No solo la uva se verá afectada este verano con una caída de producción. El emergente sector del olivo y del aceite de Rioja Alavesa pasa sus peores momentos y no es por falta de cuidados, sino porque el clima y la sequía se han conjuntado hasta crear una situación que parecía inimaginable. Así lo ven desde la Asociación para la Promoción del Olivo y del aceite de Rioja Alavesa, APRORA, cuyo gerente, Jorge Martínez, cuenta que “esta campaña se ha visto muy condicionada por las olas de calor y por la sequía. La primera ola de calor llegó a nuestra comarca cuando estaban los olivos en plena floración, esto provocó que las flores se marchitasen y la tasa de cuajado disminuyera, dejando mucha menor carga de aceitunas que otros años. No hubiera sido tan grave este hecho si durante el verano hubiese llovido algo, pero además de no llover, hemos tenido un año de récord de temperaturas altas y de escasa humedad relativa”.

Añade que “con esa situación, si sumamos todo, sale el cóctel perfecto para que el olivar esté como nunca se ha visto por esta comarca. Incluso algunos árboles han llegado a secarse, algo completamente extraordinario”. Por ello, allí donde se ha podido se ha regado, y así “se aprecia diferencia en parcelas que florecieron más tarde y también donde ha habido riego. Dejando claro que de aquí en adelante la necesidad de riego en el olivar es totalmente necesaria”.

En definitiva, Jorge Martínez afirma que, “así las cosas, nos encontramos ante un año complicado por la escasez de cosecha. No nos atrevemos a dar una cifra cerrada, pero todo apunta a que puede haber una reducción de la cosecha de entre un 30 y un 50%”. Y solo queda una esperanza: “estamos esperando que las lluvias de septiembre y octubre lleguen cuanto antes y dejen buena cantidad de agua, es la última esperanza”.

En la última campaña, la del año 2021, se cosecharon 840.000 kilos de olivas, con las que se produjeron 164.000 litros de aceite de oliva virgen extra, en sus calidades de label, ecológico y label/ecológico. Por trujales, en el de Moreda, en La Equidad, entraron 215.000 kilos; en el Trujal de Oion, 450.000; en Erroiz, de Lantziego, 92.000 y en el municipal de Lantziego 83.000 kilos. De los 164.000 litros elaborados salen a la venta 41.000 litros. El resto tiene como finalidad el autoconsumo o su venta entre particulares.