El uso de cubierta vegetal espontánea, o que crece de manera natural, puede reducir en un 60% la erosión respecto al laboreo convencional, según un estudio que está realizando Neiker en viñedos en pendiente de Rioja Alavesa, en el marco del proyecto europeo Montclima.

Así, este tipo de la cubierta evitaría la erosión de 2,5 toneladas por hectárea de tierra, frente a las casi cuatro toneladas que se erosionan mediante el manejo con laboreo tradicional. Esta cantidad corresponde solo a los siete primeros meses de trabajo de campo analizados en el proyecto y es reseñable que se ha logrado sin observarse diferencias significativas en la producción y calidad de la vid.

El proyecto Montclima, financiado por la convocatoria Europea Interreg Sudoe, se encarga de la búsqueda de prácticas de manejo sostenibles para hacer frente a los efectos del cambio climático en zonas de montaña, principalmente centrado en los riesgos de erosión de suelo, sequía, inundaciones e incendios forestales.

Viñedos susceptibles a la erosión

El cultivo leñoso agrícola más representativo de Euskadi es el cultivo de vid para vino, tanto por su importancia en superficie como por su peso económico. Además de la zona de producción de las diferentes denominaciones de origen de Txakoli (en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba), que en conjunto suman alrededor de mil hectáreas, la mayor masa vitícola está en el sur de Álava, en Rioja Alavesa. Ésta agrupa cerca de 13.000 hectáreas de viñedo.

La zona de Rioja Alavesa tiene una climatología más cercana a la mediterránea y aunque su acumulación de precipitaciones es mucho menor que en la cornisa cantábrica (400-600 milímetros por metro cuadrado al año en Rioja Alavesa, frente a la horquilla de 1.000-1.600 en la zona de Txakoli), la gestión habitual de laboreo del terreno del viñedo para controlar las hierbas provoca que sea más susceptible a la erosión.

En Rioja Alavesa el viñedo representa el 65% de la superficie agrícola útil, de la que más de un 40% tiene una pendiente media superior al 10%, límite a partir del cual aumenta sensiblemente la erosión. Por lo tanto, más de 5.000 hectáreas de la superficie de viñedo de Rioja Alavesa está en riesgo de erosión, y más aún si se suman los fenómenos meteorológicos extremos, como tormentas, granizo, calor extremo y frío, entre otros.