as tradicionales y entrañables figuras mitológicas que cada año sorprenden a vecinos y foráneos con motivo de los distintos txupinazos de fiestas del territorio alavés volverán a quedarse en casa por segundo año consecutivo debido a la pandemia. El Iguarrako en Amurrio, Roketxu en Laudio, El Brujo en Nanclares de la Oca, o el Katxi de Oion ya se quedaron en casa el año pasado, y en esta ocasión parece que la estampa será similar.

Sin embargo, no va a ser un verano en blanco en lo que a actividades se refiere. Si bien, por segundo año consecutivo los actos tradicionalmente festivos tendrán que esperar, en municipios como Laudio y Amurrio, sin ir más lejos, han optado por una alternativa.

Ya el año pasado las tradicionales fiestas se vieron sustituidas por una programación cultural en ambas localidades, algo que repite en esta ocasión. Durante la presentación de Kultuda en el mes de junio, el primer edil laudioarra, Ander Añibarro, apeló nuevamente a la responsabilidad, asegurando que "debemos ser responsables, respetando las indicaciones sanitarias y evitando así los grupos masivos de personas en la calle".

La concejala de Cultura y Fiestas, Maite Cortazar, señaló en ese sentido que "la suspensión de los sanrokes y de todas las fiestas de barrio no supone en ningún caso eliminar las actividades culturales en el municipio durante el verano". Es por eso que, hasta el mes de septiembre, dan continuidad a Kultuda, un programa nacido en 2020 para amenizar un verano sin fiestas con todo tipo de citas en el exterior y garantizando las medidas de seguridad para contener el virus -distancias interpersonales, uso de gel hidroalcohólico y mascarillas, todos los asistentes sentados...-. Para la cita, los lugares escogidos son además aquellos que popularmente acogen los actos de las fiestas patronales -la Plaza Aldai, Alberto Acero o la Herriko Plaza, entre otras-.

En amurrio

También en Amurrio volverán este año a la carga con la iniciativa Udako Kultur Tantak, que se alargará hasta septiembre y "tan buena acogida tuvo el año pasado", como recuerda su alcalde, Txerra Molinuevo. El primer edil señaló en junio que, "aunque la situación sanitaria no da cabida a grandes actos ni fiestas patronales, sí apostamos por un verano lleno de cultura al aire libre". De ahí esta reedición, con la que esperan tener el mismo éxito que el año pasado, aunque sin fiestas en honor a San Roque y a Nuestra Señora de la Asunción.

Estos dos municipios no serán, sin embargo, los únicos que digan adiós a sus tradicionales festejos y los sustituyan por una alternativa más segura para evitar que la quinta ola de la pandemia siga extendiéndose. Otros pueblos como Artziniega, Nanclares de la Oca, Oion, Agurain o Yécora, entre otros muchos, celebran todos los años sus fiestas patronales entre los meses de agosto y septiembre, en un ambiente que nada tiene que ver con la imagen que ofrecerán en estas fechas. Algunos de ellos aún no han confirmado ni desmentido qué es lo que va a suceder con sus actos, sus mascotas y sus patrones, pero la mayoría ya han planteado que en esta ocasión, como ocurriera en el pasado 2020, la responsabilidad debe seguir siendo la que prime para evitar que las cosas vayan a peor.

Y es que el de responsabilidad es un término que se lleva repitiendo en los últimos meses, porque la pandemia aún no ha llegado a su fin, y en estas semanas en las que se sucederían diferentes fiestas patronales en el territorio, alcaldes y consejeros siguen apelando al autocuidado y a la seguridad para poner freno al avance de esta quinta ola.

Desde otros municipios como el de Artziniega confiesan a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que aún no se han reunido ni han tomado ninguna decisión sobre si se celebrará algún evento, programación cultural alternativa o acto festivo. Sea como fuere, es una de las fiestas más tardías, ya que se celebra en septiembre, y desde el consistorio todavía cuentan con un mes para tomar una decisión.

En el caso de Nanclares de la Oca -cuyas fiestas se celebran tradicionalmente entre el 14 y el 17 de este mes-, ya anuncian desde la junta administrativa encargada de su organización que estas se han suspendido. Únicamente celebrarán, en este año tan atípico, la ofrenda floral a la virgen el día 15 y la bendición de las peras de San Roque que se hace el 16 aprovechando las dos misas. Sin embargo, no habrá más actos festivos, y tampoco alternativas culturales. Porque en estas circunstancias en las que la situación epidemiológica sigue siendo preocupante, la precaución debe ser primordial.

En otros municipios como Agurain también anuncian, en conversaciones con este diario, que las tradicionales fiestas que se celebran los días 15 y 29 de agosto -en honor a Nuestra Señora de la Asunción y San Juan Degollado, respectivamente- también se han terminado por suspender. Y es que, el año pasado todos los ojos estaban puestos en las fiestas de los pueblos del año 2021, pero habrá que alargar la vista un poco más y fijar la mirada ya en el año 2022 cuando, con un poco de suerte, estas puedan retomarse y la animación festiva pueda volver a Álava.

Finalmente, otros dos municipios con los que ha podido contactar este diario han sido Oion y Yécora. En el primero de los casos, su alcalde, Eduardo Terroba, ha asegurado que este año solo habrá actividades para los niños y pequeñas actuaciones para ambientar la plaza a la hora del vermú y tarde. "Y si conseguimos los permisos, lanzaremos alguna colección de fuegos artificiales con todas las medidas covid", añade asimismo el primer edil.

En Yécora, por su parte, donde tradicionalmente tienen lugar las fiestas de Acción de Gracias, ya anuncian que finalmente no van a celebrar ningún tipo de acto ni de programación. Por lo tanto, la seguridad y la quietud volverán a reinar en el territorio en un nuevo año sin fiestas y salpicado de actos de pequeño formato.

"Debemos continuar siendo responsables y respetando las indicaciones sanitarias"

Alcalde de Laudio

"La situación sanitaria actual no da cabida a grandes actos de celebración ni a fiestas patronales"

Alcalde de Amurrio