- La Denominación de Origen Arabako Txakolina no gana para sustos este año. A la ya complicada vendimia que acaban de culminar -con 30 toneladas de uva abandonada en el campo, por la falta de espacio en las bodegas que ha traído la disminución de ventas a consecuencia de la pandemia- se le sumó ayer la noticia de que una de sus compañeras había sufrido un accidente laboral mientras realizaba la limpieza de uno de los depósitos de su bodega, por lo que tuvo que ser trasladada en un helicóptero de Osakidetza al hospital vizcaíno de Cruces, en Barakaldo.
Se trata de la txakolinería Arzabro de Delika (concejo ligado administrativamente al municipio de Amurrio), y según explicó a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Isabel Basarrate, vecina del pueblo, "se ha caído de una escalera y se ha dado un fuerte golpe en la cabeza. Esperemos que no sea nada grave", explicó en referencia a la conocida y querida propietaria de la bodega amurrioarra, desmintiendo así las primeras noticias del suceso que, en torno a las once horas, hablaban de "un varón atrapado debajo de un depósito de txakoli en Delika" y de que los bomberos se encaminaban hacia el lugar.
De hecho, el Departamento vasco de Seguridad confirmaba, poco después, que el accidente había ocurrido "alrededor de las once de la mañana" y que la accidentada era "una mujer que había quedado inconsciente", tras darse un fuerte golpe en la cabeza al caerse de una escalera a la que se había subido para limpiar el citado depósito. Al lugar se desplazaron los servicios de emergencias, varias patrullas de la Ertzaintza y una ambulancia, para atender a la herida que, una vez estabilizada y ya consciente, fue evacuada al hospital vizcaíno el helicóptero.
Éste no es el primer siniestro laboral que sufren los bodegueros de la provincia en esta campaña. De hecho, ya el pasado 7 de octubre la localidad riojanoalavesa de Lapuebla de Labarca se tiñó de luto, por otro accidente en la bodega Espada de Ojeda, que segó la vida de dos vecinos muy queridos: Daniel Espada Garrido, exalcalde de la localidad, y su primo Marcos Gallurralde, de 56 y 53 años respectivamente. En este caso, el Valle de Ayala espera que todo se quede en un susto y que su vecina regrese pronto a casa, totalmente recuperada.
La bodega Arzabro de Delika es una txakolinería familiar y artesanal, que elabora sus preciados caldos con la uva que generan sus seis hectáreas de viñedo propio, de las variedades hondarribi zuri y la minoritaria izpiriotza txikia, plantadas a comienzos de este siglo. En el total de la Denominación de Origen Arabako Txakolina, la más pequeña no solo de Euskadi sino también del Estado, se han recogido esta campaña 714.000 kilos de uva que se convertirán en 655.000 botellas, un 57% más que en 2019, en plena incertidumbre ante el futuro por las dificultades de comercialización que ha traído la crisis sanitaria.