a dificultad para acceder a los recursos de apoyo y otras redes formales e informales, la brecha digital -especialmente en las zonas rurales-, la pérdida de medios de subsistencia debido a la precariedad laboral o la infantilización son solo algunas de las situaciones de desventaja social a las que deben enfrentarse las niñas y mujeres con discapacidad, problemas que se han visto "intensificados" en el actual contexto de pandemia.
Así lo recordó ayer con motivo del 25-N la asociación Eginaren Eginez, que denunció que esta realidad ha situado al colectivo en "un mayor riesgo de dependencia", tanto afectiva como económica o social y, a la larga, de sufrir múltiples formas de violencia.
Eginez, junto con sus homólogas vizcaína (Fekoor) y guipuzcoana (Elkartu), ha elaborado una publicación informativa en forma de semáforo, dirigido a las mujeres con discapacidad, que pretende ayudarlas a identificar esas situaciones de violencia machista y hacerlas ver "que se puede salir" de ellas y "vivir una vida libre de violencia", de forma autónoma e independiente, con los apoyos y recursos necesarios.
Del rojo al verde
Los tres colectivos han querido representar en este metafórico semáforo el paso de estar inmersa en una situación de violencia machista en cualquiera de sus formas -color rojo-, a comenzar a dar pasos para reconocerse como mujer que enfrenta violencia -naranja- hasta llegar a una vida libre de ella -verde-.
Eginaren Eginez, que se sumó a la manifestación vespertina convocada por el Movimiento Feminista de Gasteiz, exigió que las mujeres y niñas con discapacidad en situación de violencia puedan acceder "a toda la información, medidas, condiciones, adaptaciones, recursos y apoyos necesarios para pedir ayuda".