
Sequedad
Un total de ocho episodios; desde vertidos de aguas fecales hasta problemas de sequedad. Este último, sin ir más lejos, fue una de las incidencias más repetidas el año pasado. Uno de los casos tuvo lugar en el municipio de Lantarón, el río Omecillo permaneció seco a lo largo de 137 metros por sobre el aprovechamiento de una central hidroeléctrica.
En Valdegovía, concretamente en la cuenca del río Humedo-Omecillo, el cauce registró “estado de sequedad” en aguas arriba del límite de Castilla y León
Asimismo, en Valdegovía, concretamente en la cuenca del río Humedo-Omecillo, el cauce registró “estado de sequedad” en aguas arriba del límite de Castilla y León. En el mismo marco, en el municipio de Lantarón, 120 metros del arroyo El Lago sufrieron sequedad debido a una captación ilegal con motobomba por parte de un particular.
Más vertidos
Por otro lado, en lo que a los vertidos contaminantes respecta, el año pasado se contabilizaron un total de cuatro. En Iruña de Oca, en la cuenca del Zadorra, se registró un vertido de “aguas fecales por aliviadero” al arroyo Santa Marina a su paso por Ollavarre, tal y como figura en la memoria de aguas.
El municipio de Elburgo no se encontró con la aparición de excrementos, pero sí con la “presencia de un vertido anómalo” de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) en Argómaniz.
Episodios similares se dieron en las localidades Salvatierra y Alegría. En la primera de ellas se registró en el mes de agosto turbidez negra en el río Alivio; mientas que, en la cuenca de Alegría, se halló un vertido negro procedente de EDAR.
“La reducción de casos del año pasado respecto al 2022 que figura en el informe se debe a un cambio en la forma en que se clasifican los episodios de contaminación. Por lo que no quiere decir que haya habido una bajada de ese rango de incidencias"
Datos de 2022
Desde la Agencia Vasca del Agua señalan que no es posible realizar una comparativa del número de incidencias entre ambos años (2022 y 2023); puesto que ha habido un cambio de criterio en la evaluación y seguimiento de los hechos. “La reducción de casos del año pasado respecto al 2022 que figura en el informe se debe a un cambio en la forma en que se clasifican los episodios de contaminación. Por lo que no quiere decir que haya habido una bajada de ese rango de incidencias”, aclaran desde la oficina vasca. Aún y todo, este periódico también ha querido hacer una ligera radiorafía de algunos de los más significativos que se dieron en hace dos años en Álava, en especial, aquellos que causaron casos mortales. En Ayala, sin ir más lejos, se hallaron en noviembre “3.000 peces muertos y aves”, a la altura del encuentro de Izoria con el Nervión. En el mismo municipio, también hallaron grupos de peces sin vida en la carretera nacional Orduña-Llodio. Un suceso parecido, pero esta vez en la capital alavesa, se dio en el río Zadorra, a la altura del concejo vitoriano de Astegieta, donde hubo presencia de peces muertos. Por su parte, en Bernedo, grupos de cangrejos se vieron afectados por el mal estado de las aguas, provocando su muerte en el río Ega. Al igual que en Asparrena, donde aparecieron truchas muertas en el río Arakil, a su paso por Ziordia.