El Ayuntamiento de Amurrio ha vivido en el último mes un relevante cambio de mando que pilló por sorpresa a propios y extraños. Y es que la alcaldesa, durante casi diez años, Josune Irabien (PNV), tuvo que renunciar a su cargo al ser nombrada directora de Relaciones con las Administraciones Locales y Registros Administrativos del Gobierno Vasco, y ser ambos puestos incompatibles, dejando éste en manos de su segundo, Txerra Molinuevo que, desde el 12 de noviembre, ha tomado las riendas de la Alcaldía en plena pandemia. Una situación harto complicada, se mire por donde se mire, de la que ambos se han prestado a dar cuenta a través de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
¿Cómo han sido estas primeras semanas de alcalde?
-La verdad es que, tras cinco años y medio como teniente de alcalde, en lo que se refiere a trabajo en la gestión municipal no he notado mucho cambio. Hay que tener en cuenta que Josune nos representaba en muchos otros órganos, tales como Eudel, que yo no he heredado, que le quitaban mucho tiempo en sus labores de regidora y que era yo quien la sustituía cuando tenía que asistir a reuniones y similar. Sí ha cambiado en mi vida, y mucho, en lo que conlleva la exposición pública. Voy por la calle y unos me dan la enhorabuena y otros el pésame (risas). Eso sí, de momento, estoy solo porque -aunque el pasado 26 de noviembre, Julen Sasiain, juró el cargo de concejal que había quedado vacante en nuestro grupo, en base a los ocho concejales que nos otorgaron las elecciones municipales de 2019- aún no se ha decidido a nivel interno de partido quién me sucederá en el cargo de teniente de alcalde. En breve se sabrá, o eso espero.
Amurrio aprobó su presupuesto municipal de 2020 el 26 de marzo con los votos de PNV y PSE, y por 18 millones de euros. La pandemia ya estaba aquí, ¿ha podido cumplirse?
-Ha habido que modificar prácticamente todo para atender las prioridades que han ido surgiendo con la crisis socioeconómica que ha acarreado el covid-19. Era algo que ya preveíamos. De hecho, el motivo de llevarlo a aprobación plenaria no fue tanto tener unas cuentas como tal, que también, sino una herramienta clave para poder hacer transferencias de partidas por decreto. Una forma más ágil y rápida, por así decirlo, con vistas a ir adaptándonos a las necesidades, como así ha ocurrido. Un ejemplo lo tenemos en los 100.000 euros aprobados para dar cobertura al plan de reactivación económica Amurrion Bizi, con ayudas directas a pymes y personas autónomas que, en breve, comenzarán a repartirse entre las solicitudes recibidas, tal y como nos ha urgido el sector hostelero. También se aprobó otra línea de ayudas a la conciliación, para trabajadoras del hogar, que no ha tenido mucha aceptación. Pero la partida está ahí y habrá que replantearse cómo distribuirla.
El descenso de ingresos vía FOFEL ha afectado a todos los Ayuntamientos y Cuadrillas del territorio. ¿De qué cifras hablamos, en el caso de Amurrio?
-En torno a un millón de euros menos que igual nos llevan a cerrar con déficit las cuentas de 2020. Es algo que no sabemos aún y en lo que tampoco vemos un problema, porque disponemos de remanente de tesorería. Sí nos preocupa de cara al ejercicio presupuestario de 2021, si esto se alarga mucho. De hecho, se estima ya otra bajada de 600.000 euros en esa importante aportación foral a las entidades locales que, de cumplirse, nos va a suponer muchos quebraderos de cabeza para cuadrar el gasto corriente, que siempre sube.
¿Es ese el motivo que les ha llevado a aumentar la presión fiscal de cara al año próximo?
-Sí y no. Teníamos obras de 2019 que no se pudieron hacer y que han ocasionado en 2020 un incumplimiento de la regla de gasto, ante la que Diputación te exige un Plan económico financiero de ajuste para arreglarlo, y la solución pasaba por incrementar ingresos para contener el gasto. Con todo, un incremento de tasas públicas, con la que está cayendo, en cosas como cursillos de la escuela artística o similar, es algo que no se nos ha pasado por la cabeza en ningún momento. Lo que sí se ha hecho es aplicar una subida de en torno a un 5% en impuestos, tales como el IBI y vehículos, que estaban congelados desde hace tiempo y que son los que más afectan al capítulo de ingresos. En base a los cálculos realizados, ello supondrá un aumento de entre 35 y 40 euros en los recibos por cada vivienda tipo, y de en torno a tres euros más al año, en el de coches. Es decir, 300.000 euros de ingresos más para las arcas municipales.
Estamos ya en diciembre. ¿Cuándo van a iniciar el debate presupuestario para 2021 y qué cifra barajan?
-Estamos ahora cerrando el borrador, con vistas a llevarlo a aprobación plenaria en enero, al menos, esa es la idea. La cuantía va a bajar fijo, de 18 a entre 13 y 14 millones de euros. Por lo que comentaba antes de las obras pendientes del Plan Foral de 2019, el presupuesto de 2020 estaba inflado con unas inversiones jamás vistas en este Ayuntamiento de unos cinco millones de euros. Hablo del campo de fútbol y rugby del Refor, de la obra de la rotonda en la antigua gasolinera de Aldai, ambas ya terminadas, así como de la mejora de la red de saneamiento y abastecimiento de agua, de la que falta muy poco, y del cambio del alumbrado público a un sistema más sostenible, que implica menor consumo energético y mayor eficiencia en cuanto a luminosidad.
¿Contemplará el apartado de presupuestos participativos, para abordar obras que decida la población?
-Este es un tema en pleno diagnóstico, que requiere de una reflexión y al que queremos dar una vuelta, antes de convocar un nuevo proceso. Este año, con lo del covid-19, no se ha podido afrontar la creación del demandado parking de Etxegoien, cercano a la ikastola, y que fue el proyecto ganador en los anteriores presupuestos participativos. Se abordará fijo el año próximo, es una de las inversiones comprometidas, al igual que lo es la convocatoria de un nuevo ciclo de asambleas de barrios, por el que el Ayuntamiento se hace eco de las principales necesidades de cada zona del municipio. Por la pandemia, no nos ha parecido adecuado convocarlo de forma presencial, pero no descartamos hacerlo a través de otras fórmulas, como carpas en la calle. Lo creemos necesario, porque hablamos de mejoras que, aunque sean pequeñas y de poco coste, son muy importantes para la rutina diaria de cada barrio, como la pequeña área de aparcamiento de vehículos creada en zonas como Lexarraga.
De sus palabras se intuye que el capítulo de inversiones en 2021 no deja margen a la sorpresa.
-Así es. Lo primero se meterán los proyectos comprometidos, como el parking Etxegoien y la partida de obras menores en barrios, que citaba; así como el eterno sellado de la escombrera para hacer del área una nueva zona de esparcimiento, que se lleva otros 600.000 euros y tenemos unas ganas de terminar que nadie se imagina, dado el pozo sin fondo que parece ser; y, por supuesto, la promesa de adecentar una ludoteca cubierta en lo que se conoce como antiguo gimnasio Makayin de la plaza Armurulanda. También estarán las partidas fijas para adquisición de nuevos equipos informáticos y fondos bibliotecarios. Pero, nuevos proyectos, es algo que dependerá del margen que nos deje el cierre del actual presupuesto.
Y ¿los planes de empleo?
-Eso es algo a mantener en lo que no se va a reducir ni una coma. Por un lado, el plan de empleo juvenil que, este año, se nos ha quedado desierta la plaza prevista para crear la nueva subárea de Infancia y Juventud, como se ha hecho con la de personas mayores; mientras que este mes de diciembre entrarán a trabajar dos nuevos auxiliares administrativos, con contrato de ocho meses, destinados uno a documentación y otra, porque se trata de una joven, a diseño gráfico y marketing. Asimismo, el próximo miércoles se cierran en Lanbide las solicitudes de acceso a los puestos del plan de empleo comarcal, auspiciado por la Cuadrilla de Ayala, y que, en el caso de Amurrio, se trata de catorce contratos: dos para mantenimiento de espacios naturales y jardines; otros ocho de mantenimiento de espacios urbanos y naturales; tres nuevos herri laguntzaileak; y un auxiliar administrativo para refuerzo de servicios sociales. Se trata de contratos de seis meses a los que, una vez acabados, les tomará el relevo el plan de empleo municipal, a través de SARTU, con igual número de contratos y de similares características.
Hace poco han adelantado el no cobro de la tasa de basuras a la hostelería obligada al cierre. ¿Alguna otra medida de ayuda al sector?
-Desde el cese de actividad decretado hemos mantenido varias reuniones con ellos y otra de las medidas contempladas, que deberá ser refrendada en sesión plenaria, reside en mantener la suspensión del cobro de la tasa referida a las terrazas hasta que esté lista la nueva ordenanza de veladores y terrazas, en la que se está trabajando actualmente con el objetivo de adaptarlas a la nueva situación generada por la covid-19. Para ello se van a crear mesas técnicas, para modificar la actual normativa municipal, que es muy estricta en materia de cerramiento de veladores, de cara a que puedan optar por otros más livianos y móviles, que son más baratos y también cumplen cuestiones de ornato público. En este sentido, se ha quedado que el apartado fiscal siga sin cobrarse otros seis meses, ya que 4 o 5 meses es lo que tardará en cambiarse la ordenanza.
Esta misma semana han lanzado también un nuevo servicio de mediación entre hosteleros y arrendatarios.
-Correcto. Se ha puesto a disposición del sector de la hostelería el servicio de mediación comunitaria, que ya está en marcha en otras áreas, a fin de que aquellos establecimientos que lo necesiten puedan llegar a acuerdos en relación al aplazamiento de pagos del alquiler de locales comerciales y similar. De este modo, se busca facilitar que ambas partes puedan llegar a alcanzar acuerdos amistosos en caso de ser necesario. El servicio se dará de forma gratuita e individualizada y las personas interesadas podrán llamar los lunes y los miércoles, de 08.30 a 14.00 horas, al número de teléfono 654 176 548 para concertar una cita con la mediadora Aitziber Hormaza. También les hemos animado a asociarse creando una sección de hostelería, dentro de la asociación de comerciantes local Apymca, y recordado la existencia de la agencia de desarrollo Amurrio Bidean, que muchas veces ni se sabe que existen ayudas para el sector y ellas te informan sobre ellas y te ayudan a tramitarlas.
Antes ha citado que van a comenzar a distribuir la partida de 100.000 euros del plan de reactivación económica para pymes y autónomos. ¿Cuántas solicitudes han aceptado?
-Sí, nos pidieron que hiciéramos de intermediarios con las instituciones superiores y que agilizásemos el reparto de estas ayudas, que se tramitaron a lo largo del mes de septiembre y, como he dicho, se abonarán en los próximos días. En total, se han otorgado 220 ayudas para las que se ha destinado una partida económica de 86.600 euros, que se enmarca en el programa Amurrion bizi, con el fin de paliar los efectos negativos generados por la crisis sanitaria y reactivar la economía local.
Otro asunto de calado del último mes ha sido el sí de Amurrio a la disolución del Consorcio de aguas de Ayala, para pasar a formar parte del de Álava, Urbide. ¿Cuál es su argumento personal para dar ese crucial paso?
-Los posicionamientos son muy encontrados, EH Bildu y Orain Amurrio votaron no, y PNV y PSE, sí. Yo llevo tiempo en el CAKU, como representante de Amurrio, y conozco de primera mano la implicación de la llegada de la EDAR en 2025. La obra de la red de colectores ya ha comenzado en nuestro municipio y los números están ahí. El mantenimiento de cada depuradora supondrá un coste anual de un millón de euros, que implica triplicar la factura del agua en los recibos, porque no tenemos masa crítica en el valle para pagar eso. Se miró el criterio de cuenca y, por cercanía, sumarse al consorcio de Bizkaia, pero nos admitían siempre y cuando aportásemos ese dinero, con lo cual no solventamos el problema. Solo nos quedaba la opción de o seguir con nuestro consorcio y hacer frente al gasto o ingresar en Urbide, auspiciada por el ente foral, con criterios de equilibrio territorial para que cada alavés pague lo mismo por metro cúbico y ese pago sea asequible; es decir, similar a lo que pagamos hoy en el CAKU, y el déficit lo asumiría Diputación, porque todo sería gestión pública. De ahí mi postura a favor, aunque es cierto que lo mejor para toda la provincia es que también se logre sumar al consorcio de aguas de Vitoria-Gasteiz, Amvisa, por el aporte poblacional que ello implica. De momento, Amurrio y Llodio (28.000 de los 38.000 habitantes de Aiaraldea) ya se han posicionado a favor. Es algo que tiene que decidir cada municipio y junta, antes de llevarlo a la asamblea general del CAKU prevista para este mes.
El día 15 tiene una importante comparecencia en Parlamento Vasco, por la ponencia socioeconómica sobre la comarca ayalesa. ¿Preparado?
-Al final va a ser telemática, vía Zoom, y hablaré junto al alcalde de Llodio, Ander Añibarro. Ambos hemos solicitado poder comparecer junto a nuestras respectivas agencias de desarrollo, que son las que tienen todos los datos de tasas de desempleo, situación de empresas y demás, por los estudios que han realizado. No creo que les aportemos nada que no sepan, pero sí queremos trasladarles nuestra preocupación por la alta tasa de paro y muy estructural que padece nuestra comarca, pues se ceba en perfiles muy concretos de personas con edades complicadas y de baja cualificación; así como por el futuro incierto de nuestras grandes empresas tractoras, y todo lo que arrastran con ellas, porque si ellas se constipan contagian, absolutamente, a todos, desde pequeños talleres y pymes, a hosteleros. Algo que viene de muy lejos y que no ha hecho más que empeorar con la pandemia. Por ello también insistiremos en que, tras el covid-19, las ayudas o planes estratégicos a crear para revertir toda esta situación, incluyan además de a la industria, al sector servicios, los grandes olvidados.
Al tomar el testigo de su antecesora, ya adelantó que su labor será continuista. No obstante, ¿Cuál es su estrategia de gestión?
-De cara a abordar lo que resta de legislatura, mi idea es continuar la labor de Josune, pero yo insistiré en cuatro patas: promoción económica con la que nos viene; participación ciudadana, que busque una transformación social (se quiere impulsar un consejo de infancia y juventud, como se hizo con las personas mayores; así como una casa de la mujer); reforzar servicios sociales; y seguir como referentes en materia de medio ambiente. Para ello, tenemos un proyecto estratégico desde hace cinco años, para aplicar una política de cuidados de forma general y transversal, no solo asistencial, que persigue poner a las personas en el centro de toda actuación, ya sea urbanismo o igualdad. Eso lo aprendí de la catedrática madrileña, Amaia Pérez Orozko, que ha estado varias veces en Amurrio dando conferencias y es una referente del denominado eco feminismo.
"Aún no se ha decidido a nivel interno de partido quién me sucederá en el cargo de teniente de alcalde"
"Se ha puesto a disposición del sector de la hostelería el servicio de mediación comunitaria, que ya está en marcha en otras áreas"