El clúster de microfluídica de la UPV/EHU, nacido en el año 2015, sigue adelante con todos sus proyectos en el campus de Álava. Uno de sus alumnos de doctorado, Vahid Nasirimarekani, ha observado cómo “un anillo superparamagnético se forma espontáneamente alrededor de una gota de agua cuando un ferrofluido a base de aceite está en contacto con la gota bajo la influencia de un campo magnético y varía según la intensidad del campo magnético que se aplique”.
La microfluídica es, al fin y al cabo, una disciplina transversal que se emplea, por ejemplo, para desarrollar nuevas tecnologías que sean útiles tanto en análisis como en biomedicina. En el caso de la manipulación de gotas, que está adquiriendo un “gran interés” en varios campos, este es un gran avance que ha tenido repercusión a nivel internacional con la publicación del estudio -enmarcado dentro del proyecto europeo MAMI, en el que participan grupos y empresas multidisciplinares de seis países- en la revista Advanced Functional Materials.
Los investigadores Lourdes Basabe y Fernando Benito han hablado con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA y cuentan que la idea de controlar el movimiento de gotas de agua era estudiar cómo se podían usar propiedades de algunos materiales en la microescala, y Vahid ha estado trabajando con ferrofluidos de base oleosa para ello.
Ha observado -cuentan ambos profesores- este fenómeno, la formación de un anillo alrededor de gotas de agua con ferrofluidos, y han hecho un estudio para ver cómo podían sacarle partido a ese fenómeno desde el punto de vista de la microfluídica.
Diferentes aplicaciones
Y es que tiene diferentes aplicaciones; la manipulación contra las gotas, porque “la gota es un recipiente más o menos grande, una cantidad finita de líquido. Este fenómeno nos permite controlar la manipulación de esas gotas de forma remota a través de un imán, porque el ferrofluido es superparamagnético, y en presencia de un imán se ve atraído por él”, relata Basabe. Por lo tanto, se pueden trasladar esas gotas sin necesidad de tocarlas.
“También se pueden mantener muchas gotas a la vez estabilizadas sin que se mezclen, o mezclarlas si lo deseamos, porque si quitamos el imán el ferrofluido se comporta como un líquido, y con él se comporta como una barrera”, exponen ambos.
Es algo que, en definitiva, puede tener “muchas aplicaciones en el futuro”, y lo pondrán a disposición de la comunidad científica para que otros investigadores lo sigan estudiando. El clúster alavés, por su parte, seguirá trabajando -Vahid seguirá con su tesis, y espera terminarla este año-. Sacarán adelante otros proyectos que tienen también entre manos, y emprenderán nuevos, porque el de la microfluídica es un sector, como recuerdan, transversal, que puede brindar multitud de posibilidades.
Una magdalena
Desde el clúster de microfluídica comparan la interacción ferrofluido-agua con una magdalena. La magdalena sería la gota de agua, y el envoltorio, el ferrofluido. Si se quita el imán, el envoltorio se vuelve líquido, pero con él se forma el envoltorio. Lo definieron así por su forma, porque cuando aplicas el campo magnético, el “envoltorio” se aprieta y sale un poco más hacia arriba, asemejándose a un champiñón.
Pandemia
Los profesores Lourdes Basabe y Fernando Benito explican, por otra parte, que el clúster de microfluídica de la UPV/EHU tiene entre manos varios proyectos propiciados por la pandemia. El campo de la microfluídica tiene, al fin y al cabo, una aplicación directa en el ámbito del diagnóstico. Por eso, a este grupo le llegaron llamadas para financiar proyectos que pudieran contribuir a esta situación, a gestionarla también en el futuro.
Escribieron varios proyectos y les han financiado dos: uno de la Fundación Vital y otro de la UPV que tiene que ver con el desarrollo de sensores ultrasensibles para contribuir al desarrollo de dispositivos para el diagnóstico.
El clúster ha seguido trabajando toda la pandemia, aunque reconocen que han redistribuido la forma de trabajar, porque al principio los laboratorios estaban cerrados. En la pandemia publicaron varios proyectos.