Fumata blanca. Los trabajadores de las instalaciones deportivas públicas de Álava, entre los que se encuentran los monitores de actividades, socorristas, cancheros o técnicos sanitarios, aceptaron ayer in extremis la última propuesta presentada por la patronal y decidieron así desactivar la huelga convocada para esta semana en centros cívicos, piscinas, canchas y frontones, un paro que arrancaría hoy mismo e iba a extenderse hasta el próximo sábado.

Una concurrida y postrera asamblea celebrada en la sede de CCOO en Gasteiz sirvió de escenario para el último capítulo de un conflicto motivado por la infructuosa negociación del convenio colectivo del sector, caducado desde el año 2019, y que finalmente ha tenido un final feliz.

La plantilla, reunida desde las 22.00 horas, decidió finalmente en votación dar su visto bueno a la oferta final lanzada apenas unas horas antes por las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento para prestar este servicio, Disport Eki y Aiteko, evitándose así un paro como los que ya han golpeado al sector de forma recurrente durante los últimos años.

Reivindicaciones atendidas

La propuesta de nuevo convenio hasta 2023 contempla buena parte de las reivindicaciones de la plantilla, con incrementos salariales vinculados al IPC, reducciones de jornada o un plus de antigüedad del 3% por cada trienio completado, con un máximo del 15%.

Fue el epílogo de una larga jornada que arrancó a las 9.30 horas en la sede del Consejo Vasco de Relaciones Laborales en Gasteiz, donde patronal y sindicatos mantuvieron una última reunión convocada de urgencia por la primera para tratar de desactivar el paro.

Un encuentro mantenido el viernes por las empresas con el Ayuntamiento y las duras declaraciones del alcalde, Gorka Urtaran, parecieron marcar un punto de inflexión para entender estos últimos acontecimientos.

Varias propuestas

El encuentro de ayer se prolongó durante buena parte de la mañana, con varios recesos entre medias, y durante su desarrollo los representantes de los trabajadores recibieron distintas propuestas por parte de la patronal, la mejor de las cuales fue posteriormente sometida a votación en la asamblea nocturna.

A las puertas del Preco y durante la reunión, varios trabajadores celebraron una concentración en la que recordaron la inminencia de un paro que finalmente, también para alegría de los miles de abonados a las instalaciones públicas del territorio, no va a consumarse.

La pérdida de poder adquisitivo de la plantilla durante estos últimos años, cifrada por los sindicatos del sector en el entorno del 11-12% desde el ejercicio 2010, ha sido una de las principales justificaciones de la parte social para llegar a este escenario desbloqueado casi en el último minuto de la prórroga, utilizando el símil futbolístico.

Congelación salarial

No en vano, las centrales han denunciado de forma recurrente que en los últimos 12 años los trabajadores únicamente han tenido incrementos salariales en ocho.

Antes de la última oferta presentada ayer por la patronal y con la proyección actual del IPC, que se encuentra totalmente disparado, los representantes de los trabajadores calculaban que la plantilla iba a perder un 11,6% adicional entre 2020 y 2023, precisamente el periodo para el que las partes han estado negociando el nuevo marco de condiciones laborales.

Este arreglo final garantiza un periodo de al menos un año y medio largo de estabilidad en un sector acostumbrado a las turbulencias laborales.

Conflictividad. El sector que engloba a monitores, socorristas, o cancheros arrastra una historia reciente de conflictividad que esta vez, aunque in extremis, no va a reproducirse, tras el visto bueno de la plantilla a la última oferta de la patronal. Sucedió con la negociación de los convenios 2005-2008, 2013-2014 y 2017-2019, que finalmente fueron suscritos por patronal y sindicatos tras la convocatoria de diferentes huelgas. El último precedente data de julio de 2017, cuando las piscinas de Gamarra y Mendizorroza y el resto de instalaciones deportivas se vieron afectadas por un paro de cinco días al que esta vez, finalmente, no se ha llegado.

La huelga decae. Los trabajadores de las instalaciones deportivas públicas de Álava, entre los que se encuentran los monitores de actividades, socorristas, cancheros o técnicos sanitarios, aceptaron ayer 'in extremis' la última oferta presentada por la patronal y decidieron así desactivar la huelga convocada para esta semana en centros cívicos, piscinas, canchas y frontones, un paro que arrancaría hoy mismo e iba a extenderse hasta el próximo sábado.

Votación 'in extremis'. Una multitudinaria y postrera asamblea celebrada en la sede de CCOO en Gasteiz sirvió de escenario para el último capítulo de un conflicto motivado por la infructuosa negociación del convenio colectivo del sector, caducado desde el año 2019, y que finalmente ha tenido un final feliz. La plantilla, reunida desde las 22.00 horas, decidió finalmente en votación dar su visto bueno a la propuesta final lanzada apenas unas horas antes por las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento para prestar este servicio, Disport Eki y Aiteko, evitándose así una huelga como las que ya han golpeado al sector de forma recurrente durante los últimos años.

Mejoras. La propuesta de nuevo convenio responde a buena parte de las reivindicaciones de la plantilla, con incrementos salariales vinculados al IPC, reducciones de jornada o un plus de antigüedad del 3% por cada trienio completado, con un máximo del 15%. Su aprobación fue el epílogo de una larga jornada que arrancó a las 9.30 horas en la sede del Consejo Vasco de Relaciones Laborales en Gasteiz, donde patronal y sindicatos mantuvieron una última reunión convocada de urgencia por la primera para tratar de desactivar la huelga y donde fue presentada esta última oferta.

2023

El nuevo convenio de condiciones laborales estará vigente hasta el 31 de diciembre del próximo año.