- La localidad de Antoñana le planta cara al despoblamiento y para favorecer la permanencia o llegada de nuevos vecinos al padrón municipal va a poner en marcha unas viviendas con la fórmula de Arrendamiento Protegido. Explica el componente de la Junta Administrativa, Esteban García Campijo, la importancia de que exista vivienda en alquiler para los jóvenes y en general para los vecinos que lo necesiten con el fin de mantener población en el pueblo.
Por esa razón, desde la Junta se ha impulsado el acondicionamiento de un edificio en la calle Mayor para su uso en la modalidad de Arrendamiento Protegido para jóvenes y asentamiento de personas en el medio rural y soporte a los programas de despoblamiento y reto demográfico que se desarrollan en la comarca con ese fin.
El primer paso que se dio fue solicitar una ayuda económica a la Diputación Foral, a través del Programa de Obras Menores, para poder realizar obras en la estructura del edificio, para lo que se lograron 22.749 euros.
Posteriormente, se solicitó al Gobierno Vasco otra ayuda, complementaria, para poder rehabilitar el edificio y destinarlo a ese arrendamiento protegido, con lo que se pudo contar con 100.300 euros más.
Hubo una tercera gestión para tratar de lograr más financiación, a través de las ayudas a edificios históricos, ya que el de la calle Mayor está adosado a la muralla. Pero en el Servicio de Patrimonio Histórico, de quien depende esas ayudas, ya se había agotado el presupuesto de este año y no se pudo acceder a esa ayuda.
Con ese dinero se trabaja en la adecuación del edificio, que podrá contar con un total de dos viviendas, aunque en un momento dado se barajaron tres, descartándolo porque eso habría encarecido la obra, ya que se habría tenido que instalar un ascensor como establece la legislación. Los destinatarios serán quienes soliciten esas viviendas y estén empadronados en Antoñana. Como su propio nombre especifica, el arrendamiento está condicionado a los ingresos del solicitante: a mayor remuneración laboral, mayor renta y viceversa.
Y es que en Antoñana se trabaja por mantener y aumentar la población y una de las maneras es poner a disposición de jóvenes que siguen viviendo en las casas familiares estas viviendas, con el fin de que al independizarse sigan estando en el pueblo, aunque sus trabajos lo estén en otra localidad.
El representante de la Junta comentaba que Antoñana se habían planteado esta necesidad al ver cómo estaba evolucionando el gráfico de población empadronada: en 2018 había 147 empadronados en Antoñana, que se redujeron a 141 al año siguiente, pero a partir de ese momento ha crecido hasta los 158 y calculan que lo siga haciendo en 2022.