La intensa ola de calor que ha padecido Álava durante la recién terminada semana, con temperaturas nunca vistas hasta la fecha a finales de la primavera en el territorio, con máximas de 42 grados y el azote del viento sur, tiene su efecto inmediato sobre el campo alavés. Las “anormales” temperaturas padecidas, unidas “a la ausencia de lluvias desde primeros de mayo” traen como consecuencia la aceleración del ciclo de vida de todos los cultivos. Tal y como explica el presidente del sindicato agrario UAGA, Javier Torre, “el intenso calor lo ha acelerado todo”.

“Los productos han madurado muy rápido” y con mayor intensidad el cereal que se ha visto “prácticamente quemado por el sol”. Una situación que trae de cabeza a los agricultores debido a las consecuencias negativas que van a suponer para la cosecha de este verano en la que ya se espera una reducción considerable. En este sentido, la UAGA ya ha echado cuentas y predice una caída de la producción de “entre un 30 y un 40%”, respecto a un año normal.

De confirmarse, se trataría de una gran caída en la producción, teniendo en cuenta que el año anterior, la campaña de cereal fue “bastante buena”. Los datos ofrecidos el pasado año por la cooperativa que aglutina a la inmensa mayoría del campo alavés, Garlan, cifraba en 225.000 las toneladas recogidas, superando al ejercicio de 2020 cuando se obtuvieron 200.000 toneladas de cereal.

La maduración temprana acarrea también el adelanto de la cosecha este verano. “El grano está quemado así que vamos a adelantar la cosecha unos diez días mínimo. La previsión es arrancar ya la próxima semana”, adelanta Torre.

El aumento inusual de las temperaturas no afecta solo al cereal. Se ha activado el regadío para la patata y la remolacha “está corriendo más de la cuenta“ y eso hace que haya que “regarla más”; mientras que el girasol “está sacando ya la cabeza cuando la planta no se ha desarrollado suficientemente”. “Antes de morirse por calor la planta intenta sacar su fruto, aunque por tiempo todavía no le toque”, lamenta el presidente de la UAGA.

Dentro de este negativo panorama, la viña es el cultivo que mejor está aguantando el fuerte calor debido “sobretodo a las lluvias de invierno”, aunque los agricultores viven pendientes de la meteorología, cruzando los dedos para que no se prolonguen las altas temperaturas en los próximos meses y, así, poder obtener una uva saludable.

MAYORES COSTES

El cereal está siendo uno de los cultivos más afectados por la guerra en Ucrania. La situación bélica ha acarreado el incremento del precio de los cereales, así como el aumento de los costes de producción y cambios constantes en el mercado. Una coyuntura a la que ahora se suma la última ola de calor. Además de mermar considerablemente la producción de las cosechas y obtener “un margen de beneficio mucho menor”, la sequía y las altas temperaturas conllevan un aumento de los costes al tener que invertir más dinero en regadío.

Un mayor gasto al que se une el incremento de enfermedades para la planta, puesto que, como aclara Torre, “el agua de regadío es peor que el de la lluvia y crea más problemas de hongos”.

La ganadería tampoco es ajena a esta cuestión. “Los pastos pasan de estar verdes a quemarse y se secan y, aparte de lo que se corte para forraje y alimentar a los animales, si hay menos verde aumentan los gastos en piensos”. Por ello, agricultores y ganaderos miran al cielo con la esperanza de qué varíe el tiempo en las próximas semanas y la lluvia haga acto de presencia en los montes y campos alaveses.

Mientras esperan con optimismo a las precipitaciones, este pasado fin de semana siguieron la recomendación del Cuerpo de Bomberos de Álava para que “ni ganaderos ni agricultores trabajaran el sábado” ante el riesgo de incendios “con temperaturas de 42 grados y fuerte viento sur”. Y más viendo los incendios acontecidos en la vecina Navarra y que el sector agroganadero alavés mira con preocupación y solidaridad.

Datos

Adelanto de la cosecha. El calor extremo hace que se adelante este verano la cosecha del cereal en unos diez días, ya que la previsión de los agricultores es empezar ya la próxima semana.

Mayores costes. El cereal es uno de los cultivos más afectados por la guerra de Ucrania. Al aumento de su precio, el incremento de los costes de producción y los cambios constantes en el mercado se suma ahora la merma en su producción que conlleva un margen de beneficio mucho menor. La llegada de olas de calor como la pasada en el territorio histórico de Álava no ayudan en absoluto a la estabilidad

Ha dicho

Javier Torre “La reducción puede oscilar entre un 30 y un 40%”

El Presidente de la Unión Agroganadera de Álava pone cifras a los efectos de la recién finalizada ola de calor.

“Antes de morirse por calor la planta intenta sacar su fruto, aunque por tiempo todavía no le toque”

Para el máximo responsable de la principal central agroganadera del territorio histórico, hay cultivos como el girasol que están ya en verdaderos problemas.

“Los pastos pasan de estar verdes a quemarse y se secan y, aparte de lo que se corte para forraje y alimentar a los animales, si hay menos verde aumentan los gastos en piensos”

En el sector ganadero, la ola de calor también ha dejado sus efectos negativos.

Contratos

Sigue la negociación

Vino. Tras la aprobación de la Ley de la Cadena Alimentaria y después de las últimas modificaciones que obligan a que se refleje en el contrato que el precio de compra cubre los costes de producción, urge la actualización de dichos contratos-tipo. Habrá que enviarlo al Ministerio para su homologación, de cara a la próxima vendimia, ya que la Organización Interprofesional del Vino de España ya actualizó su contrato-tipo para la campaña pasada. Esta organización recuerda que tras su pertinente debate en el seno de la Interprofesional, por unanimidad se acordó el 16 de septiembre por la Junta Directiva la constitución de una comisión de trabajo para actualizar los contratos-tipo en la DOC Rioja formada por seis personas, tres para cada rama.