La plantilla del servicio de Urgencias del HUA-Txagorritxu colgó en YouTube el 29 de marzo de 2020, en lo peor de la primera ola de la pandemia, un emotivo vídeo de agradecimiento a la población por aquellos aplausos que tarde tras tarde, durante el confinamiento, dedicaba al personal de Osakidetza. Eran jornadas de enorme tensión y desgaste, en las que la red sanitaria local se vio desbordada por la ferocidad del covid-19, pero los profesionales no dudaron al elegir como banda sonora para aquella muestra colectiva de gratitud el Ez gaitu inork geldituko de la mítica banda euskaldun Urtz. Con el paso de las semanas demostraron que, efectivamente, ni nada ni nadie les pararía.

Más de un año y medio después, las cosas han cambiado mucho tanto de puertas hacia fuera como dentro del hospital vitoriano y el conjunto de la OSI Araba. La pandemia se encuentra bajo control, lo que ha permitido iniciar -ahora sí- una nueva normalidad en las calles del Territorio, y la organización sanitaria pública está avanzando también estos días en su particular desescalada, recuperando poco a poco las rutinas previas a la irrupción del covid.

El plan elaborado por la OSI para esta fase de la pandemia, al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, contempla por ejemplo el mantenimiento de solo dos áreas específicas de hospitalización para pacientes covid positivos, una en Txagorritxu -la séptima A- y otra en Santiago -la cuarta B-. Continúa la sectorización de sus Urgencias y UCI, así como la del PAC, pero la separación de pacientes queda ya sin efecto en los quirófanos, las URPA y la zona de partos del centro de José Atxotegi.

Salvo en supuestos especiales, el control de visitas se mantiene en ambos centros, donde solo está autorizado un acompañante para los pacientes hospitalizados, a quienes se permite la salida de sus habitaciones en horas pares o impares -en función de su número de cama o habitación-.

En la atención primaria, tras quedar sin efecto la zonificación de la atención a adultos desde el pasado 4 de octubre, hoy mismo se procederá a la deszonificación de la atención pediátrica. En ambos casos, los pacientes podrán acudir a los centros de salud acompañados por una sola persona. Los biombos han pasado también a la historia, aunque se mantienen las mamparas de protección en las áreas administrativas. El flujo de citas presenciales se está incrementando también progresivamente, al tiempo que el tramo de 13.00 a 15.00 horas ha quedado destinado para la asistencia covid presencial.

La normalidad también comienza a abrirse paso en el edificio de consultas externas de las OSI con las medidas básicas de seguridad que se han mostrado esenciales para el control de la infección, y otras más específicas como la eliminación de las puertas giratorias de la entrada.

Pese a la mejora generalizada de la situación, sobre todo en el ámbito hospitalario, el personal de la OSI Araba sigue sin bajar la guardia porque la pandemia, como es evidente, no ha terminado aún. “El covid no ha desaparecido y sigue siendo una gran amenaza”, advierte en este sentido la secretaria provincial de Satse, Samantha González. La cabeza visible del sindicato de enfermería enfatiza que tras meses de lucha contra el coronavirus el medio sanitario se encuentra “como después de un huracán, de una catástrofe”. Hay cansancio acumulado, pacientes y profesionales con importantes secuelas derivadas del covid persistente y la atención primaria “sigue teniendo graves carencias” en recursos humanos y materiales.

A esto va a unirse el inminente inicio de la vacunación contra la gripe, la gestión de los pacientes con coronavirus, la atención a crónicos que durante la pandemia han quedado “descontrolados”... O, de nuevo en el medio hospitalario, la apertura del nuevo edificio de servicios generales y quirúrgicos de Txagorritxu, prevista para el último trimestre de este 2021. Un hecho al que apunta Agustín Serna, secretario provincial del Sindicato de Auxiliares de Enfermería (SAE), quien advierte de que se aproximan “un otoño y un invierno bastante inciertos”.

La finalización de centenares de contratos eventuales que reforzaron al personal durante las peores fases de la pandemia ha hecho que se esté volviendo, según Serna, “a una normalidad que no es buena”.

“Y a todo esto le sumamos la incertidumbre de todo el tema de la gripe. El año pasado prácticamente no hubo, pero ahora se ha relajado el uso de la mascarilla, hay más interacción social... Todo hace indicar que no va a ser tan bueno. Y en Álava, le sumamos la apertura del nuevo edificio. Esto crea mucha incertidumbre, porque va a ser un nuevo hospital dentro del hospital”, apunta el secretario.

Desescalada. Esta nueva fase de la pandemia está teniendo también reflejo en la normalización progresiva de las rutinas en el medio sanitario, que avanza en su particular desescalada.

Retos. Pese a la mejoría, la próxima llegada de la gripe o la apertura del nuevo edificio de Txagorritxu inquietan al personal.

Secretaria provincial de Satse.

Secretario provincial de SAE.