l aceite de oliva virgen de Rioja Alavesa fue el protagonista de la jornada de ayer en Oion, donde el Ayuntamiento, fiel a la tradición de la degustación de la pringada no quiso faltar a la tradición, aunque Moreda lo había desconvocado hasta San Isidro, debido a las obras que se ejecutan en estos momentos en la travesía.

La fiesta oyonesa comenzó en realidad el viernes por la tarde en el calado del Ayuntamiento. Allí, el gerente de Aprora, Asociación para la Promoción del Olivo y el Aceite de Rioja Alavesa, Jorge Martínez, ofreció una cata comentada, aunque con muchas limitaciones de espacio.

Al día siguiente, desde primeras horas de la mañana, el trujal Almazara de Rioja Alavesa abrió sus puertas para mostrar sus instalaciones a quienes quisieron acercarse hasta el lugar. Allí, los propietarios contaban cómo funciona un trujal y ofrecían degustaciones de pringada.

Este trujal está asociado a Aprora y está capacitado para elaborar aceites de calidad de Euskolabel, aunque también moltura aceitunas para numerosos olivareros de La Rioja y de Navarra. En todas las Fiestas del Aceite este trujal ha estado presente con visitas, catas y demostraciones y son muchas las personas que salen de la instalación con compras realizadas de aceite de oliva virgen extra de Oion.

Para cerrar la jornada, a la hora del vermú, se celebró el concurso de pintxos elaborados con aceite de oliva virgen extra de Rioja Alavesa. Amenizada la degustación por las trikitixas, los participantes fueron los bares Adonix, Alavés, Escudo Mayor, bar Hogar del Jubilado, el bar de las piscinas municipales y el Guridi. Los pintxos, elaborados con productos km 0 debían tener aceite de oliva virgen y todos cumplieron el requisito, junto a un derroche de imaginación en cuanto a los diseños. Tras el recorrido por los establecimientos, el jurado decidía que el ganador debía ser el bar Guridi.

Según Eduardo Terroba, alcalde de Oion, la localidad “no quería dejar de celebrar este evento popular que atrae a muchas personas a Oion. La pringada era una de las celebraciones tradicionales, en la que podíamos no solo degustar nuestro aceite a través de la fiesta, sino también poner en valor un cultivo tradicional que forma parte de nuestra cultura”.