- El intenso azote del coronavirus obliga a la institución municipal a abordar una nueva configuración de las cuentas a ejecutar este año, definir las necesidades prioritarias para el ejercicio venidero y encontrar fórmulas económicas para mantener el ritmo de la economía.

Las finanzas locales siempre tienen ese recordatorio del interventor aludiendo al escaso ahorro neto del Ayuntamiento que dificulta hacer frente a situaciones imprevistas como es la actual.

-Este gobierno municipal no va a reparar en gastos para proteger nuestra salud, el bienestar de los mayores y apoyar a la economía local. Por eso departamentos como Salud Pública, Políticas Sociales y Promoción Económica no van a ver recortado ni un solo céntimo su presupuesto, a pesar de esa bajada en la recaudación de 60 millones de euros. Hay que contener el gasto en otras partidas. Se puede agilizar los ingresos y apelar a la deuda, pero con el matiz de tener limitada la capacidad como apunta el interventor. También quiero poner sobre la mesa y apelar a las diputaciones forales y al Gobierno Vasco a que no se olviden de los ayuntamientos en la Comisión Mixta del Concierto Económico y en la negociación con el Estado sobre el reparto de los fondos extraordinarios. No basta con acordar una mayor capacidad de deuda, sino que esos fondos fluyan hasta las instituciones más cercanas al ciudadano para la recuperación económica, como agente activo que somos. Hay que tener en cuenta y destacar que los Ayuntamientos suponen el 18,5% del gasto público en Euskadi. Hemos trasladado servicios esenciales para la población como desinfección, transporte público y por eso no se pueden olvidar de los ayuntamientos vascos y tienen que pelear para que esos fondos fluyan hasta el más pequeño de los municipios que existen en Euskadi.

¿En esa agilización de ingresos se contempla una futura subida en el capítulo de tasas e impuestos que recauda el Ayuntamiento?

-A medio plazo no preveo un incremento de los impuestos. Sí que veo necesaria una actualización de las tasas e impuestos al coste real de los servicios que ofrecemos. Ahí es dónde está el margen. No tanto en subir los impuestos municipales, que están en una situación adecuada y razonable, pero no se pueden mantener las tasas y precios públicos que actualmente tenemos. Es un trabajo que debemos abordar con responsabilidad y altura de miras por el bien de la ciudad. Esto es una parte de ese pacto económico que estamos buscando. Unos estamos en el gobierno y otros en la oposición, pero lo que no podemos es estar en la luna. No se puede hablar de bajada de impuestos, tasas, precios públicos e ingresos y, al mismo tiempo, incrementar el gasto. Es un discurso inmaterializable.

Una ciudad como Gasteiz con tanto peso de la industria, ¿se puede ver penalizada ante la crudeza de la crisis económica que se avecina?

-Ciudadanos, políticos, empresarios y sindicatos deben tener muy claro que la economía local se sustenta fundamentalmente en la industria y, especialmente, en la automoción. Debemos ser muy responsables a la hora de abordar la gestión en el ámbito que nos corresponde para protegerla. Las líneas de apoyo del Plan Renove son una buena noticia para el sector. También es cierto que el sector debe ir transitando hacia un nuevo modelo de movilidad electrificada, pero todo ese tránsito debemos hacerlo de la mano. Es un mensaje para actuar con la responsabilidad debida que no solo va para los empresarios que apuestan por esta ciudad, sino por los grupos políticos y también por la parte sindical, que debe ser responsable y actuar con altura de miras.

Los síntomas que ofrecen Michelin y Mercedes Benz son preocupantes con un ERTE y bajada de la producción, respectivamente.

-Son factorías tractoras, aunque también hay que poner en valor a ese tejido amplísimo de pequeñas y medianas empresas. El futuro de Gasteiz dependerá del futuro de su industria y este futuro depende del sector de la automoción. No pensemos que nuestras empresas industriales están blindadas sine die en nuestra ciudad. Tenemos que trabajar todos de forma responsable y eso va desde los que tienen que tomar decisiones en la gerencia de las empresas hasta los que estamos desarrollando políticas públicas como los que también forman parte de la representación sindical.

Alude a esa bajada de 60 millones en la recaudación del Ayuntamiento. ¿Se trata de una estimación fiable o puede incluso aumentar el desplome al cierre de ejercicio?

-Son las previsiones que se manejan y que el cálculo final puede ser ese. Todavía debemos observar el comportamiento de la recaudación y después del verano, especialmente en octubre, sabremos si estas cantidades son más crudas o más livianas. Para octubre ya tendremos esa fotografía real sobre el nivel de recaudación.

Existe además una partida de 38 millones de euros ahora retenida. ¿Qué finalidad tiene y cómo se utiliza a lo largo del ejercicio?

-Es una remesa de contención de gasto. De momento está contenido el gasto como una de las primeras ciudades que fue Gasteiz en tomar medidas para proteger nuestra salud y para dar respuesta a la situación económica. Una de esas cuestiones es contener el gasto. Se trata de medidas provisionales que se pueden hacer definitivas si se confirman las cifras o que, por el contrario, se pueden liberar si vemos que el impacto económico es menor que el previsto inicialmente.

La oposición se refiere a esa retención como un recorte en el gasto.

-No es un recorte. Es una contención de gasto, que puede convertirse al final en un ajuste. De momento, prudencia en el ámbito económico que hace referencia al gasto. Hoy no se puede hablar de recorte ni de ajuste, sino de una contención en el gasto por si acaso se confirmaran las malas previsiones de recaudación para 2020.

El desplome de los 60 millones de euros afectará al Presupuesto de 2021, el segundo que siempre es la clave dentro de los cuatro años de legislatura para ejecutar el programa electoral con el que se concurre a unas elecciones.

-La pandemia significa un contratiempo para el desarrollo de la legislatura y los proyectos. Antes de que surgiera, estábamos inaugurando el tranvía al sur, trabajando en la licitación del proyecto de reforma del Teatro Principal, también persuadiendo a los agentes culturales de que el Auditorio era algo más que una sala de música, con su caja escénica y un espacio versátil para otras disciplinas. También con las obras del BEI, las del tranvía a Salburua para dar comienzo en abril y el entorno del Memorial de víctimas. Para estar en los primeros nueve meses de legislatura estaba Gasteiz en el ritmo que a mi me gusta. Ha surgido el coronavirus y ha habido un parón mundial que nos marca otras prioridades como la salud, el bienestar y la economía local, sin olvidarnos del resto de proyectos y ver la posibilidad de abordarlos.

Entre esas partidas retenida figura en el capítulo de gastos de personal una cantidad de 10 millones de euros. ¿Supondrá eso un recorte en contrataciones en los servicios?

-Lo que se ha hecho es ajustar un aspecto como el complemento de la prima de jubilación de algunos colectivos municipales. Se estaba ofreciendo incluso cuando se jubilan con el 100% de la paga y no tenía mucho sentido. En ese caso lo hemos eliminado y en otros hemos suspendido esa prima de jubilación.

Se está revisando partida a partida todo el Presupuesto. ¿Cuándo estará lista esa fotografía de las cuentas posteriores al covid-19?

-Ya se ha hecho y está definida esa imagen, firmada por un decreto de Alcaldía. Las medidas pasan por contención del gasto, apelar a la deuda, agilizar los ingresos, reclamar la participación en fondos y centrarnos en las tres prioridades.

Van saliendo recortes de partidas como un 19% al BIC Araba, el 29% a un convenio con SEA, el 30% a un evento como el FesTVal y el 20% al convenio europeo del Baskonia.

-Los convenios culturales se han reducido en una parte más pequeña, los de Salud Pública y económicos se han mantenido intactos. Lógicamente si hay una actividad que no se puede desarrollar por las condiciones sanitarias que tenemos, evidentemente no se puede financiar y había muchas actividades con terceros, que como no se han hecho no se financian./ Foto: