El 80 % de los conductores no dispone de la luz de emergencia V-16 conectada que sustituirá a los triángulos a pesar de que será obligatoria a partir del próximo 1 de enero, y para más de un tercio el precio es el principal obstáculo por el que aun no ha adquirido este dispositivo.
Además, un 30 % de los ciudadanos no sabe cuál comprar y un 14 % no tiene clara su utilidad, según un estudio elaborado por Coyote mediante encuestas telefónica a casi 1.200 conductores de toda España, hecho público este martes.
La V-16 es una pequeña baliza de color amarillo que está dotada de un geolocalizador y es capaz de emitir una luz 360º de alta intensidad de forma intermitente y continua al menos durante 30 minutos, visible a 1.000 metros en condiciones óptimas.
Además de emitir la señal luminosa de advertencia, es capaz de enviar la geolocalización del vehículo, tanto a los centros de gestión de Tráfico para avisar a través de los paneles de carretera, como a los sistemas de información de los navegadores de otros usuarios.
El estudio refleja que casi el 85 % de los conductores conoce la existencia de la nueva medida, seis de cada diez creen que la información ha sido escasa y casi un 30 % considera que ha sido confusa y no se ha explicado con suficiente claridad en qué consiste la conexión con la Dirección General de Tráfico (DGT) ni los beneficios de la tecnología.
Únicamente el 9 % de los ciudadanos afirma haber recibido información suficiente.
Por otro lado, solo la mitad de los conductores sabe que no llevar la luz V-16 a partir del 1 de enero de 2026 puede acarrear una multa de hasta 200 euros.
A pesar de las dudas, el 55 % está a favor de la obligatoriedad de la V-16 conectada y más de un 25 % la incluye entre los dispositivos más relevantes para la seguridad en carretera por detrás del cinturón de seguridad (92 %) y los airbags (80 %).
Un 68 % de los encuestados considera fundamental contar con información sobre vehículos detenidos señalizados con balizas conectadas.
Con la sustitución de los tradicionales triángulos de emergencia por la V-16 la DGT pretende reducir el elevado riesgo de atropello a peatones que supone tener que transitar por la calzada para señalizar un accidente o una avería.
Cada año mueren unas 22 personas atropelladas en las carreteras, una parte de las cuales son conductores que habían salido del vehículo para colocar el triángulo.