Aunque previsiblemente será el viernes, cuando se conozca la calificación global de los vinos de Rioja por parte del Consejo Regulador de la Denominación Calificada, la Casa del Vino de Laguardia ha realizado un avance con los vinos de la comarca y ha adelantado que se trata de una añada excelente, gracias a una meteorología óptima en las últimas fases de maduración de las uvas.

Lo cierto es que las uvas de 2021 no lo tuvieron fácil desde el comienzo de la campaña. El final de la vendimia 2020 terminó con borrasca y con temperaturas más frías y el 6 de enero llegó la borrasca Filomena que dejó en Rioja Alavesa agua y nieve en cotas bajas.

Tras ello y hasta finalizar el invierno, las temperaturas fueron altas con ausencia de lluvias, con apenas dos olas de frío destacables en enero y marzo. La primavera en Rioja Alavesa fue muy seca, especialmente abril, con precipitaciones acumuladas prácticamente la mitad de lo habitual en esta época del año.

Cuando el cultivo se encontraba en su mayoría en estado E (hojas extendidas), en abril, se produjeron heladas de radiación que causaron daños, de mayor alcance en las áreas más tardías y en hondones y vaguadas. Aunque en algunas cepas pudieron rebrotar nuevos pámpanos con capacidad productiva, la helada se tradujo en una reducción de rendimientos que afectó a la zona más occidental de Rioja Alavesa, Labastida y Salinillas, pero también a Villabuena, Laguardia, Elciego, Navaridas, Leza, Oyón, Yécora, Kripan, Lanciego, Elvillar y Baños.

A finales de mayo y principios de junio se produjeron tormentas con chubascos de agua de intensidad torrencial en buena parte de Rioja Alavesa, en algunas zonas acompañadas con granizo. Hay que destacar por su gravedad las tormentas del 3 y 4 de junio, que afectaron al valle del Ebro, con precipitaciones que en algunos puntos alcanzaron los 50 litros por metro cuadrado en apenas media hora. Los perjuicios más importantes se produjeron entre Lapuebla y El Campillar, en parajes pertenecientes mayormente a Laguardia y también en Yécora, Barriobusto, Lanciego (Viñaspre sobre todo), Elvillar, Oyón y Moreda. Al menos 100 hectáreas resultaron siniestradas en producción totalmente y otras 300 a 500 con reducciones de diversa intensidad.

Los primeros racimos entraron en bodega en Rioja Alavesa la segunda semana de septiembre, después de un inicio de mes con lluvias. El agua fue muy bien recibida al estar los racimos sanos y sueltos, lavando y engordando los granos muy mermados por la sequía. Tras un episodio de lluvias, en la última semana de septiembre y principios de octubre se generalizó la vendimia.

Con datos ya oficiales, el Consejo Regulador cifra en casi 96,5 millones de kilogramos de uva amparada los recogidos por las bodegas de Rioja Alavesa en 2021, ligeramente más que en la cosecha de 2020 que fue también corta en volumen; de los cuales 77,9 millones de kilos han sido producidos en viñedos de Rioja Alavesa, 70,9 de uva tinta y 7,0 millones de blanca.

En esta vendimia 2021, más prolongada de lo habitual, la uva entró en bodega en general muy sana, con mucho color, muy por encima de la cosecha 2020 que ya tenía buenos índices. Las catas realizadas a los vinos de la cosecha 2021 son muy prometedoras: con mucho color, muy aromáticos y con taninos muy redondos.

La Casa del Vino también analiza pos txakolis alaveses. En el Valle de Ayala el invierno resultó muy cálido y extremadamente húmedo, mientras que durante la primavera las precipitaciones estuvieron por debajo de lo habitual, lo mismo que las temperaturas, produciéndose heladas en la última decena de marzo y abril.

Las tormentas de verano no afectaron al área del txakoli alavés y el viñedo llegó a la floración un poco adelantado, con un estado sanitario muy satisfactorio pero con muestra de uva escasa, advirtiéndose ya entonces la reducción de racimos por las heladas primaverales.

El mes de septiembre llegó con lluvias que continuaron intermitentemente hasta principios de octubre. Es en esta fecha en la que comienza la vendimia en el Valle de Ayala, dos semanas más tarde de lo que lo hizo la pasada campaña 2020.

Las lluvias de septiembre, en general, no afectaron a la calidad del fruto, y la vendimia se alargó hasta el fin de la primera semana de noviembre, cuando se recogieron los últimos racimos de tinto de la hondarrabi beltza, quedando para esas fechas la uva destinada a vinos de vendimia tardía.

Con respecto a volumen, ha estado muy por debajo de la cosecha 2020, que fue récord absoluto, pero con gran calidad, lo que dará sin duda lugar a grandes vinos.

Los datos de producción de la DO Arabako Txakolina han sido del orden de 450.000 kg. de uva, un 40% por debajo de lo recolectado en 2020 y prácticamente lo que habitualmente se recoge de txakolí en Álava.

Según la Diputación, los vinos catados de txakoli alavés están resultando con mucho aroma, francos y buen equilibrio, lo que dará lugar una cosecha de gran calidad.

Datos oficiales. El Consejo Regulador cifra en casi 96,5 millones de kilogramos de uva amparada los recogidos por las bodegas de Rioja Alavesa en 2021, ligeramente más que en la cosecha de 2020 que fue también corta en volumen; de los cuales 77,9 millones de kilos han sido producidos en viñedos de Rioja Alavesa, 70,9 de uva tinta y 7,0 millones de blanca.

Balance. Es una añada excelente, gracias a una meteorología óptima en las últimas fases de maduración de las uvas.