La Sociedad Micológica Gorbeiako Bazterra ha organizado de 10.00 a 15.00 horas una exposición en el frontón Jai-Alai de Murgia con fotografías, una ruta mikopintxo y un taller de manualidades para los más pequeños para dar la bienvenida a la temporada de las setas y los hongos en el territorio. La celebración seguirá, a lo largo de la próxima semana, con una serie de charlas, que arrancan este mismo lunes con Setas cultivadas, principales especies producidas en Europa, a cargo de Santiago Lorente. El martes, Eduardo Fidalgo hablará de Micología y redes sociales; y el día 19 Julen Pastor tratará el tema Gure Inguruko perretxiko ez jangarriak –Las setas no comestibles de nuestro entorno–. Por último, el día 20 Itoiz Urreta pronunciará la charla Setas y producto alavés en la cocina en miniatura. 

Todas las charlas tendrán lugar a las 20.00 horas en la sede del Ayuntamiento de Zuia, y además durante esta semana pasada Gorbeiako Bazterra ha guiado una serie de rutas micológicas por los montes de la cuadrilla de Gorbeialdea.

Estas jornadas suponen el ámbito más visible de la actividad de una asociación que pretende divulgar la micología entre una sociedad, la alavesa, cuya afición a las setas no siempre se corresponde con sus conocimientos al respecto.

Cestas de mimbre llenas de setas. Javier Bergasa

“Hay mucho experto de Internet que se ha leído medio libro y ha ido a dos charlas”, advierte Vicente Blanco, presidente de Gorbeiako Bazterra, ante la proliferación de información micológica en la red que no siempre es la más acertada. Aprender a diferenciar hongos y setas por la vía digital puede acabar en intoxicación y hasta en ingreso hospitalario, y por ello Blanco invita a los aficionados a la micología a acudir a fuentes expertas con sus cosechas otoñales. “La gente va con perretxikos en otoño y luego se intoxica, son parecidos y huelen igual, pero no son lo mismo”, advierte en ese sentido a modo de ejemplo.

Asesoramiento 

Así, antes de echar las setas a la sartén lo mejor que se puede hacer es acudir, los lunes, a la sede de Gorbeiako Bazterra (carretera de Domaikia, 4, en el antiguo ambulatorio de Murgia), y enseñárselas a los expertos de la asociación. “En Álava hay mucha tradición pero no se conoce tanto, hay mucho atrevimiento, y nosotros les podemos analizar las setas y les informamos de lo que quieran”, explica Vicente. 

De esa manera se evitan disgustos y visitas al hospital, donde ya hay gente experta en intoxicaciones micológicas, al contrario de lo que sucedía hace unos años. De hecho, a Vicente ya le ha tocado en alguna ocasión analizar los vómitos de algún setero mal informado o confiado en exceso. 

Mirando al cielo

“Poco pasa para lo que se hace”, apunta el presidente de Gorbeiako Bazterra, que por otro lado, como todos los aficionados alaveses, mira al cielo este otoño con cierta desesperación.

Aunque esta semana ha caído algo de agua, en general las perspectivas de cara al desarrollo de setas y hongos no son muy buenas porque, al margen de la sequía, aunque llueva, un viento sur como el de los pasados días lo seca todo. De hecho, antes de las lluvias de esta semana en Gorbeiako Bazterra bromeaban con una posible visita al supermercado en busca de champiñones para poder sacar adelante los actos de este fin de semana.

Y es una lástima que la meteorología no acompañe este año, al menos de momento, porque Álava es un paraíso micológico si se dan las condiciones apropiadas. Como explica Vicente, el hecho de contar con tres climas diferentes; atlántico, mediterráneo y de transición, hace que en el territorio crezcan todo tipo de setas, “desde las propias del norte de Europa hasta las de Marruecos”.

Respeto a la Naturaleza

En todo caso, por muy generosa que sea la tierra con sus habitantes en lo que a la micología se refiere, siempre hay que acercarse al monte con respeto. “No pegues patadas a lo que no conozcas”, pide Vicente, que además rechaza el uso de bolsas del supermercado para la cosecha forestal. No solo porque las setas y hongos se han de recoger en cestas o redes con el fin de que esparzan sus esporas, sino por ir entre todos, poco a poco, reduciendo el uso de plásticos, y más todavía en el monte. Además, “con la bolsa de plástico se te fermenta la seta y se pudre, por eso te pones malo, es como si te comes un chuletón podrido”, señala. 

Menos importante es cortar la seta con una navaja, cascarla con un pequeño giro en la base o arrancarla de raíz con fines científicos, pues esta parte del fruto puede dar información muy relevante para su estudio.

Sí importa, en general, no abusar, y en ese sentido Vicente cree que la norma que impide coger más de dos kilos por persona no es demasiado efectiva, porque la picaresca siempre va por delante y en lugar de ir una persona a por diez kilos de setas ahora van familias enteras a por veinte, compactando los suelos e impidiendo el desarrollo de nuevos ejemplares. “En los merenderos no salen setas”, señala en ese sentido el presidente de Gorbeiako Bazterra. 

Además, arrasar el monte no nos va a servir de mucho, porque es difícil que una seta conserve sus propiedades en el tiempo, y por ello Vicente aboga por “coger lo que te vayas a comer ese día y al día siguiente vas a por más”. No hay recetas mágicas para comerse en Navidad una seta recogida en octubre. “En vinagre saben a vinagre, congeladas se estropean y deshidratadas no es lo mismo”, explica.