El punto lila simboliza el rechazo a la violencia contra las mujeres. Mostrarlo públicamente, lucirlo, implica un compromiso activo contra este tipo de violencia, cuyo origen está en la desigualdad de género. Ayer, 25N, día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer, Álava se vistió de lila y las iglesias hicieron doblar sus campanas al unísono, respondiendo así a la llamada del obispado.

Por quién doblan las campanas, que escribió Hemingway. Doblan por las mujeres asesinadas; doblan por los hijos, madres, amigos y compañeras de trabajo que lloran tanto dolor y doblan por todas las víctimas que sufren de cerca tal violencia. Pero también doblan por ti, por vosotras, por ellas; doblan las campanas por todas las que fueron, son y serán víctimas; doblan, al fin y al cabo, por una sociedad enferma de machismo que no acaba de inocularse la vacuna contra tal pandemia.

Rechazo a la violencia machista

Durante la jornada de ayer volvieron a sucederse las movilizaciones, actos reivindicativos, declaraciones institucionales y otros tipos de manifestaciones de rechazo a la violencia machista, convocados por grupos feministas, instituciones, sindicatos, asociaciones, iglesias, municipios, etcétera, en respuesta al hartazgo e impotencia que se palpa ante una sucesión de asesinatos, palizas, vejaciones y abusos de mujeres, que no cesa.

Goizargi es un ejemplo. Esta asociación, que agrupa a más de 70 mujeres alavesas de entre 24 y 74 años que han sufrido o sufren violencia de género, decidió ayer, 25N, aflorar su dolor y al ritmo de la coreografía Libertad, de Nil Moliner, que tanta fuerza da a estas mujeres, transmitir su sentir y sensibilizar a los gasteiztarras con una performance en la Plaza Nueva. "La asociación se creó básicamente por esa sensación de soledad que vivimos todas en este proceso, con lo cual, nuestro principal objetivo es el acompañamiento a mujeres que quieren salir de la violencia, que han salido ya o que no pueden salir", cuentan.

Horas antes, a punto de dar las once en el reloj, suenan las campanas de la iglesia de San Pedro de Vitoria, a las que casi al unísono se suman las de tantas y tantas iglesias de Álava. Acaba de finalizar la concentración frente al Palacio Foral hasta la que se han acercado representantes de la Diputación alavesa, del Ayuntamiento gasteiztarra y de las Juntas Generales de Álava, con sus máximas autoridades al frente. Ha sido un acto silencioso, sólo roto por los aplausos dedicados a las víctimas de la violencia machista. Roto también por los pitidos de un grupo de mujeres que, pancartas en mano, se sitúan detrás de los políticos al grito de: Menos discursos, más recursos/Menos violencia institucional y Gora borroka feminista!

Según los datos del Ministerio de Igualdad, el número de mujeres asesinadas por violencia de género asciende a 37 este año y a 1.118 desde 2003. El número de menores huérfanos por violencia de género se dispara a 24 este año y a 330 desde 2013. En Euskadi, este año se han registrado dos asesinatos machistas y, además de las mujeres asesinadas, hay cuatro huérfanos de esta violencia.

Hasta los cupones de la once

En pleno siglo XXI, esta lacra social es real, tan real como los titulares de los periódicos que casi a diario informan sobre un nuevo caso de maltrato a una mujer. Como denuncia la declaración institucional del gobierno foral alavés, "los prejuicios por razón de sexo siguen vigentes, la desigualdad social continúa y su máxima expresión son las agresiones a mujeres y personas de identidades no heteronormativas".

Por eso, "la banalización de la violencia de género y, en general, de las violencias machistas constituye un obstáculo para la concienciación de la ciudadanía y la adopción de una actitud de rechazo activa. Es un problema estructural y para erradicarlo requiere de la implicación de todas las personas, cada una desde su ámbito de socialización", llama el escrito.

Por eso, el Ayuntamiento de Gasteiz plasma en un texto sus compromisos para visibilizar esta realidad y atenderla debidamente. Para detectar e intervenir de forma temprana con menores víctimas de violencia machista. Para mejorar la protección de los menores, situar en el centro de todas las medidas los derechos de las víctimas y su empoderamiento, e impulsar la formación en igualdad del personal de la administración local.

"Necesitamos una actitud activa de toda la ciudadanía para conseguir una sociedad libre de violencia machista", concluye el escrito. Y es que, ayer, 25N, hasta los cupones de la ONCE corrieron de mano en mano para parar la violencia machista. ¿Y hoy?

Teléfono de atención a mujeres víctimas de violencia Satevi: 900 840 111.

Teléfono de atención a niños y adolescentes Zeuk Esan: 116 111.

Declaraciones

Ayuntamiento de Vitoria. El Ayuntamiento se compromete a: contribuir a la visibilización de esta realidad de la violencia vicaria y atenderla debidamente. A contribuir a la detección e intervención temprana con menores víctimas de violencia machista. A mejorar los procesos de intervención y protección de los menores víctimas de violencia machista. A situar en el centro de todas las medidas los derechos de las víctimas y su empoderamiento. A impulsar la formación en igualdad del personal de la administración local. Y a seguir trabajando por lograr un pacto de país por la igualdad y contra la violencia hacia las mujeres y, en consecuencia, contra sus hijos e hijas.

Diputación de Álava. El Consejo de Gobierno foral, por su parte, declara que "ya bien entrado el siglo XXI, la violencia ejercida contra las mujeres es una realidad. Que los prejuicios por razón de sexo siguen estando vigentes, la desigualdad social continúa haciendo diferencias entre las personas, siendo su máxima expresión las agresiones a mujeres y personas de identidades no heteronormativas. Que en Álava también, en los últimos meses se han producido numerosas agresiones. Y, ante esta realidad, la Diputación reitera su compromiso con la prevención de las violencias machistas. "La banalización de la violencia de género y, en general, de las violencias machistas constituye un obstáculo para la concienciación de la ciudadanía y la adopción de una actitud de rechazo activa. Es un problema estructural y para su erradicación requiere de la implicación de todas las personas, cada una desde su ámbito de socialización". Igualmente, la Diputación anima a la sociedad a utilizar el punto lila como símbolo del rechazo hacia todo tipo de violencia ejercida contra las mujeres, cuyo origen se encuentra en la desigualdad entre mujeres y hombres.

Goizargi. La asociación alavesa que agrupa a víctimas y supervivientes de la violencia de género elige el 25N para aflorar a la luz. Ellas acompañan a las víctimas, ya que nadie mejor que ellas conoce el sentimiento de soledad que viven las mujeres maltradatas.