os trabajos de la vendimia en Rioja Alavesa aún no han comenzado y ya se aprecia la inquietud ante los casos que han ido apareciendo en La Rioja, en Alfaro y Rincón de Soto, entre trabajadores temporeros. Una inquietud similar a la que se vivió durante la espergura, cuando unos trabajadores temporeros, que estaban en un grupo de 30 personas en Huércanos, tuvieron que ser confinados en cuarentena en Logroño. Ahora, la situación es diferente. Existen protocolos de actuación para tratar de prevenir contagios y además, en el caso de Rioja Alavesa, es bien conocida la rigurosidad con las que se gestionan los contratos a través de la UAGA, en Laguardia, y la larga tradición de los viticultores de la comarca de contar con cuadrilla fijas. En este sentido son muchos los contratadores que gestionan las PCR a sus trabajadores. Y cuando no es así, este año, en colaboración con los ayuntamientos, se vigila que se realicen pruebas sanitarias a todos los temporeros. El problema, de haberlo, sería, como contaba un viticultor de Oion, en los temporeros paracaidistas, los que aparecen de golpe, cierran el trato, vendimian, cobran y desaparecen para reaparecer en otra localidad. “La culpa es de quien contrata de esta forma, porque al final las consecuencias las pagamos todos”, sostiene. Por esa razón, en esta campaña todas las miradas convergen en el documento, documentos más bien, del Ministerio y el de la comunidad autónoma vasca y, por si acaso, el del gobierno riojano, aunque todos coinciden en los procedimientos.
“Inquietud siempre existe, siempre que haya riesgo”, comenta el director general del Grupo Rioja, Iñigo Torres, “y obviamente cuando desarrollas una actividad, que reúne y mueve a mucha gente, como es la vendimia, siempre está presente esa inquietud. Pero aquí la clave está en trabajar en prevención y las bodegas del Grupo Rioja y el propio Grupo Rioja estamos haciendo los máximos esfuerzos en poner medidas preventivas que eviten que se produzcan contagios y tener preparado, en caso de que exista algún contagio, cómo reaccionar de la mejor forma posible para garantizar la seguridad de todos”.
Y es que, durante las próximas semanas habrá muchas más personas trabajando en los campos de Rioja Alavesa. Más en el campo que en la bodega, pero en todos los casos “el protocolo es necesario. Todas las comunidades autónomas están elaborando protocolos tanto para los trabajadores del campo como para los de la bodega”.
En los dos casos las necesidades son diferentes. Torres explica que “en el caso de la bodega son menos concretas y cada una de nuestras bodegas tiene un protocolo propio, con sus servicios de prevención de riesgos y han trabajado mucho con sus medidas para tratar de evitar esos contagios, ese peligro de la covid 19”. No hay que olvidar que el mayor aumento de plantilla se da en el campo, porque a las bodegas acuden las mismas personas, habitualmente, de todos los años.
En cuanto al trabajo en el campo “hay que reconocer que es más compleja, que afecta a muchas personas, que no solo trabajan sino que en muchos casos se desplazan y conviven de forma conjunta y eso plantea muchas dificultades”. Por esa razón “todo lo que sea trabajar para prevenir y para minimizar riesgo lo valoramos de forma positiva.
De hecho, Grupo Rioja ha participado en diferentes reuniones con las comunidades autónomas para la preparación de los protocolos para los trabajadores del campo. “Con la comunidad autónoma del País Vasco, hemos estado en varias reuniones y hemos aportado nuestras opiniones no solo en qué se puede mejorar ese protocolo para reducir el riesgo, sino también hacerlo compatible con la actividad de la vendimia”. Y matiza el director general del Grupo Rioja que “por supuesto, que es prioritaria la salud de los trabajadores, tanto en el campo como en la bodega, pero también es necesario que desarrollemos la vendimia, ya que esta se produce en un momento concreto del año y es necesaria llevarla a cabo”.
Por eso han estado dado sus opiniones y participado aportando propuestas. En el caso del documento del Ministerio, “ha sido a través de la federación española del vino, que es la asociación de carácter nacional en la que nosotros estamos integrados, quien se ha encargado de trabajar en la elaboración del protocolo ministerial”. Sea del Ministerio, de los gobiernos autónomos o de las propias organizaciones, bodegas o sindicatos es necesario poner en marcha los recursos necesarios. “Es verdad que es un año complicado, un año con muchas dificultades de todo tipo: laborales, financieros, por supuesto debido a la caída de ventas, pero es necesario poner en marcha todos los medios posibles para desarrollar estos protocolos”. Torres reconoce que “eso significa, sin duda, un esfuerzo muy grande para las bodegas, tanto económico como de personal, pero es necesario llevarlo a cabo para proteger la salud de los trabajadores y que podamos realizar la vendimia lo más normal posible”. Por lo tanto. “sí que es un esfuerzo importante, pero las bodegas lo hacen por el bien de todos.
Por su parte, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja no ha participado como tal institución en la elaboración de los protocolos sanitarios, ya que no entra en el ámbito de sus competencias, aunque sí lo han hecho los representantes de los sectores productor y elaborador. En lo que se podía implicar la denominación de origen lo ha hecho. Y así, por un lado, a primeros de abril se celebró el primer encuentro de seguimiento telemático con las asociaciones, donde se dio cuenta de las modificaciones en el Consejo en cuanto actividades ordinarias y de recursos humanos y un nuevo plan de financiación de los presupuestos, con un ajuste de las iniciativas de promoción. Además, se planteó al Ministerio de Agricultura y a las tres comunidades autónomas que integran la denominación, las medidas que posteriormente se aprobaron con sus correspondientes dotaciones económicas para viticultores y bodegueros: necesidad de un presupuesto para la cosecha en verde; la ayuda al almacenamiento privado y la destilación de crisis y se instaba al Ministerio a nutrirse de fondos comunitarios y nacionales. Asimismo, se solicitó específicamente a los gobiernos vasco, riojano y navarro a llevar a cabo una campaña ambiciosa en favorecimiento del enoturismo y la visita a la Denominación cuando los establecimientos del sector Horeca volvieran a abrir sus puertas, entre otras medidas de carácter empresarial y comercial.
Poco después, a mediados de junio, la denominación, con la apertura de la actividad hostelera dedicó una nueva oleada de publicidad en medios y la donación de 10.000 kits higiénico-sanitarios (lotes de mascarillas FFP2 para la protección del personal de los establecimientos, y de envases de medio litro de gel hidroalcohólico) para establecimientos del sector. Se comenzó por La Rioja, al tiempo que el Consejo Regulador llegaba a un acuerdo con la asociación de hostelería de Bizkaia, la asociación de empresas alavesas SEA, la asociación de hostelería y turismo de Navarra (AEHN) y la asociación de hostelería de Gipuzkoa, para ese reparto de kits, a los que se sumaron las cerca de 200 bodegas que llevan a cabo actividades enoturísticas profesionales.
En cuanto a las organizaciones sindicales, Asaja logró que el Gobierno de La Rioja pagara el importe total de las PCR a los temporeros, ya que inicialmente solo iba a subvencionar el 40% de su coste, mientras que Osakidetza, en Álava, ya lo tenía previsto, junto con los ayuntamientos.
UAGA participó en numerosos contactos y reuniones con distintas administraciones y agentes del sector, convocados por la viceconsejería de Agricultura, que preside la mesa interinstitucional de temporerismo, el departamento de Trabajo del Gobierno Vasco, así como las diputaciones de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, el Gobierno Central, a través de la Subdelegación de Gobierno en Álava, y otros agentes implicados: Osalan (instituto vasco de seguridad y salud laborales), ABRA, ARAEX, Grupo Rioja y denominación de origen Txakoli de Álava. De esos encuentros salió el protocolo de actuación para la contención del covid-19 en actividades de trabajo temporal agrario en Euskadi, que será la norma de actuación durante las próximas semanas. El propio documento explica que el pasado 24 de julio tuvo lugar un encuentro entre los principales representantes en materia de sanidad, agricultura, pesca y alimentación, de las comunidades autónomas y el estado, abordando la necesaria colaboración de ayuntamientos y agentes sectoriales para acometer la problemática que genera el movimiento de personal temporero entre territorios durante la pandemia del covid-19.
Tras ponerse de manifiesto la necesidad de planificar durante las próximas semanas los movimientos de personas que acudirán a las distintas campañas agrícolas, se establecen criterios para la anticipación, la coordinación con otros territorios y la colaboración institucional y sectorial para proporcionar garantías sanitarias en todos los procesos en torno al trabajo temporal. El documento parte de que es tarea de todas las personas integrantes de las empresas y explotaciones agrarias atender a la seguridad de las personas trabajadoras, siguiendo las indicaciones, recomendaciones y medidas que estén establecidas por las autoridades sanitarias y las diferentes administraciones competentes en cada momento, como son actualmente la distancia social establecida; las medidas higiénicas; la limpieza y desinfección eficaz: herramientas y equipos de trabajo, instalaciones, etc, y las medidas sanitarias de protección respiratoria: el uso de mascarilla, higiénica, en función de las recomendaciones del servicio de prevención correspondiente y siempre que no haya garantía de cumplimiento de las distancias mínimas requeridas (1,5 metros).
A esto se añaden registros de contrataciones y comunicación de datos al departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras mediante una declaración responsable relativa al empleo de trabajo temporal agrícola, informando de las contrataciones, las empresas en las que prestará sus servicios, el alojamiento previsto y la cuadrilla o cuadrillas en las que participará el trabajador. Todo ello con relación de personas trabajadoras contratadas y sus números de teléfono de contacto, alojamiento en el que residen y cuadrilla a la que pertenece. Deberá también recoger información de las familias, incluidos los menores de edad. Por su parte, la empresa deberá prever las contrataciones y subcontrataciones de servicios necesarios (limpieza y desinfección, lavandería, suministros, etc.). Y será necesario disponer de una relación de trabajadores perfectamente identificados (nombre, apellidos, puestos y servicios, teléfonos y direcciones, etc.) de esas empresas.