Es rentable y buena para el medio ambiente y para la salud. Es por eso que la producción ecológica está en pleno crecimiento, en consonancia también con las políticas europeas, que pretenden que su superficie alcance el 25% para 2030. A día de hoy, hay más de 700 empresas en Euskadi que se dedican a ello y su cifra va en aumento. En 2001, por ejemplo, había 61 operadores. Y lo mismo pasa con sus hectáreas, dado que si en 2001 en Euskadi había 733 en ecológico, 20 años más tarde eran 7.420. En Álava, según los datos de Ekolurra, en los últimos cinco años el cultivo de viñedo se ha duplicado, llegando a las 944 actuales, cuando en 2014 había solo 432 hectáreas.
Una buena representación de todos estos operadores y sectores que trabajan por la sostenibilidad se podrá ver desde mañana hasta el domingo en la séptima edición de la feria de Bioaraba, que se organiza en el Iradier, con el patrocinio del Ayuntamiento de Vitoria, Diputación Foral de Álava y Gobierno Vasco y con la colaboración de Fundación Vital, entre otras entidades. Iker Knörr, el director de esta feria, en la que habrá más de 70 expositores, resalta lo satisfechos que están con cómo han podido comercializar este evento después de dos años y medio en los que no han podido celebrarlo por las restricciones del covid, "pero nos hemos dado cuenta de que la feria goza de muy buena salud porque ha estado completa desde prácticamente tres semanas antes del evento. Nos han llamado personas y empresas que querían participar y les hemos tenido que decir que no, a unos 20. Creemos que la gente tiene también ganas de un evento como este, que tiene relación con la filosofía de sostenibilidad de la ciudad".
Todo ello ha hecho que se presente como "una de las mejores" ferias que han organizado hasta la fecha, en cuanto a representación de productores locales, puesto que vienen del Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi (Ekolurra), con una decena de operadores, y también del Consejo de Producción Agraria Ecológica de Navarra, con otros 10 operadores, "que han apostado por Bioaraba como una feria que les puede interesar".
Knörr, asimismo, subraya el componente profesional que tiene este evento, desde la ardua selección que hacen para traer una buena representación, a las relaciones comerciales que se puedan establecer con los expositores, ya que "tenemos muchas confirmaciones de comerciantes que van a venir".
Recuerda cómo la pandemia ha servido para poner en valor, más todavía si cabe, este tipo de productos ecológicos, "porque las pequeñas tiendas durante el confinamiento funcionaron muy muy bien".
Además, la guerra de Ucrania también ha evidenciado la necesidad de no depender tanto de los productos del exterior, sino de apostar por los de kilómetro cero y sostenibles. "Ya estamos viendo lo que está pasando con el cereal, el aceite de girasol... Es un claro ejemplo", agrega.
Una feria, en definitiva, asentada y convertida en todo un referente en el norte de la península, con el permiso de Bioterra de Irun, gracias a la diversidad que se encuentra en sus puestos de alimentación, ropa, cosmética y productos de bioconstrucción o energía renovable.
Talleres y 'showcooking'. En la feria ecológica del Iradier Arena que abre mañana no faltarán tampoco las visitas de colegios (como la que harán el primer día, a las 11.00 horas, para no perderse una charla de Slow Food), los talleres, como el de snacks saludables para toda la familia (del domingo, a las 12.30 horas, con Iker Asurmendi) o las actividades de showcooking, como la importancia de los alimentos fermentados (viernes, a las 19.30 horas) o la elaboración de bizcocho de zanahoria, a cargo de Mamia (sábado, a las 19.30 horas).