En un año hay registrados trece ataques del lobo al ganado en Álava, con un resultado de 22 reses muertas; siete ataques en Ayala, cuatro en Kuartango, uno en Zigoitia y otro en Ribera Alta, según los datos facilitados por la Diputación de Álava al PP. El lobo está en expansión -afirma la UAGA-, razón por la que el sindicato agroganadero alavés urge un plan de gestión del lobo a nivel de Euskadi. Un plan de gestión que básicamente defienda a los ganaderos ante la "inseguridad" y el "saqueo" diario que sufren.
El presidente de la UAGA, Javier Torre, ha vuelto a comparecer en las Juntas Generales de Álava para reiterar lo denunciado en multitud de ocasiones en la cámara alavesa. Tener al lobo controlado y actualizar el pago de indemnizaciones a los ganaderos son algunas de sus peticiones.
Afirma que hay más ataques de lobos de los que recoge la estadística porque, en ocasiones, a los ganaderos no les merece la pena denunciar, ya que "cuesta más que venga el técnico a certificar la muerte que los cien euros o menos que le pagan", censura.
En otras ocasiones, ni tan siquiera puede demostrar el ganadero que se trata de un ataque de lobo, aunque lo sepa. "A veces, es mejor callar porque el populismo gana al sentido común", lamenta.
También corzos, jabalíes y hasta ciervos
Y no es el único animal que, a día de hoy, causa importantes daños en la cabaña alavesa. Explica Torre que los ataques de jabalíes se multiplican y que, pese a las batidas, hay más ejemplares que nunca. "En cuanto sale el sol bajan a los campos y levantan los sembrados", alerta. Al igual que los corzos, "se ven rebaños enteros" y qué decir de los ciervos, "un animal de éstos ocasiones tantos daños como cuatro o cinco corzos", advierte.
Sin embargo, denuncia que la administración sigue sin hacer nada. "Decimos que queremos convivir con el lobo, pero no hacemos nada, y los que siguen perdiendo día a día son los ganaderos. El día que veamos un lobo en la calle Dato..., entonces se hará algo", critica.
"Hay que intentar hacer algo de una vez", insiste. "Antes, al menos, teníamos un plan de gestión del lobo en Álava, pero desde que el lobo es una especie de especial interés, se acabó todo. Que es un asunto espinoso..., pero lo que no podemos es dejar pasar el tiempo para ver si el lobo desaparece solo, porque eso no va a ocurrir", incide.
Muchas presiones
Aun consciente de que existen muchas presiones para abordar este problema, sobre todo de grupos medioambientalistas, Torre asegura que es el momento de sentar las bases de un plan de gestión del lobo en Euskadi. "Lo que no se puede es estar eternamente hablando de lo mismo y sin hacer nada", concluye.