Un vertido de origen desconocido contaminó el pasado domingo el cauce del río Egileor a lo largo de 1,5 kilómetros, hasta su desembocadura en el Zadorra, en Agurain, causando la muerte de peces de cuatro especies diferentes –iscardos, bermejuelas, lochas de río y gobios–, según denunció ayer la plataforma Zadorra Bizirik.
El vertido se produjo en torno a las 17.00 horas. Nada más percatarse del mismo, vecinos de Agurain alertaron a esta plataforma, que a última hora de la tarde se personaba en el lugar y llamaba al 112 para alertar de la situación, como también se hizo desde el Ayuntamiento de Agurain. “Los únicos que se personaron en el lugar fueron los bomberos, sobre las 21.00 horas. El vertido ya se había desplazado aguas abajo, limitando las posibilidades de contención y mitigación, por lo que no pudiendo hacer nada, se fueron del lugar”, trasladaban desde la plataforma.
Como se pude apreciar en las imágenes que acompañan a esta información, los peces aparecieron flotando muertos en el río, cuyas aguas se tiñeron de blanco como consecuencia de un vertido cuyo origen investigan la Agencia Vasca del Agua, URA; y los técnicos de la Diputación, que según fuentes forales recogieron ayer muestras para valorarlas y redactar un informe sobre las causas y la afección del mismo.
Zadorra Bizirik denunció ayer que “una patrulla se paso por la zona sobre las 22.00 horas y sin tomar muestras se marcharon”, y “la ausencia de personal de la Diputación Foral de Álava en el lugar del incidente”. Además, según explicaron, el Ayuntamiento de Agurain llamó a un guarda de URA, quien explicó que los técnicos de la agencia acudirían al día siguiente, ayer lunes, en torno a las 10.00 horas.
Voluntarios
En la mañana de ayer, voluntarios de Zadorra Bizirik ayudaron a recoger los peces muertos a los guardas de URA y de caza y pesca de la Diputación Foral de Álava, quienes dijeron, afirma Zadorrra Bizirik, “que no tenían aviso del vertido ni de la mortalidad de peces”. La plataforma y el propio Ayuntamiento insistieron en el 112 en que había peces muertos en el cauce del río.
Los ecologistas pidieron explicaciones tanto del origen del vertido como de la respuesta dada y pidieron acciones correctivas para evitar futuras demoras cuando se vuelvan a producir situaciones de este tipo.
El grupo ecologista manifestó su “profunda consternación y condena” ante el vertido ocurrido de Agurain, el cual ha generado la muerte de “un número indeterminado” de peces.
Zadorra Bizirik enfatizó que el incidente “requería una respuesta inmediata y eficaz de las autoridades pertinentes que no se ha producido”.
Otros incidentes
No es, por otro lado, la primera vez que los cauces son contaminados en el municipio de Agurain. En mayo y agosto de 2017 se produjeron sendos episodios de este tipo, y más atrás en el tiempo, en 2014, hubo otro vertido desde la zona industrial de la localidad.
Los problemas de contaminación de los ríos de la zona se solventaron en parte con la puesta en marcha de la nueva depuradora de Agurain, que acabó con uno de los puntos de vertido más problemáticos de Euskadi dado el deficiente funcionamiento de la infraestructura anterior. Entre las características de la nueva EDAR destacaba la construcción de un tanque de tormentas que, en momentos de precipitaciones intensas, permite retener los grandes caudales del agua de lluvia que se mezclan con las aguas residuales, impidiendo así su vertido sin depurar al cauce del río.
Errekabarri
En todo caso, Agurain ha sufrido un nuevo episodio de contaminación en su ríos, que se suma al producido el pasado 2 de enero en el río Errekabarri de Vitoria. Ese día se vertió gasoil desde el depósito de la Academia de la Ertzaintza en Arkaute al río, según informó Zadorra Bizirik.
Esta sería la cuarta vez en lo que llevamos de siglo que se produce un vertido de estas características desde la Academia de Emergencias, habiendo ocurrido en los años 2002, 2007, 2018 y ahora en el presente 2024.
Se colocaron barreras absorbentes de hidrocarburos en el cauce del río, pero una cantidad importante de gasoil se quedó atascada en la planta depuradora del complejo, requiriendo el empleo de camiones cisterna para su extracción.
La situación empeoró el pasado 7 de enero, cuando las abundantes lluvias provocaron que el gasoil acumulado emergiera, “generando un fuerte olor y aumentando la cantidad de sustancia contaminante que descendió por el cauce”, explicaron desde el colectivo ecologista. El vertido pudo afectar también al cercano humedal de Salburua.