e cumplen 40 años de los primeros casos de VIH y Sida en el Estado. Y aunque cuatro décadas después de aquel hito los avances científicos han convertido a la infección incluso en intransmisible y a la enfermedad en crónica, "el estigma continúa".
Así lo recordaba ayer Ana Girón, trabajadora social de Sidálava, que se sumó junto a cientos de vecinos de Gasteiz a la conmemoración del Día mundial de la lucha contra el Sida. A pesar de la lluvia, intensa por momentos, el colectivo se hizo bien visible en el espacio público, concretamente en la plaza de la Virgen Blanca, donde a través de un manifiesto y la unión de varios de sus integrantes reivindicó una de sus grandes prioridades: Objetivo cero discriminación.
"Los logros son incuestionables, pero las desigualdades, el estigma en sus diferentes manifestaciones y la discriminación continúan siendo un motivo de sufrimiento para las personas con VIH", subrayó Sidálava.
La asociación dio también voz a varias personas seropositivas, leyendo en voz alta duras frases reales que demuestran hasta qué punto ese estigma sigue vivo. Personas que no estuvieron allí, precisamente, porque no quieren ser identificadas.
"Di el paso y la persona desapareció"
Así se expresa una de ellas: "He tenido muy pocas parejas, ya que siento vergüenza y miedo al rechazo. No me apetece tener pareja porque supone contar lo que me pasa y enfrentarme a la reacción de la otra persona. Hace años di el paso de contarlo y la persona desapareció".
Y así, otra: "Hay mucha gente que me dice no lo cuentes, porque la gente es mala y te puede hacer daño con esas cosas".
Según enfatizaba Girón en este sentido, "decir que uno tiene VIH es muy complicado", porque "esas etiquetas de excluido, yonqui, prostituta o promiscua se mantienen". Y las consecuencias no permiten avanzar.
"Ese estigma y esa discriminación hacen que la gente se esconda, y que eso repercuta de alguna manera en su propia salud. Porque igual no toma la medicación correctamente, porque llega a esconder las pastillas... Y eso también termina por repercutir a la larga en la salud pública", recordaba la trabajadora social.
Sidálava instaló además en la Virgen Blanca un photocall para invitar a todos los viandantes a retratarse a favor de esa no discriminación. Al acto se sumó buena parte de la Corporación gasteiztarra, encabezada por el alcalde, Gorka Urtaran.
Más pruebas, más positivos en 2021
Según los datos difundidos por Sidálava, las 433 pruebas diagnósticas de VIH realizadas en lo que va de 2021 por la asociación han hecho aflorar seis nuevos casos positivos. A estos habría que sumar los detectados, por ejemplo, en el ámbito hospitalario o en las farmacias, aunque la foto real no se conocerá hasta que concluya el año y el Gobierno Vasco recopile y contraste todos los registros.
Los casos diagnosticados solo por Sidálava se han duplicado este año respecto a 2020, pero porque el ejercicio pasado, confinamiento mediante, se realizaron menos test.
"Solo paramos dos meses, pero finalmente fueron cuatro con muy poquitas pruebas", lamentaba Girón, que reconocía sentirse preocupada porque "la transmisión se sigue dando".
La prevención, clave
La prevención, por ello, continúa ocupando una posición preferente en la escala de prioridades de Sidálava, que durante este ejercicio ha derivado a 66 personas a la unidad de ITS de Osakidetza y a la consulta para acceder al tratamiento preexposición (PreP).
El colectivo ha repartido 85.000 preservativos en lo que va de 2021 entre la ciudadanía de Gasteiz, ha atendido a 670 personas en su programa de prevención y educación con población general, ha estado presente en 38 centros educativos de la ciudad y resuelto 465 consultas a jóvenes por WhatsApp, que han derivado en 198 atenciones presenciales, y ha apoyado a 260 personas que ejercen la prostitución.
6
Nuevos casos de VIH ha detectado Sidálava en lo que va de 2021, el doble que el año pasado.
85.000
Preservativos ha repartido la asociación durante este año en el marco de sus programas de prevención.