l día grande de la capital alavesa dedicado a honrar a su patrona, la Virgen Blanca, transcurrió ayer en medio de una soleada jornada nostálgica y melancólica recordando la jarana y alegría que debiera haber llegado a todas las calles o plazas y que por la amenaza del coronavirus no ha podido celebrarse este 2020.
Una representación del batallón de blusas y neskas que aportan el toque festivo y de color a Gasteiz se dejó ver ayer por el centro de la ciudad pululando de manera individual, lejos de los tumultos y pelotones que cada 5 de agosto se expanden detrás de una charanga impregnando el aroma de la fiesta. "Es una sensación rara para todos y lo que nos ha tocado vivir en estos extraños días", coincidieron en sus explicaciones el máximo responsable de la Comisión de Blusas y Neskas, Sergio González, y el presidente de la cuadrilla Hegotarrak, Gorka Pérez de Onraita. "Lo que está en juego es la salud. Gasteiz lo ha pasado mal en los meses previos y ahora somos los blusas y neskas los que tenemos que tirar del carro concienciándonos de que este año no hay fiestas", reflexiona para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el cabeza visible de una agrupación en la que figuran cerca de una veintena de cuadrillas y miles de devotos de la fiesta. Este sentir era generalizado entre blusas y neskas de cada una de ellas y todos coincidieron en señalar la "cancelación de cualquier tipo de acto como la decisión más sensata", apostilló el representante de Hegotarrak. Especialmente cruda es esta situación para los 220 integrantes de esta cuadrilla, enraizada en el barrio de Adurza, que hace doce meses empezaron a trabajar con toda la ilusión del mundo para celebrar sus bodas de plata como cuadrilla de las fiestas. "La pena es enorme por no celebrar estos 25 años de existencia y, a pesar de que en marzo éramos optimistas al haber muchos meses por delante, nadie se esperaba que esto fuera tan largo y al final se ha convertido en una realidad la suspensión de las fiestas como mejor manera de protegernos todos y responsabilizarnos de lo peligroso que es el virus", reflexiona el presidente de Hegotarrak, al que pocos conocen por su verdadero nombre y le llaman por su apodo, Okina. La pandemia se ha llevado por delante los actos que tenían previsto llevar a cabo en los meses previos como la cena en una sidrería, el pasado mes de abril, a la que iban a acudir ataviados "con unos polos conmemorativos de los 25 años, pero que se quedarán para celebrar el año que viene el 25+1", comenta aplicando una nota de humor ante la gravedad de la situación que ha obligado a cancelar esta edición de La Blanca 2020.
La jornada de ayer ya quedará grabada a fuego en la memoria de Sergio y Gorka con la esperanza de que no haya que volver a dejar pasar de largo en el calendario el día grande del ciclo festivo de Gasteiz. Ambos optaron por vías diferentes de honrar a la patrona de Vitoria, pero siempre anteponiendo la responsabilidad y medidas sanitarias a las que obligan las autoridades. El presidente de la Comisión de Blusas no renunció a calzarse las abarcas y el pantalón de mil rayas, sin ningún distintivo de su cuadrilla, para dejarse caer por el corazón festivo de Gasteiz, ayer tristemente silencioso y ajeno al bullicio de cualquier otro 5 de agosto, para terminar regresando a casa a comer "un poco triste", expresó.
Para no caer en esa tentación, el presidente de Hegotarrak puso tierra de por medio con rumbo a la localidad de Okina para disfrutar en la distancia con una comida familiar. Al igual que hizo el pasado día de Santiago tampoco se vistió de blusa y dejó colgado y bien planchado en el armario el traje a la espera de poder lucirlo con todas las ganas en 2021. Sergio y Gorka remarcan la multitud de ocasiones en las que miraron ayer las manecillas del reloj. "La cabeza te llevaba a recordar lo que se estaría haciendo en cada momento del día con actividades como el karaoke o concurso de mazorcas", comenta con nostalgia el responsable de Hegotarrak. "Vas por la calle mirando el reloj y siempre pensando en lo que se haría a esta u otra hora", coincide el presidente de la Comisión
La amarga jornada de ayer ya tuvo un día de entrenamiento el pasado 25 de julio cuando el ejército de blusas y neskas dio un ejemplo de contener las ansias de celebración huyendo de cualquier atisbo festivo. Una de las consecuencias de la supresión de todos los actos del programa es el beneficio económico que ha generado en el bolsillo de blusas y neskas. Sin embargo, "todos hubiéramos gastado ese dinero bien a gusto y con ganas, como señal de que a día de hoy estaríamos disfrutando del día grande de La Blanca", coincidieron en señalar Sergio González y Okina a DNA. Durante los meses previos cualquier gestión de intendencia orientada a encontrar un restaurante donde saciar los estómagos de la tropa festiva, se ha venido también abajo. En el caso de los 220 integrantes de Hegotarrak, el restaurante Cube, en la calle Francia, era punto habitual de abastecimiento a la hora del almuerzo. Esta es también otra vertiente que no pasa desapercibida para el cabeza visible de Hegotarrak, por la dura situación que están viviendo estos días los locales hosteleros y el ocio nocturno. "Están sufriendo por las normas que afectan a sus locales, ante las restricciones de aforo y los horarios de cierre. Hay que ser conscientes de que, en su caso, está en juego el puesto de trabajo, mientras que para el resto de gasteiztarras supone una cuestión de ocio", deja como reflexión Pérez de Onraita, conocedor cercano de la situación que atañe a los hosteleros. En el caso concreto de los integrantes de Hegotarrak el presupuesto festivo que habían previsto para este año oscilaba entre los 170 y 200 euros, en función de si contemplaban salir todos los días de La Blanca o iba también recogido el día de Santiago. En ese dinero se incluían los almuerzos, comidas y cenas de varias jornadas con las que aguantar el ritmo de saltos y botes en los paseíllos y el resto de actos.
Tirando del sabio refranero popular, la presidenta de la Federación de Blusas y Neskas, Asun Ortiz, ha optado por aplicar aquello de que no hay mal que por bien no venga. La cancelación de las fiestas le ha dado pie a una escapada vacacional para huir lejos de Gasteiz y olvidarse por completo de estos días de La Blanca 2020. "Hay que tomárselo como ha venido este año y ser coherentes con la situación de que no se puede llevar a cabo ningún tipo de celebración", explica a DNA desde su retiro vacacional. El año en blanco que va a figurar en la historia del ciclo festivo de Gasteiz no ha pillado por sorpresa a la presidenta de este colectivo, que fue el primero en anunciar la suspensión total de cualquier acto que implicara concentraciones de ciudadanos. "Desde el principio de la pandemia ya dije que este año no iban a ser factibles las fiestas de La Blanca", argumenta.
En lo que también hay unanimidad entre los tres entrevistados es en empezar a descontar los días que restan para La Blanca 2021 y "disfrutar a tope, con más ganas y el depósito repleto de fuerzas de nuestras fiestas", concluyen al unísono en su respuesta final tanto Sergio como Gorka y Asun Ortiz.
"Vitoria lo ha pasado muy mal. Toca ahora a blusas y neskas tirar del carro y dar ejemplo estos días"
Pte. Comisión Blusas y Neskas