- Por muchos años que hayan transcurrido desde la Guerra Civil y de la dictadura franquista, el dolor no desaparece. Una herida que no cicatriza y que se nota todavía en las declaraciones que hacen, por ejemplo, mujeres de Agurain como Pilar, que a sus 87 años, todavía se le quiebra la voz al recordar que continúa sin saber dónde mataron a su padre: "Dijeron que se lo llevaron a Pamplona. Fuimos allí y nada. Lo dejarían por el camino. No lo sé. No sabemos dónde". Y lo mismo le pasa a Virginia Estrada, a la que su tío fusilaron en Azaceta. Por eso ayer, la Diputación Foral de Álava y las Juntas Generales volvieron a homenajear a todas esas víctimas y familiares, tal y como han hecho desde que hace ocho años se instauró este reconocimiento en esa jornada del 18 de septiembre, al ser el día en el que el presidente de la comisión gestora del Palacio foral, Teodoro Olarte, fue asesinado por las tropas franquistas en 1936.
Si bien, en esta ocasión, con motivo de la pandemia por coronavirus, el acto, que tuvo lugar en torno al monumento In Memoriam, ubicado en la trasera de la Diputación, en el espacio que se conoce como Bosque de luz, se tuvo que realizarse con un formato restringido. Por este motivo, ambas instituciones llamaron a la ciudadanía a depositar una flor en su memoria junto al monolito, lo que hizo que hasta el lugar se acercaran ciudadanos anónimos y también representantes institucionales y de los partidos que fueron depositando sus rosas.
Entre ellos, el diputado general, Ramiro González, que subrayó, al igual que otros años, que hay que seguir reclamando "verdad, reparación y justicia" para las víctimas del franquismo y que quiso poner el acento en la necesidad de conocer toda la verdad y reconocer a estas personas. "Todavía hay víctimas en las cunetas, todavía hay familias que no saben lo que ocurrió con sus familiares, todavía es necesario profundizar en las políticas de verdad y de reconocimiento", declaró González, quien aseguró que la institución seguirá trabajando en ese sentido.
Además, destacó también que a la Diputación le afecta de "forma especial" esta reclamación porque un presidente de esta institución fue "vilmente asesinado por al dictadura franquista".
Acompañando al diputado general también estaban la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejería, el presidente de las Juntas Generales alavesas, Pedro Elosegi, que en una línea similar a la de González, insistió en que hay que seguir reconociendo a los represaliados del franquismo, cifrados en torno a un millar en el territorio alavés.
Otros que tampoco quisieron perderse este sentido tributo fueron la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, el consejero de Turismo, Javier Hurtado, el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, quien también expresó su reconocimiento a las personas represalidados, así como la secretaria general de los socialistas alaveses y diputada foral, Cristina González, junto a otros miembros de su partido, que afirmó que "el mejor homenaje" que se puede hacer es seguir defendiendo los principios por los que esas personas perdieron la libertad o la vida, como la democracia, los derechos fundamentales y la protección de los sectores más desfavorecidos de la sociedad.