vitoria - El alcalde de Vitoria-Gasteiz, Gorka Urtaran, lo tiene claro. La capital alavesa es modelo de inspiración para otras ciudades, pero tiene retos ante sí que debe abordar para seguir siendo una superciudad europea donde merece la pena vivir.
Hoy se celebra, entre otras cosas, el "desarrollo urbano sostenible e inclusivo en beneficio de todos". ¿Puede presumir Vitoria-Gasteiz de ser sostenible e inclusiva?
-Yo creo que podemos estar orgullosos de la trayectoria de la ciudad en estas materias, pero eso no significa que haya finalizado nuestro trabajo en el objetivo de ser una ciudad sostenible e inclusiva. Al contrario, ese papel pionero debe ser un acicate para seguir avanzando en aquellas políticas que hacen de nuestra ciudad un referente en sostenibilidad. Aprovecho para animar a todos los grupos políticos a seguir trabajando desde el consenso para que nuestra ciudad siga siendo referente en materia de sostenibilidad, que también necesita de sostenibilidad social y económica. Al inicio de esta legislatura presenté el 'Vitoria-Gasteiz Green Deal', un plan que tiene la economía verde, la cohesión social y la protección del entorno como pilares fundamentales. La economía verde se centra en mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y la cohesión social, siempre en sintonía con las nuevas tecnologías y el entorno natural. Así lo expusimos en la Cumbre Mundial del Clima que se desarrolló hace cerca de un año en Madrid. En definitiva, somos modelo de inspiración para otras ciudades en la promoción de las mejores prácticas sostenibles, pero todavía tenemos muchas metas que alcanzar y aspectos que mejorar.
Y, en esa línea de autocrítica, ¿en qué nos toca todavía mejorar?
-Se está trabajando, pero todavía queda mucho por avanzar en materias como la transición energética y la descarbonización de la economía. Queremos ser una ciudad neutra en carbono. En ese camino hay que favorecer, por ejemplo, la transición de la industria de la automoción hacia modelos más sostenibles desde el punto de vista energético, con el reto de lograr el nivel cero de emisiones, pero siempre de la mano del sector para no poner en riesgo los miles de puestos de trabajo que en Euskadi y Álava van ligados a la automoción. Acciones precipitadas pueden poner en peligro nuestro desarrollo económico.
¿Cómo debe construirse la Vitoria-Gasteiz del siglo XXI?
-El futuro del planeta depende en gran parte de que podamos convertir los asentamientos urbanos en espacios sostenibles. El futuro de nuestras ciudades, y en concreto de Vitoria-Gasteiz, pasa en gran parte por la rehabilitación de la ciudad ya construida. No se trata de seguir consumiendo más recursos naturales, ni más suelo, ni de expandir la ciudad sin límite, sino de rehabilitar y mejorar la ciudad ya consolidada, los barrios de toda la vida. Eso se consigue con proyectos integrales de rehabilitación en clave de eficiencia energética, el impulso a las energías renovables y una mejora del espacio público.
Le doy dos definiciones: "ciudad mediana en transformación a una gran urbe" o "ciudad mediana que añora elementos perdidos de cuando era más pequeña". ¿Cuál encaja más con la capital alavesa?
-Le propongo una tercera definición que se ajusta más a nuestro modelo y objetivos: el de superciudad europea. Me refiero al modelo de urbe de tamaño medio, bien planificada y comunicada, atractiva y sostenible. Una ciudad a la medida de las personas, socialmente cohesionada, con buenos servicio públicos y alta calidad de vida. El futuro pasa por ser parte de ese grupo de ciudades escogidas de Europa, de tamaño medio, que son referente por su calidad de vida, por sus oportunidades por su sostenibilidad y sus servicios. Esa es la Vitoria-Gasteiz que yo tengo en mi cabeza y por la que trabaja este Gobierno municipal.
¿Ha perdido identidad Vitoria-Gasteiz con su expansión urbanística hacia Zabalgana o Salburua?
-Yo no diría que ha perdido identidad, porque ambos barrios son la viva imagen de la ciudad de principios del siglo XXI. Sí en cambio ha perdido peso la denominada "escala humana". Por eso es importante que, cuando sea necesario, crezcamos hacia dentro, redensificando y mixtificando el uso de estos dos nuevos barrios.
¿Qué término utiliza más Casco Antiguo o Casco Viejo?
-Pues verdaderamente lo que más utilizo es Casco Histórico o Casco Medieval porque creo que son las denominaciones más adecuadas, por su gran valor histórico y por el enorme patrimonio que atesora. Me encanta el Casco histórico de nuestra ciudad.
Dígame un espacio, zona o rincón especial para usted de la ciudad.
-Uno de los rincones que más me gusta está en el Casco y es la placita que hay a la entrada de la Correría en el acceso a la iglesia de San Miguel. El pasaje de San Miguel. Es un lugar magnífico para sentarse en la terraza o en las mismas escaleras y tomar algo tranquilamente. Y como gran espacio, el Anillo Verde sin duda.
¿Y qué construiría si pudiese porque cree que la ciudad lo necesita?
-Construiría la ciudad que imagino. Una ciudad bien conectada hacia fuera, con un tren de alta velocidad que nos une a la Península y a Europa desde su estación soterrada en Dato. Un aeropuerto internacional puntero en mercancía y viajeros, con desarrollo de una industria aeronáutica en sus inmediaciones incluida. Una ciudad bien conectada hacia dentro con la extensión del tranvía a los nuevos barrios, el BEI y la electrificación de los urbanos, la bicicleta y las supermanzanas como protagonistas. Una ciudad competitiva, un comercio local vivo y on line,€ Una ciudad referente en sostenibilidad ambiental, con el desarrollo de infraestructuras verdes urbanas y soluciones naturales para su descarbonización. Y unos servicios públicos, sociales, deportivos, educativos, que sigan haciendo de Vitoria-Gasteiz una superciudad europea con gran calidad de vida y donde merece la pena vivir.
Hoy celebramos un Día Mundial de las Ciudades en una situación dura por la covid-19. ¿El mensaje es de responsabilidad, verdad?
-Efectivamente, ahora tenemos que hacer un importante ejercicio de responsabilidad. De nuestro comportamiento depende en buena parte la duración de la pandemia con todas sus consecuencias. Animo a que seamos más responsables que nunca y que reduzcamos en todo lo posible nuestros contactos con personas que no sean de nuestro núcleo familiar. Y sobre todo evitar las aglomeraciones, mantener las distancias y extremar la limpieza de manos y superficies. En los últimos ocho meses, la vida en nuestras ciudades ha cambiado drásticamente. El impacto en la salud, la economía, la educación y otros ámbitos está afectando de una manera jamás conocida. Debemos implicarnos al máximo en adaptarnos para poder salir todos y todas juntos de esta crisis.