Tras varios meses de trabajo, de participación de vecinos y de otros interesados y de recoger mucha información sobre la historia del túnel de Huecomadura, en Ullíbarri-Jauregi, la directora foral de Medio Ambiente Natividad López de Munain, asistió a la apertura de ese espacio tras las acciones realizadas por la artista Irantzu Lekue en lo que ha sido una nueva iniciativa de la Diputación alavesa. López de Munain argumentaba esta iniciativa señalando que "indagar en el pasado cercano vinculado a esta vía verde es poder traer al presente los vestigios del trenico y su importancia en la Llanada Alavesa. Una iniciativa que aúna lo social y lo artístico y sirve como palanca tractora para relanzar el importante valor patrimonial del ferrocarril Vasco-Navarro".

El trabajo ha consistido, por un lado, en el pintado de un mural que la artista alavesa acompañada de personas de la zona ha plasmado, tanto en el interior como en el exterior, de estratos y elementos que representan la historia del tren Vasco Navarro, construcción de los túneles, infraestructura, arquitectura de las estaciones, túneles próximos y sus gentes (niños y niñas en la escuela, profesoras, habitantes de las estaciones y jefas de estación).

Y de otro, el mosaico que cubre el túnel, creado gracias a la participación de una treintena de voluntarios de la comarca que han trabajado con baldosas de pequeño formato. Piezas visuales que narran recuerdos de ayer y hoy de la vía, y que han sido cocidas e instaladas en ambas bocas del túnel, reparando grietas y orificios y conformando un mapa de recuerdos comunitario. Un trabajo donde cobra especial protagonismo la recuperación de la bóveda en su plenitud y de sus accesos.

El túnel de Huecomadura de 73 metros de longitud es el más corto del recorrido y el más costoso de construir en su momento debido al terreno arcilloso del lugar.

La Diputación Foral lleva más de dos décadas trabajando en la recuperación y acondicionamiento de antiguos caminos, conformando una Red de Itinerarios de los que la Vía Verde del Vasco-Navarro es el más relevante.

Con este son dos los túneles 'vestidos' con imágenes para el recuerdo, una iniciativa de la Diputación Foral de Álava, concretamente del departamento de Medio Ambiente, que ideó el programa Bidearen Aztarnak. Huellas del camino.

El primero fue el de Cicujano-Elorza, hace ya tres años, donde primero se tuvo que realizar un trabajo de refuerzo del túnel, porque estaba muy deteriorado. Al ser muy largo, los refuerzos fueron 42 piezas de hormigón que quedaron decorados con imágenes de las hojas de los árboles históricos del lugar y numerosos pasajes de la vida del 'trenico' gracias a los testimonios de las gentes de la comarca.

Tras ellos aún quedan otros que se van acometiendo poco a poco, como son Trokoniz, Laminoria, Atauri y Fuenfría, así como la construcción de una escultura en Olaranbe, junto a la pasarela. En esta iniciativa colaboran, con la Diputación foral, los ayuntamientos de Arraia-Maeztu, Campezo, Vitoria-Gasteiz, Elburgo y las Juntas Administrativas respectivas, así como los vecinos de esos lugares y muchos visitantes que se acercan para conocer el trabajo que coordina Irantzu Lekue.