Álava es cada vez un territorio con menos fumadores, pero está lejos de los objetivos marcados por la Unión Europea (UE) y sus estrategias de salud: que la prevalencia del tabaco sea del 5% para 2030 y menos del 2% para 2040.

Hasta alcanzar esas metas, queda un largo camino por recorrer. No en vano, alrededor de 60.000 de los residentes en el territorio disfrutan del vicio del humo hoy día. Ellos son, precisamente, la diana del empeño de las autoridades sanitarias, en plena guerra contra el tabaquismo, que es responsable de la muerte de casi 350 alaveses al año.

Así, al menos, se desprende del discurso liderado por el presidente de la Asociación Española contra el Cáncer, Ramón Reyes. Este, hace unas semanas alertaba sobre los estragos del consumo de tabaco y sus derivados.

Los jóvenes tienen su primera relación con el tabaco a los 14 años Josu Chavarri Erralde

Según los datos y las estadísticas que maneja la organización que él tutela, cada año mueren en el mundo la nada desdeñable cifra de 8 millones de personas por patologías relacionadas con el tabaquismo. De ellas, alrededor de 50.000 en el Estado español y cerca de 2.300 en el conjunto de la CAV.

Lo peor de todo ello es la incidencia que este hábito tiene entre la población joven. No en vano, se estima que los chicos y chicas empiezan a relacionarse con el consumo de cigarrillos en los 14 años. En cualquier caso, las cifras de la AECC son espeluznantes, ya que de cada cuatro fallecidos, el 21%, tiene menos de 65 años, y esta mortalidad ha aumentado en mujeres en los últimos 30 años.

De hecho, después del alcohol, el tabaco es la segunda sustancia psicoactiva con mayor prevalencia de consumo entre adolescentes de 14 a 18 años. De hecho, el 38% ha fumado alguna vez, y un 30% en el último año.

Peores son las cifras de consumo de nuevos productos como los cigarrillos electrónicos. Así, el 39% ha vapeado en el último mes porque lo considera atractivo. Si se suman ambos consumos, un 50,6% de los jóvenes usa tabaco o vapeadores.

Como ya publicó DIARIO DE NOTICIAS coincidiendo con el día consagrado a la lucha contra el tabaquismo (31 de mayo), las instituciones vascas están empecinadas en seguir plantando cara al tabaco para conseguir rebajar la cifra diaria de fumadores en la CAV, que rondaría los 400.000.

Álava es cada vez un territorio con menos fumadores, pero está lejos de los objetivos marcados por la Unión Europea Josu Chavarri Erralde

Espacios sin humo

Para mitigar esa cifra ya existen los conocidos como espacios sin humo. En Álava hay seis de estas zonas, que coinciden con piscinas, entornos escolares, parques infantiles, plazas y entornos deportivos. Estos lugares han crecido un 45% en la CAV en el último año. En cualquier caso, las medidas a implementar para luchar contra esta lacra no solo se circunscriben a acotar zonas sin humo.

Al respecto, desde el Departamento de Salud son conscientes de que “el tabaco es la principal causa de enfermedad evitable, no solo de cáncer, también de problemas cardíacos, vasculares y respiratorios”.

De hecho, en Euskadi fuma un 25% de la población mayor de 14 años, es decir aproximadamente 400.000 personas. El objetivo del nuevo Plan de Salud y del futuro Plan de Adicciones, ambos a punto de finalizar, es reducir esta gran cifra de fumadores, así como retrasar la edad de inicio al tabaco que ahora se sitúa en los 14 años ya que adolescentes y jóvenes, sobre todo chicas, adquieren este hábito a edades cada vez más tempranas.

En Euskadi fuma un 25% de la población mayor de 14 años, es decir aproximadamente 400.000 personas. Josu Chavarri Erralde

Consumos muy adictivos

Cada año que se atrase es “importante” porque en esas edades los consumos son “muy adictivos” y crean un hábito muy fuerte, aseguró hace unas semanas la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, reconociendo que también existe una “presión de grupo” que dificulta actuar con esos grupos de edad.

Sagardui hizo hincapié en que no hay ninguna forma segura de consumir tabaco o nicotina. “Tanto los formatos tradicionales como los nuevos productos (vapeadores, cachimbas, cigarrillos electrónicos etc...) entrañan riesgos para la salud”.

“No hay una dosis inocua de tabaco”, subrayó. Sagardui reiteró el compromiso del Departamento de Salud en este objetivo; “Sumar aire y restar humo es un compromiso no solo de un día, sino de los 365 días del año”, aseguró.

Una joven fumando en la terraza de un bar. EP

A su juicio, las medidas que han resultado más eficaces para poner coto al consumo, son incrementar el precio y obstaculizarlo en determinados entornos. Osakidetza presta ayuda a quienes quieran abandonar los cigarrillos y el pasado año, 4.158 personas iniciaron un tratamiento; casi el 60% de ellas estaban en la franja de edad de 45 a 64 años.

Se ofrecen asimismo diferentes canales para ayudar a dejar de fumar y el más utilizado continúa siendo el tratamiento individual (86%), seguido de la terapia grupal on line (6%), aunque el que más creció fue la terapia grupal presencial.

Además de promover que ninguna persona esté expuesta al humo del tabaco y productos derivados, el Servicio Vasco de Salud también impulsa el plan Kerik Gabeko Gazteak que cuenta con la participación de 4.672 alumnos.

Un hombre fumando un cigarrillo en el exterior del local junto a un cartel que indica que está prohibido fumar en el interior. EFE

Libres de humo

Coincidiendo con el fin del pasado mes de mayo, desde Osakidetza y desde el Departamento vasco de Salud se dio cuenta de la estrategia contra el tabaquismo. En aquel entonces, se apeló a la conciencia ciudadana para avanzar hacia “una Euskadi libre de humo de tabaco”. Asimismo, la consejera Sagardui incidió en que “no existe una forma segura de consumir tabaco o nicotina”.

Según el Ejecutivo, durante este verano que está a punto de concluir se han llevado a cabo una serie de acciones de sensibilización en distintas localidades de cara a la protección de la salud. De hecho, el Gobierno Vasco pretende extender al resto del año la labor de concienciación sobre el efecto negativo para la salud del tabaquismo.

Desde Salud se reconoció entonces la importancia de seguir generando “conciencia, conocimiento y activismo en relación con los perjuicios que genera el humo del tabaco en los espacios que se comparten”.

Además, recordó que las colillas de cigarrillos son uno de los residuos más comunes en todo el mundo y la basura que más se recoge en las playas y las orillas de ríos y lagos. Sagardui recordó que los objetivos de este tipo de iniciativas, más allá de velar por la salud pública de la población, son la promoción de las conductas saludables, así como el impulso de la labor de información y sensibilización sobre los riesgos del tabaco y de la nicotina.

Del mismo modo, se busca reducir el consumo de esta sustancia, informar y ayudar a todas las personas fumadoras que quieran abandonar ese consumo, proteger a la población del humo de tabaco y generar y mantener entornos limpios, saludables y libres de humo.