- Fue un acto solemne y sencillo, en honor a todas las personas que en Euskadi han perdido su vida durante esta pandemia, pero, sobre todo, el homenaje de ayer que el lehendakari, Iñigo Urkullu, acompañado por diferentes representantes institucionales y políticos, "reunidos y unidos", como calificó a este gran respaldo, presidió ayer en Vitoria fue especialmente emotivo. Sobre todo, cuando Urkullu se acercó a las familias, quienes le dieron "gracias", algunas de ellas entre lágrimas, por expresarles de esta manera su solidaridad, teniendo en cuenta que muchas no se han podido despedir, como hubieran deseado, de sus seres queridos. Además, Urkullu anunció que este tributo no se quedará en un hecho aislado, ya que nace con vocación de repetirse, puesto que el lehendakari anunció que a partir de ahora el 21 de septiembre "todas las instituciones vascas celebraremos esta conmemoración".
Una fecha elegida por estar a medio camino entre el verano y el otoño. "La caída de la hoja y el color cobrizo son las imágenes que representan el otoño. Lo vivido y lo sufrido en la lucha contra esta pandemia nos vincula con el sentimiento otoñal. El otoño es el adiós del verano. Los colores del otoño nos traen a la mente que la rueda de la vida sigue adelante y nos ayuda a reflexionar con sosiego, a prepararnos para el invierno, y a emprender con fuerza, como una nueva vida, la siguiente primavera", aclaró. Además, el parque de la secuoya, ubicado al lado del colegio Urkide, donde tuvo lugar este reconocimiento, estará dedicado a la memoria de las víctimas del covid-19, por ser un lugar de "recogimiento, silencio y memoria". Por esta razón, a partir de ahora pasará a denominarse parque Sempervirens, que significa siempre verde, y que recordará y reconocerá el esfuerzo realizado por las y los profesionales de todos los ámbitos durante esta pandemia. "Este parque Sempervirens representa nuestra voluntad de mantener vivo el recuerdo y el espíritu de solidaridad. Somos y queremos ser una sociedad con profundo sentido comunitario", resaltó Urkullu.
Es por eso que el parque ha sido acondicionado entre el Ayuntamiento de Gasteiz y el Gobierno Vasco ya que "representa la voluntad institucional y social de recordar a las más de 1.800 víctimas, a todas ellas, a cada una de ellas". En concreto, se han remodelado la zona verde, el mobiliario urbano y la señalética ya que desde ayer luce una placa conmemorativa y una nueva secuoya, símbolo de "la vida, de la esperanza y del bien común, de todo aquello que, en medio del azote de la pandemia, nos ha unido", plantada recientemente en memoria de todas las víctimas, junto a la vieja, un impresionante ejemplar de 42 metros de altura, que pese a que se secó por culpa de un hongo todavía representa "la fuerza y la solidez" y "la permanencia en la memoria colectiva del recuerdo de las víctimas". En definitiva, dos árboles que son "eslabones de la misma cadena de la vida".
El tributo también contó con dos piezas de violonchelo (Suite número 2 Sarabande, de Bach, y El cant dels ocells, que Pau Casals llevó a la ONU como símbolo de la paz, además de la intervención del lehendakari, quien lo primero que hizo fue dirigirse a las familias de las personas fallecidas. "Les transmito nuestra condolencia. Nos dolemos con ustedes, cerca de ustedes. Queremos acompañarles en su sentimiento de pérdida. No están solas y solos", destacó Urkullu quien, asimismo, tuvo palabras de agradecimiento para los profesionales de los servicios esenciales: "Bihotz bihotzez, eskerrik asko!", les dijo, "de todo corazón".
Durante su discurso, Urkullu también reconoció que en los próximos años habrá que enfrentar una "dura y urgente" recuperación económica y del empleo, así como una reconstrucción emocional y de la convivencia social. "Una reconstrucción cívica, con la mano tendida, impulsando el diálogo social en todos los ámbitos", subrayó. En este sentido, remarcó que el punto de partida de esta reconstrucción se asienta en la memoria de las víctimas y del sufrimiento, unido a los valores del esfuerzo colectivo, el compromiso y la solidaridad.