En mitad de la guerra de Ucrania, el enésimo desafío al que se enfrenta el campo alavés tras la pandemia o la crónica caída de precios por el trabajo de agricultores y ganaderos, este sábado el Santuario de Estíbaliz ha acogido una muy tensa Asamblea General de la UAGA.

En la misma, a cuenta de la obligada inclusión de al menos un 40% de mujeres en el Comité Ejecutivo del sindicato agrario, se ha vivido un agrio enfrentamiento que ha terminado con la reunión suspendida y una herida abierta que no se cerrará, al menos, hasta las elecciones del próximo año.

El Estatuto de la Mujer Agricultora establece que debe haber paridad en los órganos directivos de UAGA para acceder a una subvención de 80.000 euros, y al no darse esta circunstancia el sindicato pidió primero una moratoria al Gobierno Vasco y después incluyó a dos mujeres en el Comité Ejecutivo, el 9 de diciembre, para poder optar a la ayuda.

Un sector de los afiliados, que pidió incluir en el orden del día un punto en torno el cumplimiento de la norma sobre las mujeres agricultoras, alega que los estatutos de UAGA impiden nombrar de forma unilateral a las nuevas integrantes del Comité.

Según la directiva que preside Javier Torre, el Gobierno Vasco ha dado el visto bueno a este nombramiento y por tanto a la subvención, que permite cuadrar el Presupuesto de 2021, aprobado este sábado por 48 votos a favor, 18 en contra y 6 abstenciones.

Ademas, un grupo de jóvenes afiliados ha reclamado tener mayor voz en el sindicato, y ha protestado vivamente contra la actual directiva.

Tras la presentación de los números de 2021 y la previsión para 2022, ha comenzado un duro intercambio de reproches. Torre ha censurado a los afiliados descontentos por haber "traspasado la frontera" al ir por la vía judicial contra el Comité Ejecutivo, les ha acusado de "querer reventarlo todo" y de "amenazar a la gente".

Enfrente, varios afiliados reclamaban que se les dejara hablar y debatir en el seno de la asamblea, y afeaban a la directiva de UAGA que quisiera "utilizar a las mujeres", y que tanto estas como los jóvenes "son solo un número para vosotros". "¿Por qué no dejáis que debatamos?", se han quejado.

Silbatos y carteles de protesta han calentado el ambiente de una Asamblea que se ha desarrollado en mitad de una gran incertidumbre en el sector, a la espera de que se le deje cultivar tierras de barbecho o de que el Observatorio de Precios del Gobierno Vasco permita cumplir la Ley de Cadena Alimentaria y reparta el coste económico de la guerra entre todos los actores, desde el productor hasta el consumidor.