a Diputación premió hace unos días a los dos mejores proyectos de buenas prácticas en innovación social en Álava. Dos iniciativas, tan distintas entre sí como importantes en sus respectivos ámbitos, que promueven cuestiones como la sostenibilidad medioambiental y el impulso al sector primario, en un caso, o la inclusión social de los colectivos más vulnerables. DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha querido así conocer de cerca los dos proyectos ganadores: Vallados virtuales, desarrollado por la Asociación de Desarrollo Rural de Izki junto a ganaderos de la Montaña Alavesa, y que utiliza un novedoso sistema de delimitación virtual de las zonas de pastoreo. Y Giltza, con el que Berakah, la agrupación pastoral del Casco Viejo, ayuda a las familias con menos recursos a encontrar una vivienda de alquiler, toda una odisea en una ciudad como Vitoria con un parque de pisos para alquilar escaso y de coste elevado.

En el primer caso, según explica Raúl Rituerto, ganadero de Azazeta y uno de los impulsores del proyecto de vallados virtuales, la idea surgió hace unos cinco años “fruto de la inquietud de unos ganaderos que estamos en Montaña Alavesa y que cada vez tenemos más problemas para pastorear los animales, con menos superficie pastable”.

La iniciativa es sencilla, aunque costosa, y se aplica ya en algunos puntos de Europa, si bien “no en ganado mayor como queremos nosotros”. El ganadero delimita en un mapa vía satélite, a través de un ordenador o un teléfono móvil, la zona en la que quiere que las vacas permanezcan, y a través de un collar que se coloca en los animales estos reaccionan, por ejemplo con una pequeña vibración, cuando sale de ese trazado virtual, además de avisar al momento al ganadero. De esta forma, no sólo se elimina la colocación de barreras físicas o alambres, sino que también “permite aprovechar mejor los pastos y que haya menos riesgo de incendios”, entre otros beneficios medioambientales. Por el momento, según apunta Rituerto, el proyecto “está aún en fase experimental”, aunque las pruebas que han realizado han sido satisfactorias. “Es una tecnología cara. Nosotros la hemos encontrado en Noruega y hemos traído los equipos para probar. Por eso estamos recabando apoyos y desde el principio vimos que teníamos que buscar colaboradores, por lo que nos pusimos en contacto con la asociación de desarrollo rural o con Neiker. Está siendo un camino lento y difícil”, admite este ganadero de Montaña Alavesa.

Por su parte, el segundo proyecto galardonado este año por la Diputación tiene como protagonista a una de las agrupaciones más activas en favor de la inclusión social. Con Fidel Molina al frente, el programa Berakah, formado por las cuatro parroquias del Casco Viejo de Gasteiz, alumbró hace unos años la iniciativa Giltza, con la que ayudan a las personas más vulnerables a encontrar una vivienda de alquiler, facilitándoles desde la misma búsqueda hasta los trámites administrativos, además de favorecer la necesaria relación de confianza con los propietarios.

De hecho, Berakah acaba de poner en marcha “un proyecto dentro del proyecto”, como es la iniciativa 13 casas. Un sistema con el que “a través de un fondo de garantía solidario se garantiza el alquiler durante un año para el propietario y, además, se genera durante ese año una relación de confianza y conocimiento, de forma que ponga los cimientos para que ese alquiler siga adelante y nosotros nos retiremos”. “Con trece casas no se arregla el problema de la vivienda, ni mucho menos, pero rompemos de alguna manera con los problemas a la hora de alquilar, los miedos, los prejuicios...”, explica Molina.

El proyecto Giltza es, a día de hoy, la única forma en la que muchas familias con pocos recursos tienen opción de encontrar un piso de alquiler en una ciudad tan complicada en este ámbito como es Vitoria. “Aquí es muy difícil encontrar vivienda de alquiler. Los precios son abusivos, muy elevados a mi modo de entender, y eso hace que muchas personas, ante la necesidad, digan que sí a pagar 800 euros al mes, y luego al tercer y cuarto mes ya no pueden pagar y el propietario tiene una mala experiencia, cerrando aún más el mercado. Si hubiera cobrado 600 euros en lugar de 800, todo el mundo habría estado contento”, explica el responsable de Berakah.

Por si fuera poco, el problema de la búsqueda de vivienda en la capital alavesa para las personas más vulnerables se ha agraviado por la pandemia. “Nosotros tenemos dos hogares de acogida en primera instancia y, teóricamente, a los seis meses deberían de salir, pero es imposible y están hasta un año o año y medio, porque no encuentran ni ellos ni nosotros. Además, el golpe de la pandemia se está notando en todos lados. En el comedor tenemos más demanda, para la comida estamos desbordados...”, lamenta finalmente Molina.

- Los dos proyectos premiados por el Foro para la Innovación Social de Álava (FISA), han sido seleccionados entre las 24 iniciativas más relevantes en materia de innovación social elegidas en Álava, a partir de un mapeo realizado en todo el territorio, en el que se identificaron 152 iniciativas. El Foro para la Innovación Social de Álava es una de las iniciativas surgidas de Ágora, el espacio y proceso de reflexión y participación impulsado por la Diputación Foral de Álava desde enero de 2016 y en el que participan diversos agentes económicos, sociales y culturales del territorio, con el fin de contribuir a dar respuesta a los retos de futuro de Álava.

El Foro FISA integra a diferentes organizaciones y personas individuales con la coordinación de la Diputación, y su objetivo principal es contribuir a generar un entorno que favorezca el desarrollo de la innovación social en Álava, como base para la transformación del territorio y para hacer frente a los retos y oportunidades que tiene como sociedad.

En enero de 2018 se celebró una jornada de innovación social en la que las y los miembros integrantes del FISA identificaron la necesidad de conocer y mapear la situación actual del territorio de Álava, respecto a los proyectos e iniciativas de innovación social que se están desarrollando. Se propuso elaborar un catálogo que no sólo recogiera iniciativas de innovación social, sino que las categorizara de acuerdo a las áreas sobre las que trabaja cada proyecto y desafíos o retos a los que da respuesta. Contar con esta información “debe permitir al Foro FISA poder dinamizar y generar sinergias entre proyectos y agentes, escalar a otros contextos proyectos exitosos y detectar necesidades y mejoras a implementar en el futuro”, apunta la institución foral.

“En Vitoria es muy difícil encontrar viviendas de alquiler. Los precios son abusivos”

Berakah

“De momento estamos en fase de pruebas y hemos traído la tecnología desde Noruega para probarla aquí”

Ganadero de Montaña Alavesa